El desastre ocurrido en el año 2005, cuando el submarino USS San Francisco de la Armada de Estados Unidos chocó contra una montaña submarina en el Pacífico, ha dejado al descubierto tanto los desafíos tecnológicos como los errores humanos en la navegación submarina.
Este trágico incidente cobró la vida de un marinero y causó heridas a 97 miembros de la tripulación. Un análisis exhaustivo reveló que una combinación de circunstancias y fallos en los procedimientos de navegación contribuyeron a esta catástrofe.
La mezcla de factores responsables del accidente del USS San Francisco
La investigación realizada por la Marina reveló que el submarino se encontraba viajando a máxima velocidad a una profundidad de 1.500 metros cuando colisionó con la montaña submarina. Sorprendentemente, esta estructura no estaba registrada en las cartas utilizadas por los comandantes de submarinos.
Según el informe de la Armada, los líderes y equipos de vigilancia del USS San Francisco deberían haber conocido la presencia de la montaña submarina y haber tomado precauciones adecuadas para evitar el accidente.
Sin embargo, debido a la falta de cumplimiento de los procedimientos requeridos y prácticas de navegación prudentes, la tragedia no pudo ser evitada por completo, aunque las consecuencias podrían haber sido mucho menos graves.
Tecnología y navegación submarina
Los submarinos militares han enfrentado históricamente dificultades de navegación en ausencia de tecnologías avanzadas como el GPS y la comunicación de alta frecuencia. No obstante, la Armada de Estados Unidos ha implementado soluciones para abordar este desafío en sus submarinos de ataque Block III clase Virginia.
Estas embarcaciones están equipadas con un sistema de navegación automatizado llamado “fly-by-wire”, que garantiza una navegación precisa y mejora la seguridad. A pesar de esto, la toma de decisiones humana sigue siendo crucial en el proceso de navegación y control de estos submarinos.
El papel del sonar y la amenaza de detección
El sonar avanzado desempeña un papel vital como un sensor delantero para detectar obstáculos y posibles colisiones en el entorno submarino. Sin embargo, su uso puede revelar la posición del submarino, lo que representa un riesgo.
Aunque es posible ajustar la configuración del sonar según el entorno, incluso desactivándolo en situaciones de alta amenaza, existen tecnologías de sonar “pasivas” que buscan detectar señales y amenazas sin exponer la ubicación del submarino. Estos sistemas acústicos proporcionan una valiosa representación de los objetos en el entorno submarino y ayudan a identificar potenciales peligros enemigos.