Recientes informes han indicado que podría existir un acuerdo entre Irán y Rusia para la fabricación de los aviones de combate Su-35 en territorio iraní, lo que ha generado un amplio debate. La confirmación de este acuerdo permitiría a Irán producir entre 48 y 72 aviones avanzados, marcando un avance significativo en su capacidad aérea.
En septiembre de 2023, Irán adquirió aviones de entrenamiento de combate Yak-130 de Rusia, el primer suministro de nuevos aviones de combate que recibe desde la década de 1990. Funcionarios iraníes han insinuado que la llegada de los Su-35 es inminente, y algunos miembros de la Fuerza Aérea iraní han iniciado su entrenamiento en este avión desde 2022.
Imágenes de una nueva base aérea fortificada, denominada Eagle 44, surgieron en febrero de 2023, lo que sugiere que esta instalación está preparada para albergar los cazas en el momento de su entrega. Este avance en la infraestructura militar resalta la importancia de la modernización de las capacidades aéreas de Irán.
Implicaciones de la adquisición del Su-35 para Irán y Rusia
La compra del Su-35 por parte de Irán implica más que simplemente adquirir armamento avanzado; también podría consolidar una alianza más profunda con Rusia. Irán ha emergido como un proveedor importante de drones para Rusia, lo que resulta valioso en el contexto de la guerra en Ucrania.
Este acuerdo de aviones de combate parece ofrecer a Rusia una oportunidad para recuperar parte de sus costos, al tiempo que refuerza a un aliado que ha demostrado ser resistente ante las sanciones occidentales. Esta relación estratégica podría tener un impacto significativo en la dinámica regional.
El Su-35 ha demostrado ser efectivo en el teatro de guerra en Ucrania, donde ha desempeñado un papel esencial en el combate aire-aire. En los primeros días de la guerra, se reportó que un Su-35 derribó varios aviones ucranianos, lo que evidencia su capacidad de combate superior en comparación con otras aeronaves.
A pesar de los informes que han sugerido la inminente llegada de estos cazas, la entrega de los Su-35 aún está en suspenso. Algunos analistas creen que Irán podría estar reconsiderando la compra debido a señales contradictorias que han surgido en el proceso de adquisición.
Además, el interés de Teherán en la producción bajo licencia podría ser un factor que explique la demora. Un acuerdo de esta naturaleza permitiría a Irán reducir su dependencia del soporte ruso y mitigar los problemas logísticos asociados.
Sin embargo, este tipo de acuerdo presenta varios desafíos. A diferencia de adquisiciones pasadas, los rumores recientes sobre la producción del Su-35 carecen de confirmación por fuentes iraníes confiables, lo que pone en duda la credibilidad de las afirmaciones sobre esta producción.
Consideraciones económicas y técnicas en la producción del Su-35
La posibilidad de llevar a cabo la producción bajo licencia del Su-35 en Irán enfrenta importantes retos económicos y técnicos. Aunque un acuerdo de este tipo podría brindar a Teherán mayor control sobre el mantenimiento y la producción, los altos costos y las complicaciones técnicas necesarias para establecer una línea de producción nacional podrían ser obstáculos significativos.
Además, la falta de experiencia previa en la producción de aeronaves avanzadas puede complicar aún más el proceso. La implementación exitosa de una línea de producción requeriría una inversión considerable y un soporte técnico robusto, lo que podría no ser factible en el corto plazo.
Las perspectivas de que Irán produzca el Su-35 en su territorio son inciertas, dadas las múltiples variables que afectan esta situación. La combinación de desafíos logísticos, técnicos y económicos hará que el futuro de este acuerdo sea complejo y difícil de prever.
La industria de defensa de Irán, que históricamente ha dependido de la ingeniería inversa y de modificaciones autóctonas, se enfrenta a un gran reto con la iniciativa de fabricar el Su-35. Este esfuerzo requeriría una inversión financiera y tecnológica significativa para establecer capacidades de producción adecuadas.
A diferencia de Rusia, donde los modelos Su-35 y Su-30 se producen en instalaciones distintas, Irán tendría que desarrollar nuevas instalaciones de producción o adaptar su infraestructura existente. Este esfuerzo podría eliminar cualquier ventaja de costos asociada con economías de escala, lo que incrementaría la viabilidad económica del proyecto.
La experiencia de India con el Su-30 revela que los costos de producción bajo licencia son prácticamente el doble de los costos de importación, incluso con un alto volumen de producción. En este sentido, Irán produciría una cantidad mucho más reducida, entre 48 y 72 aviones, lo que podría duplicar el precio unitario en comparación con importaciones directas.
Retos económicos en la producción del Su-35 en Irán
Estos factores generan serias dudas sobre la viabilidad financiera de un acuerdo de producción de tiradas limitadas para el sector de defensa de Irán a largo plazo. Otro problema significativo es la presión logística de producir tanto el Su-35 como el Su-30, lo que podría complicar aún más la iniciativa.
La diferencia en diseño y construcción entre el Su-35 y el Su-30 implica que cada modelo se fabrica en fábricas rusas separadas. Por lo tanto, establecer dos líneas de producción en Irán podría eliminar la eficiencia de costos que se logra al concentrarse en un solo tipo de avión.
A pesar del compromiso del gobierno de fabricar solo el Su-35, los costos podrían ser prohibitivos. En India, los Su-30 producidos localmente costaban casi el doble que sus homólogos fabricados en Rusia, lo que resalta el impacto del volumen de producción en los precios unitarios.
Frente a estas dificultades, Irán podría optar por establecer capacidades de fabricación limitadas, especialmente para repuestos esenciales. Esta estrategia le permitiría reducir su dependencia del soporte ruso para el mantenimiento y el reemplazo de componentes, algo que Teherán ya ha implementado en el pasado.
Irán ha llevado a cabo el mantenimiento localizado de sus aviones de combate, incluidos los F-4, F-5 y F-14 de fabricación estadounidense, así como modelos de la era soviética como el Su-22, el Su-24 y el MiG-29. Los avances recientes en impresión 3D podrían facilitar la producción de componentes clave, reduciendo costos y aumentando la autosuficiencia de Teherán.
En el futuro, Irán se enfrentará a diversas consideraciones estratégicas. Aunque el Su-35 ha demostrado ser eficaz en combate, su aviónica está cada vez más desactualizada en comparación con aeronaves más modernas como el Su-57 ruso o los últimos modelos de Estados Unidos y China.
Implicaciones de los retrasos en el acuerdo de producción del Su-35
Si un acuerdo de licencia retrasara las entregas, Irán podría encontrarse con un caza envejecido al momento de recibirlo. Este escenario probablemente disminuiría el entusiasmo de Teherán por un proceso prolongado que no se alinea con sus necesidades de defensa actuales.
Los posibles retrasos en la producción podrían llevar a una desventaja significativa para Irán, especialmente en un entorno donde la superioridad aérea es crucial. A medida que otros países continúan modernizando sus flotas, el tiempo se convierte en un factor crítico para la eficacia de su nueva adquisición.
Así, la iniciativa de Irán para fabricar el Su-35 enfrenta no solo desafíos técnicos y logísticos, sino también consideraciones estratégicas y económicas que determinarán su éxito o fracaso en el futuro.