El único portaaviones de Rusia, que técnicamente es un crucero pesado, no está operativo. El Almirante Flota Sovetskogo Soyuza Kuznetsov es oficialmente el buque insignia de la Armada rusa. Pero en realidad no ha llevado la bandera desde 2018, cuando el buque de guerra fue retirado del servicio para una remodelación. El Almirante Kuznetsov, en cambio, residía en la 35.ª Planta de Reparación de Buques en Murmansk, e inicialmente estaba previsto que volviera al servicio en 2020.
Según informes recientes, el Admiral Kuznetsov podría volver finalmente a aguas abiertas para comenzar las pruebas de mar en septiembre.
Una serie de eventos desafortunados
En noviembre de 2018, el Admiral Kuznetsov sufrió daños cuando una grúa flotante de 70 toneladas cayó sobre la cubierta de vuelo del buque de guerra, matando a un trabajador e hiriendo a otros cuatro. Poco más de un año después, se produjo un incendio en la sala de máquinas durante un accidente de soldadura. Dos personas murieron, mientras que 14 sufrieron heridas por el fuego y la inhalación de humo.
El dique seco, vital para las reparaciones, también sufrió daños durante un apagón, lo que retrasó aún más la reparación. Además de esta serie de desafortunados accidentes, la corrupción ha contribuido a la falta de progreso en la remodelación del portaaviones. En marzo de 2021, Yevgeny Zudin, director general del astillero n.º 10 de Polyarny, fue detenido bajo la sospecha de haber robado 45 millones de rublos (unos 600.000 dólares) que se habían destinado a la reparación del buque de guerra de la Flota del Norte de Rusia.
Moscú mantuvo su compromiso
A pesar de todo el drama, el Kremlin está comprometido con el portaaviones. A principios de este mes, Moscú anunció que el Almirante Kuznetsov había sido trasladado a un dique seco en el astillero naval de Sevmorput, en la región noroccidental de Murmansk.
Según un informe de Tass, se espera que las reparaciones duren hasta septiembre.
“La tarea ahora es ponerlo a flote hasta que se forme el hielo, de lo contrario todo se retrasará hasta 2023”, dijo a Tass una fuente de la industria de defensa. La fuente añadió que la empresa rusa United Shipbuilding Corporation no ha confirmado el plazo.
Sin embargo, el lunes, el periódico noruego The Barents Observer informó de que hay una fuga de petróleo en el nuevo muelle construido para reparar el malogrado portaaviones. No se ha identificado el origen del petróleo, pero al parecer podría proceder de antiguas filtraciones en el terreno donde se asentó la instalación. Anteriormente funcionaban allí dos diques terrestres más pequeños, y esas instalaciones reparaban submarinos y buques de guerra de superficie. El nuevo dique seco necesitaba una única dársena lo suficientemente grande como para albergar el crucero aéreo. Según las publicaciones en las redes sociales, tal y como informa TheDrive, la construcción del dique seco ha sido toda una odisea, y solo ahora puede acoger al buque de guerra.
La pregunta más importante es si todo este esfuerzo ha merecido la pena, tanto en tiempo como en dinero.
Se espera que las actualizaciones del armamento, la electrónica y el equipo de apoyo a la aviación del buque solamente prolonguen el servicio del buque de guerra de la era soviética unos cinco años.
La armada rusa ya perdió un buque insignia en el mar Negro a principios de este año, pero puede que en este caso sea mejor reducir sus pérdidas.