El Comando África informa que al menos dos aviones de combate MiG-29 Fulcrum, posiblemente pilotados por oscuros mercenarios rusos, se han estrellado en Libia. Jared Szuba, el corresponsal del Pentágono para AI-Monitor, tuiteó que uno de los jets se perdió aparentemente el 28 de junio, mientras que el otro se estrelló el 7 de septiembre de 2020. Esta información había llegado en una declaración de la Contralmirante Heidi Berg, directora de inteligencia del Comando de África de los Estados Unidos (AFRICOM).
Otro tuit indica que Berg cree que “aviones de combate rusos”, presumiblemente MiG-29 también, pero potencialmente también aviones de ataque Su-24 Fencer, han realizado ataques aéreos en Libia. El Szuba de AI-Monitor sigue esta línea repitiendo la afirmación de AFRICOM de que los aviones rusos están siendo operados por contratistas paramilitares del Grupo Wagner. Esta organización tiene conexiones muy estrechas con la agencia de inteligencia militar de la Dirección Principal de Rusia, más conocida por el acrónimo ruso GRU.
Tal vez no sea coincidencia que un video apareció en los medios de comunicación social a principios de esta semana, aparentemente mostrando a un piloto de habla rusa después de que su avión se estrelló en Libia. La segunda mitad del video sugería que estaba a punto de ser recogido por un helicóptero de combate Mi-24 Hind.
Ese vídeo de dos minutos no tenía fecha y no era concluyente en cuanto a si mostraba un auténtico esfuerzo de rescate para recuperar a un piloto recién derribado, o si se trataba de imágenes de un ejercicio de búsqueda y rescate en combate (CSAR). Si bien el vídeo mostraba elementos coherentes con la eyección de un avión de combate monoplaza de fabricación rusa, y el piloto menciona que se eyectó de su aeronave, no hay pruebas de restos de aeronaves o humo visibles.
El vídeo fue publicado notablemente en YouTube el 7 de septiembre, sin explicación alguna, por un usuario con el mango Fighterbomber. El mismo cartel se llevó posteriormente a Instagram para afirmar que en realidad mostraba un ejercicio de CSAR, señalando la falta de restos de naufragio o humo, y otras supuestas discrepancias, incluida la falta de traje de vuelo del piloto, y afirmando que la radiobaliza de emergencia R-855 no se llevaría normalmente en una misión de combate.
Por lo menos 14 aviones de origen ruso han estado operando en Libia desde mayo en apoyo del Ejército Nacional Libio (LNA) de Khalifa Haftar, que tiene su centro principal en la ciudad oriental de Tobruk. El LNA está inmerso en un conflicto civil con el Gobierno del Acuerdo Nacional (GNA), respaldado por la ONU, con sede en Trípoli.
Los MiG-29 llegaron a múltiples bases en la Libia oriental controlada por el LNA tras una breve escala en la base aérea de Khmeimim, en Siria, operada por los rusos. En junio, informes no confirmados sugirieron que al menos uno de los MiG-29 con base en Libia había volado en una misión sobre la estratégica ciudad costera de Sirte. El avistamiento se produjo cuando las fuerzas del GNA trataron de recuperar el control de la zona antes de que los bandos contrarios acordaran un alto el fuego en agosto.
Si bien AFRICOM ha publicado periódicamente imágenes de los aviones rusos que operaron en Libia en el pasado, cabe esperar que una confirmación visual similar o de otro tipo se proporcione pronto para confirmar estas dos pérdidas de MiG-29. Mientras tanto, nos aseguraremos de traerles cualquier actualización importante de esta historia.