La Operación Martillo de Medianoche atacó sitios nucleares iraníes con B-2 Spirit, apoyados por 125 aviones y reabastecimientos aéreos.
Operación Martillo de Medianoche: Ataque furtivo a Irán
La Fuerza Aérea de Estados Unidos publicó imágenes de la Operación Martillo de Medianoche, una incursión de largo alcance ejecutada por bombarderos furtivos B-2 Spirit contra instalaciones asociadas al programa nuclear de Irán. La misión, que involucró a más de 125 aviones, incluyó vuelos continuos de 37 horas desde la Base Aérea de Whiteman en Missouri, asistidos por múltiples reabastecimientos aire-aire. Las imágenes, autorizadas por el Pentágono, muestran la preparación, partida y regreso de los B-2, aunque no se especifica si corresponden a los aviones que atacaron o a los que realizaron un engaño táctico hacia el Pacífico.
The US Dept. of Defense has released video of US Air Force B-2 Spirits preparing for and returning from bombing Iran during Operation MIDNIGHT HAMMER. pic.twitter.com/CRBGgNXZZs
— TheIntelFrog (@TheIntelFrog) June 23, 2025
La operación, planeada durante décadas y ensayada con las Fuerzas de Defensa de Israel, apuntó a sitios clave como Fordow y Natanz, mientras un submarino estadounidense lanzó misiles Tomahawk contra objetivos en Isfahán. El ataque desplegó 75 armas de precisión, incluidas las bombas GBU-57 Massive Ordnance Penetrator, diseñadas para destruir búnkeres subterráneos. La misión se ejecutó bajo estrictas medidas de secreto, con vuelos de distracción hacia el oeste para desviar la atención de los verdaderos bombarderos que volaban hacia Oriente Medio.
El general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, describió la misión señuelo como un componente crítico para proteger la operación. Sin embargo, funcionarios señalaron que publicaciones en redes sociales del entonces presidente Donald Trump amenazaron la seguridad operativa (OPSEC). Un oficial militar, citado por el New York Times bajo anonimato, afirmó que Trump representó “la mayor amenaza” para el secreto de la misión. A pesar de esto, los B-2 evitaron ser rastreados por sitios como Flightradar24 o ADS-B Exchange, aunque los aviones cisterna de apoyo fueron monitoreados por entusiastas de la aviación.
Analistas estiman que entre seis y ocho B-2 participaron en la misión, aunque el periodista Lucas Tomlinson de Fox News reportó solo dos. La gran cantidad de aviones cisterna, algunos con transpondedores degradados, sugiere un número mayor, posiblemente para reforzar el engaño. Los cisterna partieron desde bases en Europa y volaron en Modo 3 o Modo A/C, visibles para el control de tráfico aéreo, pero no para plataformas de seguimiento públicas.
Datos clave de la Operación Martillo de Medianoche
- Duración del vuelo: Los B-2 volaron 37 horas continuas, con múltiples reabastecimientos aire-aire.
- Armas utilizadas: 75 armas de precisión, incluidas bombas GBU-57 de 30,000 libras contra búnkeres.
- Objetivos: Instalaciones nucleares en Fordow, Natanz e Isfahán, vinculadas al programa nuclear iraní.
- Aviones de apoyo: Más de 125, incluyendo cazas F-22 Raptor y F-35 Lightning II para protección.
- Engaño táctico: Vuelos hacia el Pacífico desviaron la atención del ataque real en Oriente Medio.
Desafíos y ejecución en Oriente Medio
En la región de Oriente Medio, los B-2 recibieron escolta de cazas furtivos F-22 Raptor y F-35 Lightning II, desplegados en el Comando Central (CENTCOM) tras un ataque inicial de Israel. Estos cazas neutralizaron amenazas de defensas antiaéreas iraníes, al atacar preventivamente sitios de radar y misiles. Las misiones israelíes de supresión de defensas, ejecutadas 48 horas antes, degradaron significativamente la capacidad antiaérea de Irán, lo que permitió que los B-2 operaran sin enfrentar lanzamientos de misiles, a diferencia de recientes incursiones en Yemen, donde los hutíes atacaron aviones estadounidenses.
Tras los ataques, los B-2 regresaron por el Mediterráneo y el Atlántico, con sus aviones cisterna visibles en plataformas de seguimiento. Los bombarderos, identificados con indicativos BATT 11 y BATT 21, se comunicaron a través del Sistema de Comunicaciones Globales de Alta Frecuencia (HFGCS). Controladores de tráfico aéreo en Estados Unidos agradecieron a las tripulaciones al reingresar al espacio aéreo nacional.
Informes iniciales del presidente Trump afirmaron que las instalaciones nucleares fueron “completamente destruidas”, pero autoridades iraníes lo desmintieron, al alegar daños mínimos. Imágenes satelitales previas al ataque muestran que Irán trasladó materiales de Fordow y Natanz, porque anticipó un posible ataque. Los túneles de Fordow, construidos en una montaña, estaban en proceso de rellenado, posiblemente para proteger el sitio de bombardeos o una incursión terrestre.
La operación destacó la capacidad del B-2 Spirit, operativo desde 1997, para ejecutar misiones de largo alcance. Con una cabina diseñada para dos tripulantes, incluye espacio para un colchón, inodoro y microondas, lo que permite vuelos prolongados. La misión, sin embargo, no superó el récord de 2001, cuando el B-2 Spirit of America voló 44 horas hasta Afganistán, tras permanecer dos horas en estación antes de regresar tras 70 horas de operación continua.
Legado del B-2 y futuro del B-21 Raider
La Operación Martillo de Medianoche podría marcar el punto culminante del servicio del B-2 Spirit, programado para retirarse en la década de 2030. Desde su debut en combate en 1999 sobre Kosovo, el B-2 ha participado en operaciones en Irak, Afganistán, Libia y Yemen. En 2011, estuvo en reserva durante la Operación Lanza de Neptuno contra Osama bin Laden, aunque no fue necesario. Su capacidad para llevar el GBU-57 MOP, exclusivo para este bombardero, fue crucial para atacar los búnkeres de Fordow.
El futuro reemplazo del B-2, el B-21 Raider, podrá llevar el MOP, pero solo uno por avión, frente a los dos del B-2. Esto requeriría más B-21 para igualar la capacidad de carga, aunque se desarrolla una nueva arma más ligera. Según Lucas Tomlinson, oficiales de la Fuerza Aérea destacaron el desempeño del B-2, al afirmar que “el B-21 será aún más impresionante”.
La operación demostró la coordinación entre Estados Unidos e Israel, así como la capacidad de la Fuerza Aérea para ejecutar misiones complejas bajo estrictas medidas de seguridad. A pesar de los desafíos de filtraciones y monitoreo por entusiastas, el ataque mantuvo el elemento sorpresa.