Baykar celebra el exitoso primer vuelo del Bayraktar TB3. Este UAV se integrará al portaaviones TCG Anadolu para misiones de ataque y vigilancia.
Baykar, la firma turca de defensa, confirmó el estreno aéreo del Bayraktar TB3, su más reciente dron armado. Este UAV está destinado a ser el núcleo de las operaciones aéreas no tripuladas del portaaviones TCG Anadolu de la armada de Turquía, proporcionando un rango de habilidades tanto en el ataque como en la vigilancia marítima.
El 27 de octubre, el TB3 alzó vuelo por primera vez, según datos de Baykar. El suceso tuvo lugar en las instalaciones del Centro de Entrenamiento y Pruebas de Vuelo de Çorlu, al noroeste turco.
El vuelo inaugural del TB3 sucede a la zaga del anuncio del 23 de octubre por parte de Baykar, sobre la finalización de pruebas de despegue y aterrizaje del dron. Aunque los pormenores de estas pruebas permanecen sin revelar, un video emitido por la compañía muestra el dron en acción, sugiriendo un despegue efectuado con éxito.
El TB3, discutido por primera vez en marzo y en fase de desarrollo desde hace años, es la versión marítima del TB2, también de Baykar y con experiencia en conflictos armados. Este último ha sido desplegado en la reciente contienda en Ucrania y conflictos previos en Siria, Libia y Nagorno-Karabaj.
En lo concerniente a especificaciones, el TB3 ostenta una envergadura de 14 metros y longitud de 8,35 metros. Con un peso de despegue máximo de 1.450 kilogramos y una capacidad de carga de 280 kilogramos, el TB3 supera ampliamente a su predecesor, el TB2, que cuenta con 750 kilogramos de peso máximo y 130 kilogramos de carga útil. Impulsado por un motor PD170 de 172 caballos de fuerza, el TB3 apunta a una autonomía de 1.000 millas náuticas y una duración de vuelo superior a las 24 horas.
El arsenal del UAV incluye seis estaciones de armas bajo alas plegables que pueden albergar una variedad de municiones como cohetes guiados por láser, bombas anti-infantería y misiles antitanque. Más allá del combate, su uso primordial será en misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR). Sus capacidades de comunicación extendida permitirán que el TCG Anadolu supervise extensas áreas marinas. Además, el TB3 puede ser adaptado como plataforma para la retransmisión de señales de comunicación.
Gracias a sus capacidades STOL, el TB3 es apto para operar desde portaaviones y buques de asalto anfibio con grandes cubiertas. Estas habilidades también facilitan su uso en pistas pequeñas y aisladas, brindando a las fuerzas turcas versatilidad en operaciones terrestres.
Selçuk Bayraktar, director de Tecnología en Baykar, marcó el hito con estas palabras en Çorlu el 27 de octubre: “En el centenario de la República de Turquía, el Bayraktar TB3 ha culminado satisfactoriamente su vuelo inaugural”.
Baykar confía en iniciar la fabricación masiva del TB3 en 2024, con miras a su despliegue en el portaaviones Anadolu ese mismo año. Este acontecimiento señala un hito para la industria aeroespacial turca, resaltando su creciente enfoque en el ámbito de los UAV.
El Anadolu fue concebido y materializado entre 2015 y 2019, finalmente uniéndose a la flota naval turca en mayo de 2023. Diseñado como un buque de desembarco de helicópteros (LHD), destaca por su cubierta de vuelo equipada con rampa de ski-jump y un amplio hangar, ideal para movilizar tanques, vehículos anfibios, vehículos blindados, y embarcaciones para asaltos anfibios.
Originalmente, el Anadolu iba a soportar los cazas F-35B y AV-8B Harrier II, pero tras la exclusión de Turquía del programa F-35 en 2019, debido a la adquisición de los sistemas S-400, el buque ha pivotado hacia una nueva función: ser un portaaviones para drones.
Las adaptaciones recientes han incluido estaciones de control satelital para drones, sistemas de lanzamiento mediante rodillos, y mecanismos de detención en cubierta para los aterrizajes de los UCAV, así como redes de seguridad para la recuperación de drones más pequeños.
El Ministerio de Defensa Nacional turco ha indicado que el Anadolu posee la capacidad de albergar hasta 12 aviones de combate y UCAV, dependiendo de la misión. Además, puede transportar casi dos docenas de helicópteros.
Junto al TB3, Baykar avanza en el desarrollo de un UAV de combate denominado Kizilelma, que realizó su primer vuelo a fines del año pasado. Este dron podría incorporarse al Anadolu en 2025, sujeto al progreso y confirmación de su producción.
El Kizilelma se perfila como el futuro de las misiones de combate aéreo, típicamente ejecutadas por aviones de combate tripulados. Este sistema, impulsado por un motor turbofán Ivchenko-Progress de origen ucraniano, presume una estructura canard-delta que, en sus versiones avanzadas, promete capacidades supersónicas.
Con expectativas de autonomía de hasta seis horas, un techo operativo de 35,000 pies y un radio de acción de 500 millas náuticas, el Kizilelma se prepara para levantar vuelo con un peso máximo de 13,228 libras. Su bodega, apta para 3,306 libras de carga, se anticipa compatible con un arsenal de misiles aire-aire y municiones de precisión aire-tierra turcas.
La inversión en drones navales y la adaptación de buques no son exclusivas de Turquía; armadas alrededor del globo están integrando cada vez más estas plataformas no tripuladas en estrategias de asalto anfibio y marítimo. La Marina de EE. UU. prevé que hasta un 60 % de sus aeronaves en portaaviones serán drones, como los Collaborative Combat Aircraft (CCA), evidenciando una transición hacia una mayor autonomía y colaboración con sistemas tripulados.
Actualmente, el MQ-25 Stingray, un dron tanquero e ISR, se somete a pruebas, apuntando a ser el primer dron operacional avanzado en los portaaviones de la nación norteamericana. La Marina estadounidense visualiza un futuro con drones avanzados operando desde una diversidad de naves, extendiendo su alcance para enfrentar conflictos en el vasto escenario del Pacífico.
General Atomics ha presentado un concepto innovador similar al TB3, con un kit alar para los MQ-9 Reapers, adaptándolos para operaciones en portaaviones. Asimismo, su Mojave, un dron STOL de resistencia y altitud medias, está listo para pruebas en la Royal Navy, específicamente en uno de los portaaviones clase Queen Elizabeth.
La Royal Navy explora la viabilidad de equipar sus emblemáticos portaaviones con tecnología capaz de soportar el despliegue de drones de ala fija y, potencialmente, aeronaves tripuladas. Un hito reciente fue el despegue y aterrizaje exitoso de un dron en el HMS Prince of Wales, demostrando la compatibilidad con los F-35B y helicópteros.
China, no quedándose atrás, potencia el desarrollo de drones para sus propios portaaviones y buques anfibios de gran envergadura. Ha demostrado drones de gama baja con capacidad de operaciones verticales en el Shandong y sigue adelante con planes de incluir drones avanzados y sigilosos en sus fuerzas anfibias.
Mientras naciones con grandes flotas anfibias y portaaviones exploran opciones similares, Turquía emerge como un competidor audaz en el ámbito de los drones navales. Con sus ojos puestos en el horizonte de los “portaaviones teledirigidos”, el papel de Turquía en la vanguardia de esta tecnología es, sin duda, uno a seguir con interés.