Boeing transferirá dos fuselajes del 737-700 a STS Aviation en Birmingham, Reino Unido, para su conversión en prototipos del avión E-7 Wedgetail Airborne Early-Warning & Control de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Esta operación, programada para 2026, utiliza la línea de conversión existente de STS Aviation, la única instalación certificada en el mundo para este tipo de modificaciones. El ministerio de Defensa del Reino Unido anunció el acuerdo el 24 de septiembre de 2025 y lo describió como un avance significativo en la colaboración industrial entre ambos países.
Boeing produce estos dos fuselajes en su planta de Renton, Washington, como parte de un esfuerzo acelerado para entregar prototipos a la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Una vez completados, los fuselajes llegarán a Birmingham, donde STS Aviation los adaptará a la configuración E-7. Esta línea ya procesa conversiones para la Royal Air Force: la empresa completó un 737-700 para la RAF y ensambla dos unidades adicionales en distintas fases. El acuerdo involucra a más de 40 proveedores británicos y requiere la construcción de dos nuevas instalaciones de ingeniería en la base de la RAF Lossiemouth.
El ministerio de Defensa del Reino Unido calculó que el contrato genera más de 150 puestos de trabajo nuevos en Birmingham y asegura 190 empleos adicionales en el país. El monto del acuerdo alcanza las 36 millones de libras esterlinas, que inyectan fondos directos en la economía británica. John Healey, secretario de Defensa del Reino Unido, declaró que el proyecto crea cientos de empleos y fortalece la seguridad colectiva de ambos países. Esta colaboración aprovecha la capacidad certificada de STS Aviation y evita la expansión inmediata de instalaciones en Estados Unidos.
Para Boeing, el uso de la línea de Birmingham optimiza el programa Wedgetail al reducir costos y tiempos de desarrollo. La empresa evita invertir en nuevas capacidades de conversión en su territorio y aprovecha una infraestructura probada que ya soporta el ensamblaje de unidades para la RAF. Sin embargo, el futuro del E-7 en Estados Unidos enfrenta obstáculos.
Dentro del Pentágono, los responsables debaten si las funciones de vigilancia aérea y detección de objetivos deben trasladarse a sistemas satelitales en lugar de aviones tripulados. Pete Hegseth, secretario de Defensa, expresó escepticismo sobre la adquisición de Wedgetails y generó interés en alternativas, como constelaciones de satélites o adaptaciones del E-2 Hawkeye.
El Congreso de Estados Unidos intervino para preservar el programa a corto plazo. Un proyecto de ley de gastos impulsado por republicanos asigna fondos para que la Fuerza Aérea continúe con los prototipos del E-7. Legisladores de la Cámara de Representantes presentaron enmiendas que impiden la cancelación total del programa, según informes de Air & Space Forces Magazine. Estos pasos mantienen el proyecto activo, pero no resuelven el debate estratégico sobre capacidades aéreas versus espaciales.
El ministerio de Defensa del Reino Unido afirmó en su comunicado que este acuerdo representa la primera construcción de aviones militares estadounidenses en suelo británico en más de 50 años. Esta declaración resulta inexacta. La última instancia ocurrió con el Short C-23 Sherpa, un avión de transporte turbohélice basado en el Short 330, desarrollado por Short Brothers en Belfast, Irlanda del Norte.
El C-23 realizó su primer vuelo el 23 de diciembre de 1982; la Fuerza Aérea de Estados Unidos encargó 18 unidades en marzo de 1983 y adquirió un total de 60 para sus fuerzas armadas, que operaron hasta el siglo XXI.
El acuerdo de conversión en Birmingham asegura el avance inmediato de los prototipos E-7 y refuerza la cooperación industrial entre el Reino Unido y Estados Unidos. No obstante, la decisión final sobre el programa dependerá de la resolución del debate en el Pentágono y el Congreso, que determinará si el E-7 se integra en la flota de la Fuerza Aérea o cede paso a opciones espaciales.