Los aviones de ataque Sukhoi Su-24M/MR, con capacidad de ala variable, constituyen una de las piezas clave en el arsenal de la fuerza aérea ucraniana.
A pesar de las significativas bajas sufridas, el arsenal de estos bombarderos sigue siendo robusto. No obstante, lo mismo no se puede afirmar respecto a su dotación de munición de alta precisión.
Dotados de sistemas de lanzamiento adaptados de bombarderos británicos veteranos, estos Su-24, operados por dos tripulantes, lanzan misiles de crucero Storm Shadow de origen británico y misiles SCALP-EG de fabricación francesa, alcanzando objetivos a hasta 200 millas de distancia. Han sido utilizados contra almacenes logísticos, centros de comando, puentes, instalaciones de defensa antiaérea y navíos enemigos, mayormente en Crimea, el sur de Ucrania, y sus inmediaciones.
Los ataques contra embarcaciones enemigas son particularmente notables. La única brigada de Su-24 de Ucrania, la 7ª Brigada de Aviación Táctica, ha logrado inmovilizar o hundir dos buques de desembarco de la Flota del Mar Negro, una corbeta, un buque escuela y, sorprendentemente, el submarino Rostov-on-Don en dique seco en Crimea.
Resistencia y poder: la 7ª Brigada de Aviación Táctica en acción
La amenaza que representan los Su-24 equipados con misiles es bien conocida por las fuerzas rusas, que atacan con frecuencia tanto las bases de la 7ª Brigada, incluida su localización en Starokostyantyniv, al oeste de Ucrania, como a los propios bombarderos durante sus misiones. A lo largo de dos años de intensos conflictos, los rusos han destruido 18 Su-24 ucranianos, superando el número original disponible antes del conflicto a gran escala iniciado por Rusia en febrero de 2022.
Sin embargo, como algunos analistas ya sospechaban, la 7ª Brigada, dirigida por el experimentado coronel Yevhen Bulatsyk, no solo ha compensado estas pérdidas, sino que ha aumentado su capacidad. En una reciente entrevista con Voice of America, Bulatsyk confirmó que la brigada cuenta ahora con más bombarderos que hace dos años.
¿El incremento exacto? Bulatsyk simplemente indicó que era “significativamente mayor”.
La estrategia de supervivencia y crecimiento de la 7ª Brigada, en estrecha colaboración con el conjunto de la fuerza aérea ucraniana y sus aliados internacionales, no es ningún misterio. Según Bulatsyk, una táctica clave es la “evacuación rápida de los aeródromos ante amenazas inminentes”.
Esto implica la dispersión de los aviones hacia aeródromos secundarios o incluso el uso de carreteras y autopistas cuando se detectan misiles enemigos por medio de radares ucranianos o satélites de la OTAN.
Adaptación y supervivencia: la evolución táctica de la 7ª Brigada
Para las tripulaciones de los bombarderos, esquivar los misiles antiaéreos rusos en pleno vuelo supone un reto considerable. De hecho, la mayoría de los 18 Su-24 perdidos por la 7ª Brigada cayeron en combate. Sin embargo, la mayor parte de estas pérdidas ocurrieron antes de que la brigada, con el apoyo crucial de expertos extranjeros, empezara a equipar sus aeronaves con misiles Storm Shadow y SCALP-EG el año pasado.
Estos misiles tienen un alcance suficiente para permitir que los Su-24 los lancen desde decenas de kilómetros más allá de las líneas ucranianas. Con inteligencia precisa, estos aviones han continuado golpeando objetivos en toda la Crimea ocupada. Desde la transición a misiones de ataque de largo alcance, la 7ª Brigada ha sufrido muy pocas pérdidas de Su-24.
Aun con una disminución en el índice de bajas, los técnicos de la 7ª Brigada han mantenido su esfuerzo en la identificación y reconstrucción de Su-24 que habían sido declarados inoperables. “La reconstrucción de estos aviones no ha cesado”, afirmó Bulatsyk.
Reservas ocultas: La fuente de poder aéreo sostenido de Ucrania
El legado soviético en Ucrania incluye al menos un centenar de estos bombarderos supersónicos, con la posibilidad de que el total ascienda hasta 200. Aunque solo una fracción de estos pueda ser restaurada para el servicio activo —y el resto se utilice para piezas de repuesto—, la 7ª Brigada cuenta con suficientes recursos como para mantener su capacidad combativa durante años venideros.
Este hecho subraya la razón por la cual Ucrania no ha priorizado la adquisición de aviones de reemplazo, como los Mirage 2000D franceses. Aunque la 7ª Brigada acogería con agrado la incorporación de nuevos modelos, la disponibilidad de aeronaves no constituye su principal limitación.
En cambio, el desafío más apremiante para la brigada radica en la necesidad de reponer su arsenal de misiles. El año pasado, la 7ª Brigada recibió un lote de cien misiles Storm Shadow y SCALP-EG, de los cuales la mayoría ya han sido empleados en operaciones.
Desafíos en el horizonte: La cuestión de la munición para la 7ª Brigada
Francia ha comprometido la entrega de 40 misiles SCALP-EG adicionales en enero, un gesto significativo hacia el fortalecimiento de la capacidad ofensiva de Ucrania. Sin embargo, el Reino Unido ha frenado en su apoyo correspondiente con los misiles Storm Shadow. La Royal Air Force enfrenta preocupaciones sobre la disminución de su propio arsenal de misiles, al grado que el gobierno británico ha solicitado al alemán la provisión de misiles de crucero Taurus para la RAF. Esta medida permitiría al Reino Unido transferir una mayor cantidad de sus Storm Shadows sin comprometer su capacidad operativa.
A pesar de esta estrategia indirecta, Alemania tiene la opción de suministrar misiles Taurus directamente a Ucrania. No obstante, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha mostrado una oposición consistente hacia el envío de munición de largo alcance a Ucrania, lo que plantea un obstáculo diplomático y estratégico.
La situación actual subraya un dilema crítico: sin un esfuerzo concertado por parte de los aliados de Ucrania para aumentar la producción de misiles, la 7ª Brigada de Aviación Táctica enfrenta el riesgo permanente de agotar sus reservas de misiles, a pesar de tener suficientes bombarderos para llevar a cabo sus misiones.