ANKARA, TURQUÍA – Turquía está a la espera de una decisión de Estados Unidos sobre si recibirá los nuevos cazas F-16 Block 70 solicitados. Washington aún no ha tomado una decisión y continúan las negociaciones entre los representantes turcos y el Congreso estadounidense. En el Congreso hay detractores de una posible venta de cazas estadounidenses.
Las dudas de Washington preocupan a Ankara. En 2022 cayeron las restricciones a la venta de aviones a Turquía. El presidente estadounidense, Joe Biden, incluso se responsabilizó personalmente ante su colega Recep Tayyip Erdogan de convencer al Congreso de que vendiera a Turquía los 40 cazas que necesita.
A finales del año pasado y principios de este, los ánimos apenas han cambiado, pero ahora algunos congresistas afirman claramente que no permitirán la venta de F-16 a Turquía.
¿Qué piensa Turquía?
A lo largo del Bósforo, hay tanto propuestas de diálogo razonable como amenazas de elegir otro caza. Turquía no sólo necesita nuevos cazas, sino también seguir modernizando su actual flota de F-16. “Esperamos que prevalezca el sentido común, que Estados Unidos evalúe el problema en su conjunto, tome una decisión y actúe en consecuencia… También decimos que el F-16 no es la única opción”, ha declarado hoy, 5 de febrero, el ministro turco de Defensa, Hulusi Akar.
Según el ministro, los representantes turcos siguen manteniendo negociaciones sobre el F-16 con el Congreso estadounidense. Añadió que en su política, las autoridades turcas se adhieren al lema “Turquía fuerte, fuerzas armadas turcas fuertes, OTAN fuerte, alianza fuerte”.
No es la primera vez
La declaración del ministro Akar es otra declaración de un alto político turco que insinúa que EE.UU. no es la única opción ante Turquía. El propio presidente Erdogan ha citado en repetidas ocasiones a países como Gran Bretaña y Francia como capaces de suministrar aviones de combate de 4ª generación.
Erdogan también hizo hincapié en su discurso en que si Londres y París no acceden a vender a Turquía, Moscú y Pekín son siempre opciones abiertas. No es la primera vez que el presidente turco utiliza la carta “Rusia” frente a sus aliados occidentales, subrayando que Ankara no teme comprar aviones rusos, especialmente después de haber adquirido sistemas rusos de defensa antiaérea.
Por primera vez
Sin embargo, por primera vez, Ankara ha implicado a Pekín como posible proveedor de aviones. Esto no es sorprendente, especialmente en el contexto de las buenas relaciones entre Turquía y Pakistán. Pakistán participa desde hace años en el desarrollo del JF-17 con China. China, por su parte, tiene algo que ofrecer a Turquía: los cazas J-10, J-11 y J-15.
Aunque China es una opción demasiado extrema para elegir proveedor, Turquía no puede descartar esta posibilidad. En los últimos años, Turquía ha desarrollado seriamente su industria militar aeronáutica. La participación de China en un posible futuro suministro podría significar una transferencia de datos tecnológicos en ambas direcciones.
Según algunos, el “comercio militar” entre Turquía y China es “una distancia demasiado grande”. Sin embargo, las cosas podrían cambiar rápidamente después de que Ankara invitara a Islamabad a participar en el proyecto de aviones de combate de quinta generación de la empresa turca TAI. La distancia puede reducirse rápidamente si Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña se niegan.