Rheinmetall BAE Systems Land suministrará un sistema de blindaje modular avanzado para el Challenger 3, elevando su capacidad de supervivencia.
El programa Challenger 3 del Ejército británico ha alcanzado un hito significativo con la firma de un contrato para que Rheinmetall BAE Systems Land (RBSL) suministre un nuevo sistema de blindaje modular. Este desarrollo, fruto de la colaboración entre el Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa (DSTL) y RBSL, representa una mejora sustancial en la supervivencia del carro de combate principal. Tras las pruebas iniciales de integración en 2023, RBSL se encargará de probar, fabricar e integrar este nuevo blindaje en los Challenger 3, brindando una protección superior contra las amenazas más peligrosas.
Coronel Will Waugh, Propietario Responsable del Programa de Blindados (MBT) del Ejército, resaltó la importancia del blindaje: “Este blindaje es una capacidad soberana de categoría mundial que supondrá un cambio radical en la protección de nuestros soldados y en la capacidad de supervivencia del Challenger 3”.
El General de División Darren Crook CBE, director de Equipamiento Terrestre, destacó que el contrato no solo asegura una solución de blindaje eficaz para el Ejército británico, sino que también beneficia a la industria nacional: “Es una gran noticia para la industria británica. Ilustra nuestro compromiso colectivo con el desarrollo y el aseguramiento de las capacidades en el sector de la defensa para las generaciones futuras”.
Colin McClean, director general de RBSL, expresó su entusiasmo: “La inversión industrial que se realizará en el marco de este contrato situará a Telford a la vanguardia del desarrollo y la fabricación de blindajes”.
Este contrato es crucial para la Estrategia de la Industria Terrestre, promoviendo la propiedad intelectual británica, manteniendo la cadena de suministro nacional y asegurando la cualificación en el Reino Unido. Además, generará empleo en Newcastle y Telford, beneficiando a la economía local.
El Challenger 3, un componente clave de los Futuros Equipos de Combate de Brigadas Acorazadas del Ejército y de la contribución del Reino Unido a la disuasión de la OTAN, está destinado a ser un pilar en la modernización y fortalecimiento de las capacidades defensivas británicas. Este contrato no solo dotará al Ejército de un carro de combate principal avanzado, sino que también regenerará una capacidad industrial crítica en el Reino Unido, aprovechando lo mejor de la ingeniería y la fabricación británicas.