Científicos de la Universidad china de Xidian afirman haber desarrollado un radar anti sigilo tan pequeño que podría instalarse fácilmente en cualquier lugar, incluso en un tejado, según un informe de los medios de comunicación chinos.
Normalmente, los radares antisilencio necesitan una gran antena para captar la débil firma de un avión furtivo que puede absorber o desviar las ondas emitidas por un radar, lo que compromete la movilidad del mismo y lo hace vulnerable a los ataques.
“Aunque la precisión de la detección del radar puede mejorarse aumentando la apertura de la antena, esto reducirá la movilidad y la capacidad de supervivencia de la plataforma de radar”, afirma el profesor Yang Minglei, del laboratorio nacional de procesamiento de señales de radar de la Universidad de Xidian, en un artículo publicado en la revista nacional Modern Radar el 11 de agosto.
Yang y su equipo desarrollaron un radar de ondas métricas que tiene un tamaño similar al de un tendedero de ropa, informó SCMP. Los investigadores afirman que el dispositivo es móvil y demostró un rendimiento superior en términos de precisión en la detección durante varias pruebas realizadas en el tejado de un edificio del campus universitario.
Radares anti sigilo en China
La investigación sobre tecnologías de radares antisilencio fue retomada por China, especialmente después de que un bombardero furtivo estadounidense B2 atacara accidentalmente la embajada china en Belgrado durante la guerra aérea de la OTAN sobre Yugoslavia en 1999. La alianza atacó varios objetivos en Serbia y Kosovo.
En la actualidad, China dispone de un sistema de defensa aérea de varios niveles con estaciones de radar antisilencio, especialmente a lo largo del Océano Pacífico oriental y de la costa del Mar de China Meridional.
Por ejemplo, en el Arrecife Subi hay un conjunto de radares de muy alta frecuencia (VHF), que los medios de comunicación chinos describen como un “radar antisecreto”. El Arrecife Subi es un arrecife controlado por China en las disputadas islas Spratly, también reclamadas por Vietnam y Taiwán.
China tiene un puesto de avanzada militar en este arrecife, con el conjunto de radares VHF, descrito por los científicos chinos como un radar de impulso sintético y apertura (SIAR) situado en el extremo sur del puesto de avanzada a partir de 2020.
El radar opera en la banda de frecuencias de 30-300 megahercios y consta de tres anillos concéntricos de elementos de antena.
Según los investigadores chinos, el uso de una configuración de antenas circulares de altura aleatoria y las técnicas de procesamiento de señales del SIAR permiten al radar superar la limitación habitualmente aceptada del radar de banda VHF y operar como un auténtico radar cuatridimensional que puede determinar el alcance, el acimut, la elevación y la velocidad de los objetivos aéreos.
Además, se dice que el radar es capaz de detectar y rastrear objetivos que vuelan a baja altura gracias a su capacidad para superar el desorden del suelo.
Además, también hay un radar de alta frecuencia (HF) en el Arrecife Cuarterón, que forma parte de las disputadas islas Spratly, en poder de China y reclamadas por Filipinas, Vietnam y Taiwán.
El radar de alta frecuencia del Arrecife Cuarterón consta de postes de 20 metros espaciados uniformemente y, según se informa, puede detectar objetos, incluidos aviones furtivos, a una distancia de hasta 3.000 kilómetros.
Sin embargo, como ya informó EurAsian Times, los radares HF pueden detectar aviones furtivos, pero carecen de la precisión necesaria para guiar un arma hacia el objetivo. Los radares HF no pueden determinar con precisión el alcance, la altitud y la dirección exacta de un objetivo aéreo.
Las células de resolución de un radar HF pueden estar separadas por varios kilómetros, lo que significa que el radar sólo puede indicar a los otros sensores que busquen en el espacio aéreo o guíen a los cazas hacia una zona de búsqueda aproximadamente definida.
Radares anti sigilo de onda métrica
Como ya se ha dicho, el último radar antisilencio desarrollado por el profesor Yang Minglei y su equipo es un radar de onda métrica. Este tipo de radares suelen ser enormes, incluso las versiones móviles tienen decenas de metros de altura cuando están extendidos, requieren el remolque de grandes camiones y pueden tardar horas en instalarse.
Además, su enorme tamaño los hace fácilmente detectables por los satélites y vulnerables a los ataques. Por ejemplo, el radar JY-27, fabricado por China Electronics Technology Group (CETC), fue destruido por un ataque aéreo israelí en 2019.
El radar JY-27 en cuestión formaba parte de la defensa aérea siria en el aeropuerto de Damasco y fue supuestamente destruido por un caza F-35i Adir de la Fuerza Aérea israelí el 20 de enero de 2019, lo que indica que la capacidad del radar para detectar un avión furtivo también es cuestionable.
No obstante, el incidente provocó la preocupación por la capacidad de supervivencia de estas plataformas anti sigilo.
El sistema de radar de ondas métricas desarrollado por Yang y sus colegas consiste en dos antenas idénticas separadas por unos 20 metros en la misma azotea.
Las antenas están conectadas por un cable óptico para que funcionen simultáneamente: una emite pulsos electromagnéticos de baja frecuencia y la otra detecta las señales de retorno.
Los investigadores afirman que el conjunto de antenas dobles proporciona una amplia cobertura de área, lo que permite al sistema captar más ondas largas reflejadas por un objetivo.
Sin embargo, al mismo tiempo, el espacio entre las antenas también creaba ruido adicional o señales falsas, lo que podía afectar a la precisión. Los investigadores afirmaron haber desarrollado un algoritmo que podía extraer señales valiosas del fuerte ruido de fondo analizando los datos recogidos por las antenas en diferentes lugares.
El equipo de Yang afirmó que el flujo de datos generado por el nuevo sistema de radar era mayor de lo habitual, por lo que necesitaba cuatro chips Hunxin 1 de producción nacional para su procesamiento.
El Hunxin 1 es un procesador del tamaño de una moneda fabricado con tecnología de 55 nanómetros. Se ha utilizado ampliamente en coches, maquinaria y equipos militares chinos durante casi una década por su bajo coste, alto rendimiento y estabilidad, incluso en entornos difíciles. La tecnología es tan antigua que no se verá afectada por las sanciones estadounidenses, informó el SCMP.
“El chip tiene una estructura de procesamiento paralelo de cuatro núcleos con una potente capacidad de cálculo en coma flotante, que puede satisfacer muy bien los requisitos de aplicación del procesamiento de señales de alta velocidad en tiempo real”, señaló Yang en el documento.
Dicho esto, la eficacia real del nuevo radar para detectar aviones furtivos del mundo real, como el F-35 y el F-22 estadounidenses, sigue sin estar clara. El equipo de Yang afirma en el artículo que el radar se utilizó para rastrear aviones civiles y los datos de las pruebas sugieren que la tecnología funciona.