Por qué el F-35 estadounidense sigue siendo insuperable para China: Perspectivas de un especialista naval: El Lockheed Martin F-35 Joint Strike Fighter, catalogado como uno de los escasos cazas de quinta generación a nivel global, lidera en términos de capacidad de integración de datos y conectividad en red.
China ha intentado replicar este éxito con su J-20, un avión competente que guarda un parecido notable con el F-35. No obstante, el J-20 no alcanza el nivel del Joint Strike Fighter en varios aspectos cruciales.
Eric Wicklund, antiguo especialista en operaciones de la Marina de EE. UU., compartió su análisis sobre por qué China aún no ha logrado desarrollar un competidor a la altura del F-35.
“Producir una estructura con características furtivas es solo un fragmento de la ecuación del sigilo”, explicó Wicklund. “Las configuraciones internas y su diseño también son fundamentales”. Uno de los principales déficits de China, según Wicklund, radica en la ciencia de materiales, afectando directamente su capacidad para desarrollar un material absorbente de radar (RAM) efectivo, capaz de atenuar hasta el 80% de las señales de radar.
Desafíos tecnológicos en la ingeniería de materiales sigilosos
Wicklund señala que, aunque copiar una estructura furtiva de una computadora puede ser relativamente sencillo, fabricar un RAM avanzado representa un reto considerable. “Podría entregarles a los chinos una muestra de RAM”, escribió, “la analizarían y confirmarían su autenticidad, pero el desafío reside en la ingeniería inversa. Comprenden qué es, pero no cómo replicarlo”.
El especialista comparó esta situación con entregar una hoja de acero de Damasco a un fabricante de espadas egipcio. Aunque el egipcio reconocería la superioridad del material, le resultaría imposible replicar la tecnología. Este mismo obstáculo enfrenta China con la tecnología RAM.
El dilema se extiende a otros ámbitos tecnológicos, como en el desarrollo del motor a reacción WS-15. Durante años, China batalló para producir aspas de turbina capaces de resistir las altas temperaturas internas del motor. Con el tiempo, su ciencia de materiales alcanzó la madurez necesaria, y el WS-15 ha sido finalmente puesto en producción.
Sin embargo, Wicklund advierte que “la RAM será otro escalón desafiante, y hasta que no se domine completamente, los cazas furtivos chinos quedarán en desventaja frente al F-35”.
El monopolio estadounidense en la producción de cazas de vanguardia
Actualmente, Estados Unidos es la única nación con la capacidad tecnológica y de ingeniería para desarrollar y producir aviones de combate de la complejidad del F-35 o del F-22.
El F-35 está diseñado para ejecutar misiones de superioridad aérea y ataques precisos, además de estar equipado para operaciones de guerra electrónica e ISR (Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento). Lo que distingue al F-35 son sus sistemas avanzados de aviónica y la integración de sensores, proporcionando al piloto una conciencia situacional sin precedentes.
Aunque el F-35 no está diseñado para ser tan ágil o maniobrable como el F-22, otro caza de quinta generación, sí puede competir con aviones de cuarta generación en términos de capacidades cinéticas. La arquitectura del F-35 se ha optimizado priorizando el sigilo y la integración sensorial sobre la maniobrabilidad.
Entre los sistemas críticos instalados en el F-35 se encuentran el radar activo de barrido electrónico AN/APG-81 de Northrop Grumman; el sistema de guerra electrónica AN/ASQ-239 Barracuda de BAE Systems; el Sistema de Apertura Distribuida Electro-óptica AN/AAQ-37 de Northrop Grumman/Raytheon; el sistema de puntería electroóptica AN/AAQ-40 de Lockheed Martin; y el sistema de comunicaciones, navegación e identificación AN/ASQ-242 de Northrop Grumman.
La integración de todos estos sistemas avanzados provoca una plataforma aérea con capacidades superiores de conciencia situacional, mando y control, y conectividad en red, superando a cualquier otra aeronave actualmente en producción.