La capacidad de reabastecimiento aéreo permite a EE. UU. operar a largas distancias y diseñar aeronaves para futuros conflictos.
Detalles sobre el reabastecimiento aéreo
Importancia estratégica del reabastecimiento en vuelo
El reabastecimiento aéreo es clave para que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos proyecte su poder globalmente. Alrededor del 75% de la flota mundial de aviones cisterna pertenece a este país, permitiendo operaciones a mayor distancia y profundidad que otras fuerzas aéreas.
Para mantener esta ventaja, la Fuerza Aérea trabaja en el diseño de un avión cisterna furtivo, capaz de operar en espacios aéreos más disputados en futuros conflictos. Esta capacidad subraya la relevancia del reabastecimiento aéreo en los escenarios modernos.
El proceso de reabastecimiento en vuelo implica que un avión cisterna transfiera combustible a otra aeronave mientras ambas se encuentran en el aire. Se emplean dos sistemas principales: el método de sonda y drogue y el de pértiga volante.
Además de ampliar el alcance y tiempo de operación, esta técnica permite que las aeronaves despeguen con una carga de armas mayor, recibiendo combustible posteriormente durante el vuelo.
Modelos destacados de aviones cisterna
Entre los aviones cisterna más conocidos se encuentran modelos como el Airbus A310 MRTT, el Boeing KC-135 Stratotanker, el Boeing KC-46 Pegasus, y el recientemente retirado KC-10 Extender de la Fuerza Aérea de EE. UU.
Otras opciones incluyen aeronaves como el K-130 Hércules y el Boeing MQ-25 Stingray, que representa una nueva generación de aviones cisterna no tripulados en desarrollo. Asimismo, algunas aeronaves, como el F/A-18 Super Hornet, pueden complementar estas funciones en operaciones específicas.
El método de reabastecimiento varía según la aeronave. Por ejemplo, los helicópteros usan una sonda frontal para acoplarse a los aviones cisterna, mientras que aviones como el KC-135 emplean métodos más avanzados para optimizar la transferencia de combustible.
Funcionamiento del sistema de sonda y drogue
El sistema de sonda y drogue utiliza una manguera flexible conectada a un drogue, que actúa como un embudo estabilizador para insertar la sonda del avión receptor. Este sistema es común en aeronaves que no están diseñadas específicamente como cisternas, ya que permite una integración más sencilla.
Según la Fuerza Aérea de EE. UU., “se puede utilizar un dispositivo de reabastecimiento especial con forma de volante, que se fija al brazo de sustentación y se arrastra detrás del mismo, para reabastecer de combustible a aeronaves equipadas con sondas. Algunas aeronaves han sido configuradas con el sistema de reabastecimiento de combustible multipunto, que consiste en cápsulas especiales montadas en las puntas de las alas. Estos KC-135 son capaces de reabastecer de combustible a dos aeronaves receptoras al mismo tiempo”.
El CV-22 Osprey es un ejemplo de una aeronave que utiliza este método gracias a un kit desarrollado por Boeing. Este sistema amplía el alcance operativo de aeronaves como el F-35B, que depende de estas capacidades debido a su menor alcance en comparación con otras variantes del modelo.
Sistema de pértiga volante: características y limitaciones
El sistema de pértiga volante, por otro lado, emplea un tubo telescópico rígido que se extiende hacia un receptáculo en el avión receptor. Aunque este método permite una transferencia más rápida de combustible, está limitado a reabastecer un avión a la vez.
Por ejemplo, el KC-135 y el KC-46 Pegasus están equipados con este sistema, alcanzando velocidades de transferencia de hasta 1.000 galones por minuto. Sin embargo, requiere la intervención de un operador dedicado, lo que puede aumentar la complejidad operativa.
El F-22 Raptor y el F-35A son compatibles con este método, aunque el último puede adaptarse al sistema de sonda y drogue si un cliente lo solicita.
Avances y modernización en los aviones cisterna
El KC-135 se ha consolidado como el pilar de la flota de aviones cisterna de Estados Unidos. A lo largo de los años, ha recibido diversas mejoras, incluyendo nuevos motores CFM-56 que permiten una mayor eficiencia en consumo y operación.
El modelo más reciente, el KC-46A Pegasus, está en proceso de entrega, con una proyección de 179 unidades para 2027. Este avión representa el futuro de las operaciones de reabastecimiento aéreo, integrando tecnologías avanzadas y capacidades mejoradas.
El accidente de Palomares en 1966
El accidente ocurrido en Palomares en 1966 es recordado como uno de los peores incidentes de la Fuerza Aérea de EE. UU. durante un reabastecimiento en vuelo. Un bombardero B-52G y un avión cisterna KC-135 colisionaron a 31.000 pies sobre la costa española, y provocó la destrucción del KC-135 y la desintegración del bombardero.
El incidente, clasificado como “Flecha Rota”, fue especialmente grave porque el B-52G transportaba cuatro bombas termonucleares. Aunque tres fueron recuperadas rápidamente, la cuarta requirió más de dos meses para ser localizada y recuperada.
Además, el impacto causó la dispersión de plutonio radiactivo en un área de 0,77 millas cuadradas, lo que se saldó con una significativa contaminación ambiental que requirió una extensa limpieza y recuperación.