El Ohka, un intento desesperado de Japón durante la Segunda Guerra Mundial, se diseñó como un avión suicida con el objetivo de utilizar armas de terror para cambiar el rumbo de la guerra. Sin embargo, este esfuerzo resultó en un fracaso.
Historia del Yokosuka MXY-7 Ohka y sus especificaciones
El Yokosuka MXY-7 Ohka, apodado “flor de cerezo”, realizó su primer vuelo sin motor en marzo de 1944, y su primer vuelo con motor en noviembre del mismo año.
Fue oficialmente introducido en el Servicio Aéreo de la Armada Imperial Japonesa en 1945. Diseñado por el oficial de la Armada Imperial Japonesa, Alférez Mitsuo Ohta, el Ohka era propulsado por cohetes y guiado por un piloto humano.
El Ohka: Un avión kamikaze único
El Ohka se destacó entre los aviones kamikaze utilizados en la guerra, ya que fue diseñado desde cero como una “bomba voladora”. Su función principal era transportar una carga explosiva hacia su objetivo, normalmente un barco enemigo.
Con una longitud de fuselaje de 19 pies y 11 pulgadas y una envergadura de 16 pies y 10 pulgadas, el Ohka estaba propulsado por cohetes que le permitían alcanzar una velocidad máxima de 615 millas por hora en picado. Solo se utilizaron 50 Ohkas en combate y lograron hundir tres naves enemigas.
Legado del Ohka y su presencia actual
De las 852 bombas voladoras Ohka construidas durante la guerra, solo sobreviven 15 en la actualidad, distribuidas en diferentes países como India, Japón, Reino Unido y Estados Unidos.
Estas aeronaves son consideradas valiosas piezas históricas y se exhiben en museos especializados en la historia militar. Además, los entusiastas del modelismo en plástico pueden encontrar kits a escala del Ohka para recrear esta icónica aeronave.