En un movimiento que marca una escalada significativa en las tensiones regionales, Corea del Norte disparó un misil balístico intercontinental hacia el mar el lunes. Este acto, descrito como una reacción a los esfuerzos de Estados Unidos y Corea del Sur por fortalecer sus defensas nucleares, representa una reanudación de las pruebas de armamento de alto perfil por parte del régimen norcoreano.
Según fuentes militares surcoreanas, el misil recorrió aproximadamente 1.000 kilómetros antes de caer en aguas internacionales entre la península coreana y Japón. Se reporta que el lanzamiento se realizó en un ángulo elevado, posiblemente para evitar afectar a los países vecinos.
Reacción de Corea del Sur al lanzamiento del misil norcoreano
Este incidente ha sido condenado por Corea del Sur como una “grave provocación” que amenaza la estabilidad y la paz internacionales. Además, se enfatiza que dicho lanzamiento infringe las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, las cuales prohíben a Corea del Norte realizar cualquier actividad relacionada con misiles balísticos.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Japón también confirmó el lanzamiento, y el primer ministro Fumio Kishida ha indicado que, hasta el momento, no hay reportes de daños o heridos. En respuesta, Japón planea convocar una reunión del Consejo de Seguridad Nacional para discutir las implicaciones de esta prueba.
Este lanzamiento, que es el primero de su tipo en aproximadamente cinco meses, sigue a otro ensayo realizado el domingo por la noche, en el que Corea del Norte disparó un misil balístico de corto alcance hacia el mar. El ejército surcoreano indica que este misil tenía un alcance suficiente para alcanzar objetivos estratégicos en Corea del Sur, incluyendo instalaciones militares estadounidenses.
Washington condena lanzamiento de misil de Corea del Norte
El ejército estadounidense ha expresado su preocupación, calificando estos eventos como un elemento “desestabilizador” del programa de armas ilícitas de Corea del Norte. Observadores internacionales sugieren que estos lanzamientos sucesivos son una forma de protesta del Norte contra las medidas adoptadas por Corea del Sur y Estados Unidos para mejorar su capacidad de disuasión nuclear.
En un encuentro reciente en Washington, altos funcionarios estadounidenses y surcoreanos acordaron fortalecer sus estrategias de disuasión nuclear y de contingencia, incluyendo la incorporación de escenarios de operaciones nucleares en ejercicios militares futuros. A pesar de que EE. UU. mantiene el control operativo de sus armas nucleares, este grupo consultivo busca mejorar la coordinación y el intercambio de información entre ambos países.
Corea del Norte ha respondido con dureza a estas medidas. El Ministerio de Defensa norcoreano criticó la decisión de incluir escenarios nucleares en los ejercicios militares conjuntos, prometiendo una “contraacción preventiva y mortal” ante cualquier intento de agresión.
Corea del Norte intensifica pruebas de misiles intercontinentales
En el último año, Corea del Norte ha intensificado sus pruebas de misiles balísticos, lo que representa un desafío para la seguridad regional y global. Estados Unidos y Corea del Sur han reaccionado aumentando sus ejercicios militares y reforzando la presencia de medios estratégicos en la región.
Este aumento en las tensiones se produce tras el lanzamiento por parte de Corea del Norte de su primer satélite de reconocimiento militar en noviembre, lo que constituye otra violación a las sanciones impuestas por la ONU. Como respuesta, Corea del Sur ha anunciado planes para intensificar su vigilancia aérea, mientras que Corea del Norte ha restablecido sus puestos de guardia fronterizos, contraviniendo un acuerdo intercoreano del 2018 destinado a reducir las tensiones militares.
El misil balístico intercontinental lanzado por Corea del Norte recorrió aproximadamente 1.000 kilómetros antes de caer en las aguas entre la península coreana y Japón.
Este lanzamiento de Corea del Norte constituye una violación a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, las cuales prohíben a Pyongyang realizar cualquier actividad con misiles balísticos.
Japón, tras detectar el lanzamiento, lo condenó y el primer ministro Fumio Kishida convocó una reunión del Consejo de Seguridad Nacional para discutir la situación, sin reportar heridos o daños.
El misil balístico de corto alcance lanzado por Corea del Norte alcanzó una distancia de unos 570 kilómetros, lo suficiente para cubrir objetivos importantes en Corea del Sur, incluyendo instalaciones militares estadounidenses.
Estados Unidos y Corea del Sur han intensificado sus ejercicios militares conjuntos, aumentando el despliegue temporal de medios estratégicos estadounidenses como portaaviones, bombarderos nucleares y submarinos nucleares en la región.