Un dron ucraniano destruyó un Bulsae-4 con misiles antitanque norcoreanos en Járkov, destacando la presencia norcoreana en el conflicto.
Detalles sobre la destrucción del Bulsae-4
Dron ucraniano alcanza vehículo con misiles en Járkov
Un vehículo Bulsae-4 de fabricación norcoreana, equipado con misiles antitanque, fue destruido por un dron ucraniano en el óblast de Járkov. El ataque fue realizado por el grupo de drones Vitrolom, parte de la Tercera Brigada de Asalto del ejército ucraniano, mientras el vehículo circulaba por una carretera en el noreste del país.
Un segundo dron ucraniano registró la explosión, que aparentemente detonó parte de los ocho misiles antitanque transportados en el lanzador del vehículo. Según Vitrolom, el Bulsae-4 quedó inutilizado tras el ataque. “¡Destruimos al enemigo todos los días!”, afirmó el grupo tras la operación.
Este ataque marca el primer enfrentamiento documentado contra los vehículos de apoyo de fuego que Corea del Norte ha proporcionado a Rusia para el conflicto. Junto con los vehículos Bulsae-4, se han identificado docenas de obuses M1989 y lanzacohetes múltiples M1991 enviados por Pyongyang al frente de batalla.
Datos clave sobre la destrucción del Bulsae-4
- El ataque ocurrió en el óblast de Járkov, en el noreste de Ucrania.
- El Bulsae-4 transportaba misiles antitanque norcoreanos.
- El grupo de drones Vitrolom, de la Tercera Brigada de Asalto, ejecutó la operación.
- El ataque fue captado por un segundo dron que confirmaba la destrucción del vehículo.
Norcorea refuerza las líneas rusas en la guerra
Corea del Norte ha incrementado su participación en el conflicto ruso-ucraniano, enviando tropas, vehículos y artillería a las líneas de combate. Estos refuerzos son vitales para los esfuerzos bélicos rusos, que han sufrido pérdidas significativas en personal y equipamiento durante meses de intensos enfrentamientos.
La estrategia rusa busca recuperar o ganar territorio antes de la toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Sin embargo, las bajas diarias, estimadas entre 1.200 y 2.000 soldados y hasta cien vehículos destruidos, están poniendo a prueba la capacidad del Kremlin para reponer sus fuerzas.
En 33 meses de guerra, Rusia ha perdido más de 730.000 soldados muertos o heridos y cerca de 15.000 unidades de equipo pesado. Por otro lado, Ucrania ha logrado mantener sus pérdidas en cifras mucho menores, consolidando así su resistencia en el conflicto.
Las ofensivas rusas y su impacto en el conflicto
A finales de 2023, Rusia inició una nueva ofensiva en la región de Donbas, en el este de Ucrania, complementada por una operación más limitada en el óblast de Kursk, en el oeste de Rusia. Estas maniobras han resultado en avances modestos para Moscú, pero han ocasionado un costo humano y material devastador para sus fuerzas.
Un informe del Instituto para el Estudio de la Guerra señala que, aunque las tropas rusas podrían lograr avances operativos significativos si Ucrania no frena estas ofensivas, las actuales tasas de bajas no son sostenibles a largo plazo para Rusia. La combinación de grandes pérdidas con ganancias territoriales mínimas pone en duda la viabilidad de estas campañas.
Corea del Norte, factor crucial en el frente ruso
La llegada de tropas norcoreanas y equipo militar al frente ruso es considerada un elemento clave para mantener el esfuerzo bélico de Moscú. Sin este apoyo, la posición rusa sería mucho más vulnerable ante los avances ucranianos.
El ataque al Bulsae-4 norcoreano subraya la importancia de debilitar no solo a las fuerzas rusas, sino también a las unidades norcoreanas presentes en Ucrania. Según analistas, para contener las ofensivas rusas en el Donbas y Kursk, Ucrania debe seguir atacando tanto a las tropas rusas como a sus aliados norcoreanos.
Preguntas y respuestas sobre el impacto de los vehículos norcoreanos en Ucrania
Los vehículos Bulsae-4 norcoreanos son plataformas de misiles antitanque utilizados por Rusia en el frente ucraniano. Equipados con hasta ocho misiles, proporcionan apoyo de fuego directo para contrarrestar las defensas ucranianas. Su despliegue destaca la creciente dependencia rusa de equipo militar extranjero para sostener las operaciones en Ucrania.
Las pérdidas rusas, que oscilan entre 1.200 y 2.000 soldados y 100 vehículos diarios, superan su capacidad de reposición. Con más de 730.000 bajas acumuladas y equipo destruido, la presión para mantener las ofensivas actuales depende cada vez más de refuerzos extranjeros, como los aportados por Corea del Norte.
Además de los vehículos Bulsae-4, Corea del Norte ha proporcionado obuses M1989 y lanzacohetes múltiples M1991. Estas armas refuerzan las ofensivas rusas, especialmente en el Donbass y Kursk, donde los combates son intensos y los recursos rusos han comenzado a escasear.
Destruir refuerzos norcoreanos, como el Bulsae-4, reduce la capacidad rusa de sostener ofensivas. Estos refuerzos son clave para mantener la presión en el frente, y su eliminación debilita la ya frágil maquinaria bélica rusa, facilitando las defensas ucranianas.
Los drones ucranianos, como los del grupo Vitrolom, han demostrado ser efectivos en identificar y destruir objetivos enemigos, incluidos vehículos norcoreanos. Su uso estratégico permite reducir amenazas significativas en el frente, afectando tanto a las tropas rusas como a los refuerzos extranjeros.