En la guerra prolongado de casi veintiséis meses en Ucrania, Rusia ha visto la pérdida de cientos de aeronaves, incluyendo cerca de una docena de cazas Sukhoi Su-34, también conocidos bajo el código de la OTAN como Fullback, solo en este año.
A principios de este mes, en una serie de operaciones ofensivas coordinadas, las fuerzas de Kiev impactaron significativamente en varias instalaciones aéreas rusas clave, logrando destruir o severamente dañar uno de los tres aviones Beriev Be-200 disponibles.
El Beriev Be-200 es distintivo por ser un hidroavión a reacción, con la capacidad de operar desde superficies tanto terrestres como marítimas, lo cual lo categoriza como un activo aéreo extremadamente versátil. Estos tres aviones constituyen una parte vital de la flota de transporte aéreo del ejército ruso, representando un recurso no fácilmente sustituible.
De acuerdo con un análisis de David Axe para Forbes, basado en imágenes satelitales provistas por Planet Labs, se observaron daños significativos en uno de los hidroaviones Be-200 de 30 toneladas. Es incierto si este avión podrá ser recuperado para futuras misiones. Las imágenes mostraban un Be-200 con un panel del ala faltante, además de signos de una posible fuga de combustible.
Axe también planteó la posibilidad de que el avión afectado en la Base Aérea de Yeysk, lugar del reciente ataque, pudiese ser una aeronave comercial bajo pruebas, dado que Beriev tiene uno o dos aviones en su inventario destinados a este fin. No obstante, esta base también es conocida por albergar el A-50, un avión de alerta temprana equipado con radar.
Si el Be-200 dañado perteneciese a la Armada rusa, este incidente podría representar un golpe significativo a la capacidad logística de reabastecimiento de la Flota del Mar Negro, ya mermada por el desgaste del prolongado conflicto.
Desarrollo y versatilidad del Beriev Be-200:
El desarrollo del Be-200 comenzó a finales de la década de 1980, culminando con su vuelo inaugural en septiembre de 1998. El avión hizo su debut internacional en el Salón Aeronáutico de París en 1999, donde se destacó por su polivalencia.
Originalmente diseñado para tareas de extinción de incendios, búsqueda y rescate, patrulla marítima, y como aeronave de transporte tanto de carga como de pasajeros, el Be-200 mostró su capacidad en múltiples frentes.
En la modalidad de extinción de incendios, el modelo, apodado Altair, demostró su capacidad al cargar hasta 12,000 litros de agua, desempeñando un papel crucial durante los incendios forestales en Grecia durante el verano y diciembre de 2007. Esta capacidad para actuar en situaciones críticas subraya su importancia en operaciones de emergencia y gestión de desastres naturales.
En su configuración como transportador, el Be-200 puede albergar hasta setenta y dos pasajeros, lo que lo convierte en una opción eficaz para operaciones de transporte humano y material. Con un alcance de 3,300 km y un techo de servicio de 8,000 metros, es propulsado por dos motores turbofan Progress D-436TP, montados sobre el fuselaje y resistentes a la corrosión marina. Esta configuración le permite alcanzar velocidades de hasta 680 km/h.
Hasta la fecha, se han construido diecinueve unidades del Be-200, y en 2018, el Ministerio de Defensa ruso encargó tres unidades adicionales, con la primera entregada en 2020. Este modelo ha sido designado para sustituir la envejecida flota de aeronaves anfibias turbohélice Beriev Be-12 de la Armada rusa, que ha estado en servicio desde 1963, marcando un importante avance en la modernización de las capacidades logísticas y de respuesta rápida del ejército ruso.