La Fuerza Aérea de Estados Unidos reubicó todos sus bombarderos B-1B Lancer por primera vez en 30 años, destacando su estrategia militar en el Indo-Pacífico.
Reubicación de los B-1B marca un hecho inédito en décadas
Por primera vez en tres décadas, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha trasladado la totalidad de su flota de bombarderos estratégicos B-1B Lancer desde la Base Aérea de Ellsworth, en Dakota del Sur. Esta reubicación responde a la modernización de la pista de la base, que se prepara para recibir al B-21 Raider, el futuro bombardero sigiloso de próxima generación.
Aunque el motivo principal es logístico, la movilización masiva de los B-1B también tiene un claro mensaje estratégico. La distribución de estos aviones fortalece la capacidad operativa de la Fuerza Aérea y refuerza la presencia militar de Estados Unidos en regiones clave.
Parte de la flota ha sido enviada a la Base Aérea de Grand Forks, en Dakota del Norte, mientras que otra ha sido desplegada en la Base Aérea Andersen, en Guam. Esta última ubicación es especialmente relevante, ya que forma parte de la Fuerza de Tarea de Bombarderos, una estrategia para contrarrestar la influencia de China en el Indo-Pacífico y garantizar la capacidad de respuesta ante amenazas en la región.

El B-1B sigue siendo clave en la estrategia militar de EE. UU.
Desde su entrada en servicio en 1986, el B-1B Lancer ha sido un pilar de la Fuerza Aérea de EE. UU. A diferencia del B-52, este bombardero no transporta armas nucleares, pero su velocidad supersónica y su capacidad para lanzar misiles y bombas convencionales de largo alcance lo convierten en un activo estratégico.
A pesar de su antigüedad, el B-1B sigue desempeñando un papel clave en operaciones militares, especialmente en el Medio Oriente y el Indo-Pacífico. Su despliegue en Guam refuerza la postura de disuasión de Estados Unidos y su capacidad para responder a crisis en cualquier parte del mundo.
Detalles clave del traslado de los B-1B
- Es la primera vez en 30 años que se moviliza toda la flota de B-1B.
- El traslado responde a la modernización de la Base Aérea de Ellsworth para recibir al B-21 Raider.
- Parte de la flota fue enviada a Grand Forks (Dakota del Norte) y otra a Guam.
- El despliegue en Guam refuerza la estrategia militar de EE. UU. en el Indo-Pacífico.
- El B-1B Lancer sigue siendo un activo clave en la proyección de poder de Estados Unidos.
La Base Aérea de Ellsworth se prepara para el B-21 Raider
Este traslado de los B-1B no solo marca un hito en la aviación militar estadounidense, sino que también señala el inicio de una nueva era. La Base Aérea de Ellsworth será el primer hogar del B-21 Raider, el bombardero furtivo de sexta generación que reemplazará al B-1B y al B-2 Spirit.

La modernización de la base es un paso crucial para garantizar que las futuras operaciones con el B-21 sean efectivas. Este nuevo bombardero ha sido diseñado para operar en entornos altamente disputados y evadir sofisticados sistemas de defensa aérea.
Un despliegue que pone a prueba la capacidad operativa
El comandante del 37º Escuadrón de Bombarderos, Andrew Feigen, destacó la importancia de esta movilización para evaluar la preparación de la flota y del personal a cargo. “Nuestra misión es clara: ganar hoy y dominar mañana”, afirmó.
Más allá del reto logístico, este despliegue demuestra la capacidad de la Fuerza Aérea de proyectar poder en cualquier región del mundo. Con la atención internacional enfocada en el Indo-Pacífico y Europa del Este, la presencia de estos bombarderos en Guam refuerza el compromiso de Estados Unidos con la estabilidad global.
Mientras la modernización de Ellsworth avanza para recibir al B-21 Raider, la Fuerza Aérea deja claro que el B-1B Lancer sigue siendo una herramienta vital en la estrategia de defensa de Estados Unidos.