El Pentágono sustituye B-2 por B-52 en base del Indo-Pacífico, tras tensiones en Medio Oriente y campaña en Yemen.
Reemplazo de B-2 por B-52 en base estratégica del Indo-Pacífico
El ejército de Estados Unidos reemplaza sus bombarderos B-2 Spirit por B-52H Stratofortress en la base militar de Diego García, en el océano Índico, según informaron funcionarios estadounidenses a Reuters el 12 de mayo de 2025. Esta base, operada conjuntamente con Reino Unido, se considera un punto estratégico para operaciones en el Medio Oriente debido a su ubicación, a más de 2,000 millas de Irán y Yemen. El cambio ocurre tras el despliegue de hasta seis B-2 en marzo de 2025, en medio de una campaña de bombardeos contra los hutíes en Yemen y crecientes tensiones con Irán por su programa nuclear.
Los B-2 Spirit, con tecnología furtiva, son capaces de transportar las bombas más pesadas de Estados Unidos, como la Massive Ordnance Penetrator de 13,600 kilogramos, y armas nucleares. Su despliegue en Diego García permitió ataques precisos contra objetivos enterrados de los hutíes, respaldados por Irán. Sin embargo, funcionarios anónimos indicaron que los B-52H Stratofortress, conocidos por su mayor capacidad de carga y alcance, asumirán ahora las operaciones desde la base. El Pentágono no comenta sobre ajustes en su postura de fuerza, conforme a su política.
El reemplazo coincide con un cese de los bombardeos contra los hutíes, anunciado por el presidente Donald Trump la semana previa, tras un acuerdo para detener las operaciones contra este grupo. Los B-2 participaron en ataques a bases subterráneas hutíes, destacando su capacidad para objetivos fortificados. La decisión de sustituirlos por B-52 refleja un cambio hacia misiones que requieren mayor versatilidad y alcance, según expertos militares.
Las tensiones con Irán persisten, tras la cuarta ronda de negociaciones nucleares en Omán, concluida el 11 de mayo de 2025. Teherán está dispuesto a aceptar restricciones limitadas en su programa nuclear a cambio de alivio de sanciones, pero considera la entrega de uranio enriquecido o el fin del enriquecimiento como líneas rojas. Trump, quien reinstauró una política de “máxima presión” contra Irán desde enero de 2025, ha amenazado con acciones militares si la diplomacia falla, en vísperas de su visita planeada al Medio Oriente.

Contexto estratégico de Diego García y capacidades de los bombarderos
Diego García ha sido un pilar para las operaciones estadounidenses en el Medio Oriente y el Indo-Pacífico desde la Guerra del Golfo. Su pista de 3,600 metros y su puerto de aguas profundas permiten el despliegue de bombarderos pesados y portaaviones. En marzo, imágenes satelitales de Planet Labs PBC confirmaron la presencia de seis B-2, junto con aviones de transporte C-17 y cisternas KC-135, lo que indica una preparación para operaciones de largo alcance. La base ha apoyado misiones en Afganistán (2001) e Irak (2003).
El B-2 Spirit, con un costo de 1,100 millones de dólares por unidad, es el bombardero más avanzado de Estados Unidos. Solo 20 unidades están en servicio, operadas desde la base de Whiteman, Missouri. Su diseño de ala volante reduce su firma de radar, ideal para penetrar defensas enemigas. Puede volar misiones de más de 30 horas con reabastecimiento aéreo, como se demostró en ataques contra objetivos terroristas. Sin embargo, su mantenimiento intensivo, que requiere 1,200 horas por hora de vuelo, limita su uso prolongado.
Por contraste, el B-52H Stratofortress, en servicio desde los años 50, ofrece una carga útil de hasta 31,500 kilogramos y un alcance de 8,800 millas sin reabastecimiento. Aunque carece de capacidades furtivas, su versatilidad permite el uso de misiles de crucero de largo alcance, como el AGM-158 JASSM, y bombas convencionales. Los B-52 desplegados en Diego García refuerzan la capacidad de Estados Unidos para proyectar poder en múltiples teatros, incluyendo el Indo-Pacífico, donde se enfrentan desafíos de China y Rusia.

Detalles clave sobre el despliegue de bombarderos en Diego García
- Ubicación estratégica: Diego García está a 700 km de las Maldivas, ideal para operaciones en el Medio Oriente e Indo-Pacífico.
- Capacidad del B-2: Transporta bombas nucleares y la Massive Ordnance Penetrator para objetivos subterráneos.
- Versatilidad del B-52: Mayor alcance y carga útil, adecuado para misiones de largo alcance y disuasión.
- Apoyo logístico: C-17 y KC-135 en Diego García aseguran sostenibilidad operativa.
- Historia operativa: La base apoyó misiones en Irak y Afganistán, consolidando su rol estratégico.
Evolución de las operaciones y postura militar estadounidense
El despliegue inicial de los B-2 en Diego García respondió a la intensificación de ataques hutíes contra el transporte marítimo en el mar Rojo, respaldados por drones y misiles iraníes. Los bombardeos estadounidenses, iniciados bajo la administración Biden y expandidos por Trump, incluyeron ataques a líderes hutíes y ciudades, superando en alcance las operaciones previas. La presencia de los B-2 también sirvió como advertencia a Irán, cuya infraestructura nuclear subterránea requeriría capacidades furtivas para un eventual ataque.

La llegada de B-52 a Diego García, confirmada por imágenes satelitales del 7 de mayo de 2025, según Air & Space Forces Magazine, refuerza la estrategia de Bomber Task Force de Estados Unidos. Estas misiones, iniciadas en 2018, rotan bombarderos como los B-1B Lancer, B-2 y B-52 en bases aliadas para mantener flexibilidad operativa y disuadir a adversarios como China, Rusia e Irán. La transición a B-52 sugiere un enfoque en misiones de mayor alcance y menor necesidad de furtividad.
El refuerzo militar en el Medio Oriente incluye la extensión del despliegue del portaaviones USS Harry S. Truman en el mar Rojo y la llegada del USS Carl Vinson desde Asia. Estas medidas, junto con el despliegue de cazas A-10 Thunderbolt II y más de 300 efectivos de la Guardia Nacional Aérea de Idaho, reflejan una postura defensiva robusta ante posibles escaladas con Irán o sus aliados.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos opera solo 20 B-2, lo que representa un tercio de su flota en Diego García durante el pico del despliegue. Este movimiento, descrito como inusual por expertos, subraya la gravedad de las tensiones regionales. Los B-52, con una flota de 76 unidades, ofrecen una alternativa más sostenible para operaciones prolongadas, especialmente en un contexto de negociaciones nucleares y dinámicas geopolíticas complejas en el Indo-Pacífico y el Medio Oriente.