Egipto realiza su primer pedido de cazas chinos J-10C, buscando modernizar su flota aérea frente a crecientes tensiones en Gaza.
Egipto compra cazas J-10C a China para mejorar su defensa aérea
El Ministerio de Defensa de Egipto formalizó la compra de los cazas chinos de cuarta generación J-10C a partir del 19 de agosto, lo que subraya su interés por profundizar relaciones con China. Este movimiento sigue su ingreso al bloque BRICS, liderado por China, y refuerza los lazos estratégicos entre ambos países.
Con esta adquisición, Egipto se convierte en la segunda nación, después de Pakistán, en incorporar el J-10C a su arsenal. Se especula que esta compra reemplazará a la envejecida flota de F-16 Fighting Falcon, que ha quedado obsoleta. También se cree que Sudán había negociado un acuerdo similar, aunque las conversaciones fueron interrumpidas por la guerra interno de abril de 2024.
Esta decisión podría ser una alternativa a las propuestas estadounidenses para la actualización del F-16V. El J-10C se destaca por su capacidad de combate y su coste similar al del modelo estadounidense mejorado, lo que lo convierte en una opción atractiva para Egipto.
Egipto busca alternativas debido a tensiones políticas con Estados Unidos
La compra de los J-10C refleja la evolución del panorama político de Egipto, especialmente tras dificultades con los cazas adquiridos de fuentes occidentales. A lo largo de los años, el país ha enfrentado varios obstáculos para modernizar su flota de F-16 debido a restricciones impuestas por Estados Unidos.
Tras la destitución del expresidente Mohamed Morsi en 2013, la ayuda militar de Estados Unidos fue temporalmente suspendida, lo que retrasó la modernización de los F-16 egipcios. Esta dependencia de Washington ha afectado gravemente el poder aéreo de Egipto, debido a las restricciones en piezas de repuesto y a la falta de acceso a armamento avanzado.
El gobierno de El Cairo también ha tenido problemas con sus cazas Rafale franceses, que no están sujetos a restricciones estadounidenses, pero carecen de misiles Meteor, lo que limita su capacidad de combate.
Israel podría ampliar su flota de F-35 tras la compra de Egipto
El creciente interés de Egipto en modernizar su flota aérea ha sido impulsado en parte por preocupaciones de seguridad. Las autoridades egipcias están cada vez más inquietas por las operaciones militares israelíes en Gaza y temen que los conflictos empujen a la población de Gaza a refugiarse en Egipto.
La compra de los J-10C proporciona a Egipto acceso a misiles de última generación como el PL-10 y el PL-15, considerados superiores a los misiles estadounidenses AIM-9X y AIM-120D. Esta adquisición representa un gran avance tecnológico para la fuerza aérea egipcia, cuyas capacidades han sido limitadas por su flota anticuada.
El J-10C será uno de los aviones de combate más avanzados de África y supera a la mayoría de los cazas de la región, exceptuando los F-35 israelíes. Esta situación podría motivar a Israel a ampliar su flota de F-35 para mantener su superioridad aérea en la región.
El J-10C proporciona una ventaja significativa sobre otros cazas en África
Egipto, que ha dependido históricamente de cazas occidentales, se ha visto obligado a diversificar sus proveedores de armamento debido a las crecientes restricciones políticas de Estados Unidos y Europa. Las dificultades para integrar misiles avanzados y tecnologías modernas en su flota han llevado a El Cairo a buscar opciones en países como China y Rusia.
Los nuevos J-10C equiparán a Egipto con una amplia gama de municiones aire-tierra, mejorando significativamente sus capacidades en combates interestatales. Su adquisición marca un cambio notable en la estrategia de defensa egipcia, que busca reducir su dependencia de los proveedores occidentales y optar por acuerdos con menos condiciones políticas.
El J-10C ha demostrado en simulaciones que puede superar a cazas de generaciones superiores, como el Su-35 ruso, lo que lo convierte en un activo valioso para la defensa aérea de Egipto.
Egipto avanza tecnológicamente con el J-10C y mejora su arsenal militar
El Cairo espera que el J-10C mejore significativamente su capacidad de combate aire-aire, un área en la que ha quedado rezagado frente a otros países de la región. Las tensiones actuales y el creciente panorama geopolítico en Oriente Medio han llevado a Egipto a buscar alternativas más viables para modernizar sus fuerzas armadas.
La adquisición de estos cazas chinos no solo representa un avance militar, sino también un reposicionamiento estratégico de Egipto, alejándose de la influencia occidental y acercándose a potencias como China. La capacidad del J-10C para desplegar misiles avanzados ofrece una clara ventaja sobre la mayoría de los cazas disponibles en la región.
Además, esta compra refleja la tendencia de Egipto a diversificar sus fuentes de armamento, reduciendo las limitaciones impuestas por acuerdos previos con Estados Unidos y Europa. Esto le permitirá una mayor independencia en la gestión de su defensa aérea.