El Eurofighter Typhoon, uno de los pilares del poder aéreo del Reino Unido y de la OTAN, enfrenta la posibilidad de ser retirado del servicio activo hasta una década antes de lo previsto. Esta decisión responde a varios factores, entre ellos, la competencia de nuevos programas de cazas de próxima generación, la falta de capacidades furtivas y los elevados costos operativos.
El Typhoon, que ha estado en servicio por 16 años, podría ver su vida útil acortada significativamente. Según Harrison Kass, expiloto de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y experto en defensa, aunque las continuas actualizaciones han mantenido al Typhoon operativo, el alto costo de estas mejoras y el desarrollo del Sistema Aéreo de Combate del Futuro (FCAS) podrían llevar a su retiro en 2040.
Air Force Technology subraya que las actualizaciones del Typhoon son extremadamente costosas, lo que podría anticipar la retirada de las unidades más antiguas hasta 15 años antes de lo previsto. Esta retirada podría impactar la capacidad de la RAF para mantener su experiencia en misiones de superioridad aérea, debido a una reducción en la disponibilidad de cazas para entrenamiento.
El desarrollo y producción del Typhoon involucran un consorcio multinacional compuesto por Reino Unido, Alemania, Italia y España, lo que añade complejidad y aumenta los costos de actualización. Un ejemplo es el programa de mejora de la fase 2 (P2E), iniciado en 2014, que enfrentó retrasos y sobrecostos por la necesidad de satisfacer las diferentes demandas de los países socios.
Además, la tecnología avanzada del Typhoon, como su aviónica y sistemas de guerra electrónica, requiere actualizaciones constantes para mantenerse competitivo, lo que encarece su mantenimiento en comparación con otros cazas. La actualización del radar AESA Captor-E, iniciada en 2014, ha demostrado ser especialmente costosa debido a desafíos técnicos y la necesidad de modernizar las aeronaves existentes.
En comparación, el programa del F-35, aunque también ha enfrentado sobrecostos y retrasos, se beneficia de economías de escala gracias a una mayor producción y participación internacional. La actualización del Bloque 4 para el F-35, que comenzó en 2018, tiene como objetivo mejorar sus capacidades de sensores y armas. A pesar de ser costosa, la producción en masa del F-35 permite distribuir los costos, haciéndolo relativamente más asequible por unidad en comparación con el Typhoon.
El diseño más antiguo del Typhoon y su necesidad de frecuentes actualizaciones para enfrentar las amenazas modernas hacen que su mantenimiento sea más caro. A diferencia de los diseños más modernos como el F-35, que vienen equipados con sistemas avanzados e integrados, el Typhoon requiere actualizaciones periódicas para mantener su eficacia.
La interoperabilidad entre las diferentes versiones del Typhoon utilizadas por los miembros del consorcio también incrementa los costos. Cada país tiene requisitos y configuraciones únicos, lo que complica las actualizaciones y aumenta los gastos. Un ejemplo es el Proyecto Centurión del Reino Unido, completado en 2018, que se centró en integrar nuevas armas y sistemas en los Typhoon de la RAF, pero que también elevó los costos al garantizar la compatibilidad con los aviones de otros países.
A pesar de estos desafíos, el Typhoon continuará siendo una pieza central de la RAF hasta al menos 2040. Justin Bronk, miembro del Royal United Services Institute, destacó que el Typhoon es más adecuado para misiones que requieren gran alcance y rendimiento a gran altitud, además de ser más rentable de operar para funciones de alerta de reacción rápida y vigilancia aérea.
El Typhoon, con su capacidad para transportar más munición, se considera posiblemente más eficaz en misiones en espacios aéreos permisivos y semipermisivos, como los de Irak y Siria. Aunque enfrenta desafíos de costos, el Typhoon sigue siendo una herramienta vital para la defensa aérea del Reino Unido y la OTAN.