El Bell P-59 Airacomet, el primer caza a reacción de Estados Unidos, no logró ser operativo en tiempo de guerra, pero su desarrollo y diseño proporcionó la base para la siguiente generación de cazas a reacción.
Bell P-59 Airacomet: la apuesta de Estados Unidos
El prototipo XP-59A realizó su vuelo inaugural el 2 de octubre de 1942, bajo la dirección del piloto jefe de pruebas Robert M. Stanley. Producido por Bell Aircraft, la compañía también fue responsable del P-39 Airacobra y el Bell X-1, que rompió la barrera del sonido.
El inicio del proyecto se remonta al 28 de agosto de 1941, cuando el fundador de Bell Aircraft, Lawrence Dale “Larry” Bell, fue convocado por el General Henry “Hap” Arnold para discutir la posibilidad de diseñar un caza monoplaza utilizando el motor turborreactor centrífugo A-1 de General Electric.
El resultado fue un caza bimotor con una velocidad máxima de 413 mph, un techo de servicio de 46,200 pies y un alcance máximo de 950 millas. El armamento incluía un cañón de 37 mm o tres ametralladoras Browning M2 de calibre 50, además de una capacidad de 2,000 libras de bombas u ocho cohetes de 60 libras.
Estados Unidos y el camino al éxito en cazas a reacción
El proyecto se mantuvo en secreto hasta 1943, después de completar 100 vuelos. A pesar de su impresionante diseño, el P-59 Airacomet no pasó el corte final para entrar en servicio operativo con la USAF debido a varios problemas, como la escasa respuesta del motor y la insuficiente estabilidad lateral durante los alabeos.
Las pruebas de combate simuladas revelaron que el P-59 era superado por cazas con motor de pistón actuales y no ofrecía ninguna ventaja apreciable sobre los aviones convencionales. Finalmente, los P-59 fueron relegados a la categoría de reactores de entrenamiento.
El legado del Bell P-59 Airacomet
Aunque el rendimiento del Airacomet no fue espectacular, su desarrollo sirvió como ventana al futuro de los aviones a reacción estadounidenses. De los 66 Airacomets construidos, seis sobreviven hoy en día, siendo el más notable el que se está restaurando en el Museo Aéreo Planes of Fame en Chino, California.
El Bell P-59 Airacomet puede verse en varios museos, incluidos el Smithsonian National Air and Space Museum en Washington, DC, y el National Museum of the United States Air Force en Wright-Patterson AFB, Ohio.