El gigante francés de la aviación Dassault planea entregar 20 aviones de combate Rafale en 2024, a pesar de problemas en su cadena de suministro. Su popularidad en la India y Oriente Medio incrementa la presión.
La demanda del Rafale sobrepasa la capacidad productiva de Dassault
Dassault se comprometió a entregar aviones de combate Rafale a nuevos clientes en solo tres años tras firmar el contrato. Sin embargo, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) sugiere que la reciente oleada de ventas podría complicar este compromiso de 36 meses, poniendo en riesgo futuros acuerdos. El retraso en la producción ha alcanzado los 228 aviones, exacerbado por recientes pedidos de Indonesia y Francia.
El Rafale, diseñado para la Fuerza Aérea y la Armada francesas, fue concebido como un caza “omnirole”, capaz de reemplazar siete tipos de aviones de combate. Su desarrollo buscó abarcar una amplia gama de misiones, desde defensa aérea hasta ataques antibuque, destacándose como un “multiplicador de fuerzas”. Se espera que sea el principal avión de combate de Francia hasta al menos 2050.
El Rafale emerge como una alternativa para países que evitan la dependencia política y económica de aviones estadounidenses y rusos. Su aceptación en la India y Oriente Medio se ve amenazada por un inconveniente significativo: la dependencia de una cadena de suministro nacional francesa, ya sobrecargada por necesidades internas y el apoyo a Ucrania.
El legado y la tecnología detrás del éxito del Rafale

Tras retirarse del proyecto European Fighter Aircraft en 1985, Francia desarrolló el Rafale a través del programa Avion de Combat Experimental (ACX). El demostrador tecnológico, Rafale A, voló en 1986, sentando las bases del diseño y tecnología del avión, incluido su sistema fly-by-wire y el uso extensivo de materiales compuestos.
El Rafale es un avión de combate de cuarta generación que destaca por su sistema de control cuádruple redundante fly-by-wire y su configuración aerodinámica que garantiza agilidad y una mínima sección transversal del radar. Propulsado por dos turborreactores SNECMA M88-2, el avión combina rendimiento superior y versatilidad operativa.
En servicio desde 2001, el Rafale ha sido seleccionado por múltiples fuerzas aéreas alrededor del mundo y ha demostrado su valía en combate en Afganistán, Libia, Mali, Irak y Siria. Su capacidad omnirole y la independencia que ofrece a sus operadores subrayan su atractivo, a pesar de los retos logísticos actuales.
Impacto en la cadena de suministro y soluciones a futuro para el Rafale

La dependencia de Dassault en una cadena de suministro nacional para el Rafale le brinda cierto aislamiento frente a problemas globales, pero no la hace inmune. La escasez de talento en ingeniería amenaza con desbaratar el aumento en la producción del Rafale, esencial para cumplir con la creciente demanda.
Esta situación plantea desafíos significativos para Dassault, que debe equilibrar la necesidad de aumentar la producción con las limitaciones de su cadena de suministro. La implementación de estrategias para diversificar fuentes de suministro y optimizar la producción será crucial para mantener el compromiso con sus clientes.
El futuro del Rafale depende de cómo Dassault y sus socios aborden estos retos logísticos. Mantener la excelencia en el diseño y producción, junto con una gestión efectiva de la cadena de suministro, será esencial para asegurar su posición en el mercado global de defensa aérea.