Un B-2 Spirit, parte de una finta hacia Irán, aterrizó de emergencia en Honolulu y sigue varado, lo que evidencia los desafíos de la flota furtiva.
B-2 Spirit varado en Honolulu tras operación de distracción
Un bombardero furtivo B-2 Spirit, empleado como señuelo en una operación militar para desviar la atención hacia el Pacífico mientras la verdadera fuerza de ataque se dirigía a Irán por el Atlántico, permanece atascado en el Aeropuerto Internacional Daniel K. Inouye en Honolulu, Hawái, después de un aterrizaje de emergencia el 21 de junio de 2025. La maniobra, ideada con el objetivo de engañar a la comunidad de inteligencia de código abierto, incluyó un número reducido de bombarderos, posiblemente solo dos, que fueron acompañados por aviones cisterna que simulaban un despliegue mayor. El avión, identificado con el indicativo MYTEE 14, fue desviado hacia la Base Conjunta Pearl Harbor-Hickam debido a un problema técnico no especificado, lo que se suma a una serie de incidentes que reflejan los crecientes desafíos logísticos y de mantenimiento de la envejecida flota de B-2.
La operación, conocida como Operación MIDNIGHT HAMMER, buscaba proyectar una amenaza creíble hacia Guam, según reportes iniciales de medios que citaban fuentes anónimas del gobierno estadounidense. No obstante, los planificadores militares hicieron uso de la vigilancia de rastreadores de aviones en línea para amplificar la desinformación, una medida estratégica que dificultó la interpretación de las intenciones reales de la misión. Aunque los detalles de la finta siguen clasificados, el desvío del B-2 a Hawái dejó al descubierto las vulnerabilidades de una plataforma que, a pesar de su capacidad única, presenta limitaciones operativas derivadas de su complejidad y antigüedad.
El Aeropuerto Internacional Daniel K. Inouye, colindante con la Base de la Fuerza Aérea Hickam, constituye un centro clave para operaciones en el Indo-Pacífico, donde se encuentran principalmente cazas F-22, transportes C-17 y aviones cisterna KC-135. Los B-2 han utilizado esta base en el pasado para operaciones de avanzada y desvíos de emergencia. En 2023, otro bombardero furtivo permaneció en Hickam más tiempo del previsto tras un incidente similar, mientras la flota completa fue inmovilizada durante seis meses después de un accidente en la Base de la Fuerza Aérea Whiteman, Missouri. Imágenes satelitales de baja resolución, ofrecidas comercialmente, confirmaron que el B-2 desviado en 2025 aún se encuentra en una plataforma del aeropuerto, bajo custodia de un vehículo policial, de acuerdo con un video difundido por el usuario de X David Martin (@Sir_DavidMartin).
La logística necesaria para reparar un B-2 a miles de kilómetros de su base principal en Whiteman plantea desafíos significativos. Aunque no se ha revelado la naturaleza de los daños al avión, la reparación de componentes especializados, como los recubrimientos furtivos altamente clasificados, exige recursos y personal técnico que no siempre están disponibles en lugares remotos. Charles Hoffman, Jefe de Operaciones de Medios del Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea (AFGSC), evitó hacer comentarios sobre el incidente y se limitó a declarar: “No haremos comentarios sobre el movimiento, el despliegue o la postura de las fuerzas”. Hoffman destacó la capacidad del comando para ejecutar ataques globales en cualquier momento.
Desafíos operativos del B-2 Spirit en 2025
- La flota de B-2 está compuesta por solo 19 aviones, lo que la convierte en un activo de baja densidad y alto valor.
- El mantenimiento de los recubrimientos furtivos, que resultan esenciales para su sigilo, implica costos elevados y requiere condiciones especializadas.
- Los componentes de los años 80 dejaron de producirse, lo que dificulta las reparaciones y eleva los costos operativos.
- En 2023, un accidente en Whiteman provocó una inmovilización de seis meses de toda la flota, lo que puso de manifiesto su fragilidad.
- La Base Conjunta Pearl Harbor-Hickam ha funcionado como punto recurrente para desvíos de emergencia de los B-2 en el Pacífico.
Limitaciones de la flota B-2 y transición al B-21 Raider
Con solo 19 bombarderos operativos, la flota de B-2 Spirit representa un recurso crítico, pero limitado, cuya relevancia depende de actualizaciones constantes que le permitan conservar su ventaja tecnológica. Los costos de mantenimiento, especialmente los asociados a los recubrimientos furtivos, han aumentado considerablemente, y muchos componentes originales de la década de 1980 ya no están disponibles. Las mejoras recientes, dirigidas a la cabina y los sistemas electrónicos, tienen como objetivo reducir los costos operativos y extender la vida útil del bombardero hasta que el B-21 Raider entre en servicio como sucesor designado del B-2.
El B-21 Raider, actualmente en desarrollo, ofrece la promesa de superar las limitaciones de su predecesor mediante un diseño más moderno y sostenible. A diferencia del B-2, cuya capacidad de supervivencia ante sistemas antiaéreos avanzados ha disminuido, el B-21 ha sido diseñado para operar en entornos de alta amenaza. El programa, que ha evitado los sobrecostos y retrasos que afectaron al B-2, se considera esencial para mantener la superioridad aérea estratégica de Estados Unidos. La transición hacia el B-21 permitirá la sustitución gradual de la flota de B-2, cuya operación se ha vuelto progresivamente más compleja y costosa.
El incidente ocurrido en Honolulu pone en evidencia los desafíos técnicos que enfrenta el B-2 y también su importancia en operaciones estratégicas de alto riesgo. La capacidad de los bombarderos furtivos para ejercer una proyección de poder global continúa siendo un elemento fundamental de la estrategia militar estadounidense, incluso mientras la flota envejece. La Operación MIDNIGHT HAMMER demostró la habilidad de Estados Unidos para coordinar maniobras complejas de desinformación, a partir del uso de la vigilancia de código abierto como herramienta táctica. No obstante.
La Base Conjunta Pearl Harbor-Hickam seguirá cumpliendo una función central como centro logístico en el Indo-Pacífico, con el objetivo de prestar apoyo tanto a los B-2 como a otras plataformas militares. Mientras tanto, el Comando de Ataque Global mantiene su nivel de preparación para garantizar que los activos estratégicos como el B-2 respondan a las órdenes del presidente en cualquier momento, ya sea en operaciones reales o en maniobras de distracción como la realizada en junio de 2025.