El S-70 ruso no aparece por ninguna parte: Hay que felicitar a los ingenieros de la industria aeroespacial y de defensa rusa.
Han conseguido crear un dron que no se ve por ninguna parte, y ahora nos preguntamos si realmente existe o si Rusia ha abandonado el proyecto.
Se trata, por supuesto, del S-70 Okhotnik-B, un vehículo aéreo no tripulado (UAV) que fue objeto de mucho bombo y platillo, pero que ahora parece haber desaparecido.
Incluso sus diseñadores se han sumido en el “silencio de radio”, o tal vez su sigilo es tan bueno que no se ve.
S-70: Lo que sabemos
En teoría, el S-70 Okhotnik -que significa “cazador” en ruso- pertenece a la misma clase de aviones no tripulados que el Dassault nEUROn y el Boeing Loyal Wingman, que se están desarrollando actualmente para aumentar las capacidades de las aeronaves tripuladas, especialmente los cazas furtivos de quinta generación.
Estos drones también podrían ampliar considerablemente el alcance de los sensores y las armas de las aeronaves tripuladas.
Gran envergadura
El S-70 Okhotnik-B no es un avión teledirigido pequeño: pesa unas 20 toneladas y tiene una envergadura de unos 20 metros. También se cree que el UAV está propulsado por un único turboventilador AL-31F -el mismo utilizado en el caza Sukhoi Su-27– o por el derivado mejorado AL-41F, que se instala en los cazas Su-35S y en los aviones prototipo Su-57.
Tiene un alcance operativo total de 6.000 km y un alcance de combate de 4.000 km. El UAS cuenta además con dos bahías de armas internas que pueden transportar hasta 2.000 kg de municiones guiadas y no guiadas.
Según los informes de los medios de comunicación estatales rusos, el S-70 está destinado a operar como fiel compañero del avión de combate Sukhoi Su-57 (nombre de informe de la OTAN “Felon”), con un caza controlando hasta cuatro de los UAV. Los drones podrían tener un alcance de hasta 6.000 kilómetros.
Vuelos de prueba
El S-70 solo realizó su vuelo de debut el 3 de agosto de 2019, que duró algo más de 20 minutos bajo el control de un operador. El 27 de septiembre de 2019, el dron participó en un segundo vuelo de prueba que duró más de 30 minutos, en el que el dron acompañó a un caza de quinta generación Sukhoi Su-57. Durante ese vuelo en particular, el dron maniobró en el aire en modo automatizado a una altitud de unos 1.600 metros. Estaba previsto que los trabajos en el dron concluyeran este verano, con el objetivo de iniciar la producción en serie del S-70 Oknotnik-B a principios del año próximo.
El problema con el Okhotnik-B es si Moscú dispondrá de los recursos necesarios para continuar su desarrollo y producirlo en cantidades significativas. Estaba previsto que las entregas en serie comenzaran el año que viene, pero hasta la fecha no está claro cuántos prototipos o modelos de preproducción se han construido.
Las sanciones pueden haber echado por tierra el S-70
Debido a las sanciones impuestas a Moscú después de que lanzara su invasión no provocada y totalmente injustificada de Ucrania el año pasado, Moscú ha tenido dificultades para adquirir los chips informáticos y otros componentes avanzados para gran parte de su equipo militar – y el problema fue tan grave el año pasado que los microchips de frigoríficos y lavavajillas fueron reutilizados y utilizados en algunos tanques y vehículos blindados.
Hasta que se resuelva este problema, es probable que el S-70 haya quedado relegado a un segundo plano.