El S-70 Okhotnik-B, desarrollado por Sukhoi, busca competir con el NGAD de EE. UU. gracias a su sigilo, autonomía y capacidad para operar junto al Su-57.
Rusia apuesta por el S-70 Okhotnik-B para la sexta generación
El dron furtivo S-70 Okhotnik-B, diseñado por Sukhoi, representa el esfuerzo de Rusia por desarrollar una plataforma no tripulada capaz de rivalizar con el Next Generation Air Dominance (NGAD) de Estados Unidos. Su diseño de ala volante, combinado con tecnología del caza Su-57 Felon, busca ofrecer una alternativa viable en la competencia por la supremacía aérea.
Con una capacidad de carga de 2,8 toneladas y una velocidad de hasta 1.000 km/h, el S-70 pretende modificar las estrategias aéreas actuales. Se previó su producción para 2024, aunque dificultades industriales y sanciones podrían retrasarlo. A pesar de ello, su bajo costo en comparación con los sistemas occidentales le otorga una ventaja potencial en el mercado militar.
El proyecto comenzó en 2011 bajo encargo de Sukhoi y su fabricación corre a cargo de la planta Chkalov de Novosibirsk. Su diseño toma elementos del cancelado Mikoyan Skat y comparte componentes clave con el Su-57, como el motor AL-31F, que proporciona 125 kN de empuje con postcombustión, similar al utilizado en el Su-27.
Diseño y características técnicas del S-70 Okhotnik-B

El S-70 cuenta con una estructura de ala volante de 14 metros de envergadura y un peso de 20 toneladas. Su boquilla de escape plana reduce la firma de radar, con un RCS estimado entre 0,1 y 0,5 m², acercándolo a la discreción del Su-57 (0,1-1 m²). Presentado en 2017, su primer vuelo de prueba en 2018 validó su estabilidad en maniobras a 200 km/h.
Este UAV incorpora compartimentos internos de armas similares a los del Su-57, con capacidad para transportar hasta 2.800 kg en bombas y misiles como los FAB-250, FAB-1000, R-74 y Kh-38. Su autonomía alcanza los 6.000 km, con un techo de servicio de 18.000 metros.
Aspectos clave del S-70 Okhotnik-B en la competencia global
- Velocidad y sigilo: Subsónico (1.000 km/h), pero con un diseño que reduce su firma de radar.
- Armamento: Capacidad de carga de 2,8 toneladas, con compartimentos internos para bombas y misiles.
- Alcance y autonomía: 6.000 km de autonomía y operación a 18.000 metros de altitud.
- Integración con el Su-57: Capacidad para operar en conjunto con cazas tripulados.
- Producción y costos: Se estima un costo por unidad de 20-30 millones de dólares, frente a opciones occidentales más costosas.
El S-70 en el contexto del NGAD y la competencia con EE. UU.
El NGAD estadounidense y el GJ-11 chino representan la vanguardia de la aviación de sexta generación, integrando sigilo, inteligencia artificial y sistemas autónomos. Frente a esto, Rusia apuesta por un UAV pesado que actúe como “ala leal” del Su-57, permitiendo ataques coordinados o saturación de defensas.

Mientras EE. UU. desarrolla aviones con firmas de radar cercanas a 0,001 m² y velocidades hipersónicas, el Okhotnik-B se mantiene en el rango subsónico, priorizando autonomía y versatilidad. Su integración con cazas tripulados podría redefinir la guerra aérea, especialmente en escenarios de zona de acceso denegado (A2/AD) como el Pacífico.
A pesar de su potencial, Rusia enfrenta desafíos técnicos y económicos. Aunque el primer vuelo junto a un Su-57 ocurrió en 2019, la producción sigue en duda debido a sanciones y la guerra en Ucrania. La baja disponibilidad de Su-57 (22 unidades operativas en 2025) refleja los problemas industriales del país.
Retos y perspectivas del S-70 Okhotnik-B en el futuro
Comparado con el XQ-58A Valkyrie de EE. UU., que tiene una carga útil de 550 kg y cuesta 6 millones de dólares, el S-70 ofrece mayor capacidad de carga, pero con un desarrollo más lento. Mientras EE. UU. y China ya despliegan drones avanzados en pruebas operativas, Rusia sigue trabajando en la consolidación de su proyecto.

En términos de capacidades, el S-70 supera a UAV como el MQ-9 Reaper en autonomía y carga útil, y rivaliza con el Bayraktar Kızılelma en sigilo. No obstante, su dependencia del motor AL-31F, menos eficiente que el F135 del F-35, y la falta de inteligencia artificial avanzada limitan su autonomía real frente al NGAD.
la guerra en Ucrania ha demostrado la efectividad de drones más simples, lo que plantea dudas sobre la prioridad del S-70 en la estrategia rusa. Si se concreta su producción, este UAV podría reforzar la capacidad de Rusia en escenarios estratégicos como el Ártico y el mar Negro, donde su alcance y sigilo serían cruciales.
Aunque el S-70 Okhotnik-B representa un esfuerzo significativo en la aviación militar rusa, su éxito dependerá de superar las limitaciones actuales. Frente al NGAD estadounidense, su diseño pragmático podría ser una opción viable, pero aún está lejos de igualar las capacidades occidentales más avanzadas.