Raytheon lideró la exitosa prueba del sistema DeepStrike™ sin conductor, validando su capacidad de fuego autónomo durante el ejercicio Project Convergence 2025.
Raytheon prueba con éxito el DeepStrike™ durante ejercicio militar
El 25 de marzo de 2025, el vehículo lanzador móvil autónomo DeepStrike™, desarrollado por Raytheon, finalizó con éxito una demostración de fuego real como parte del ejercicio Project Convergence Capstone 5 del Ejército de EE. UU., realizado en Fort Irwin, California. La prueba certificó la capacidad del sistema para operar sin conductor humano y disparar misiles de precisión.
La plataforma integra tecnologías de Raytheon, Forterra, Oshkosh Defense y Ursa Major. Raytheon produjo el lanzador y el misil, Forterra aportó el software de conducción autónoma, Oshkosh la plataforma FMTV A2 y Ursa Major el motor de cohete de combustible sólido.
En la prueba, el DeepStrike™ ejecutó tres disparos exitosos, utilizando un misil desarrollado específicamente para el programa Joint Reduced Range Rocket (JT3). El ensayo validó su operatividad autónoma en condiciones similares a las del combate moderno.
Con esta demostración, el sistema marcó un hito clave en el proceso de modernización del Ejército de EE. UU., al combinar movilidad autónoma con capacidades avanzadas de fuego de precisión.
Componentes clave y socios del sistema DeepStrike™ de Raytheon
- Raytheon: responsable del lanzador y del misil de precisión JT3
- Forterra: tecnología AutoDrive para conducción autónoma
- Oshkosh Defense: plataforma táctica FMTV A2 con electrónica militar
- Ursa Major: motor de cohete sólido con empuje ajustable
- Project Convergence 2025: validación de tecnologías emergentes del Ejército
Autonomía y capacidad de carga diferencian al DeepStrike™
El DeepStrike™ amplía la capacidad de fuego disponible al ofrecer una mayor profundidad del cargador, permitiendo transportar y lanzar misiles de distintos tamaños. Esta capacidad incrementa la autonomía de las operaciones y reduce la necesidad de reabastecimiento frecuente en combate.
El sistema incorpora el software de autonomía AutoDrive de Forterra, que permite operar el lanzador sin personal a bordo, mejorando la supervivencia en entornos hostiles. Esta característica reduce la exposición directa del personal militar a amenazas enemigas.
La base vehicular es la FMTV A2 de Oshkosh Defense, seleccionada por el Ejército en 2018. Esta plataforma ofrece alta resistencia, compatibilidad con equipos militares y una suspensión adaptada a terrenos difíciles, lo que la hace adecuada para despliegues prolongados.
Gracias a estas características, el DeepStrike™ se presenta como una solución versátil que combina movilidad, potencia de fuego y autonomía, alineándose con las necesidades de las fuerzas terrestres para entornos operativos dinámicos.
Desempeño del misil JT3 y motor sólido de Ursa Major
El misil empleado durante la prueba, parte del programa JT3, fue desarrollado mediante técnicas de prototipado rápido. Está diseñado para ser interoperable con los sistemas M270 MLRS y M142 HIMARS, ampliamente utilizados por el Ejército.
La propulsión estuvo a cargo de Ursa Major, que utilizó fabricación aditiva para producir un motor sólido de empuje ajustable. Esta tecnología facilita una producción más ágil y rentable de propulsores tácticos.
Raytheon y Ursa Major ya habían colaborado en diciembre de 2024, en una prueba de vuelo conjunta de un misil de largo alcance. Esa experiencia previa demostró la confiabilidad de los motores de Ursa Major en aplicaciones militares avanzadas.
El misil probado refuerza la estrategia del Ejército de integrar armas de precisión rápidamente desplegables, capaces de responder a amenazas en escenarios de combate moderno.
Resultados operativos y perspectivas de integración futura
Brian Burton, vicepresidente de Fuego y Maniobra de Precisión en Raytheon, destacó que el DeepStrike™ combina autonomía avanzada con una mayor capacidad de fuego. Según indicó, el sistema responde a los requisitos operativos del Ejército para enfrentamientos de largo alcance.
La prueba en Fort Irwin demostró que el sistema puede funcionar en todas las condiciones climáticas y en entornos hostiles, incluidos escenarios con escombros, vehículos destruidos y terrenos irregulares. Esta versatilidad es esencial para su despliegue en conflictos reales.
Durante los próximos 12 meses, Raytheon continuará con la fase de evaluación, incluyendo pruebas en entornos más exigentes. Estas pruebas simularán amenazas múltiples y condiciones cambiantes para validar la respuesta del sistema ante obstáculos inesperados.
El DeepStrike™ se perfila como un multiplicador de fuerza en la estrategia de modernización del Ejército, aportando capacidades autónomas que complementan el fuego terrestre de precisión.
Colaboración industrial y rol estratégico del DeepStrike™
El desarrollo del DeepStrike™ refleja la convergencia entre empresas tradicionales de defensa y firmas tecnológicas emergentes. Forterra aplica su experiencia en autonomía civil al ámbito militar, mientras que Oshkosh Defense aporta décadas de trayectoria en vehículos tácticos robustos.
Ursa Major introduce un enfoque disruptivo en el campo de la propulsión, desafiando a proveedores tradicionales con motores accesibles y de fabricación ágil. Esta combinación refuerza la capacidad del Ejército para adoptar innovaciones con rapidez.
El sistema se inscribe en los esfuerzos del Ejército por modernizar el fuego de precisión de largo alcance, una prioridad estratégica ante el avance tecnológico de competidores como Rusia y China. La autonomía, combinada con potencia y movilidad, es un factor clave en esta transformación.
Los datos obtenidos en Project Convergence Capstone 5 permitirán a Raytheon y sus socios refinar el diseño del sistema. Mientras tanto, RTX, la empresa matriz de Raytheon, consolida su posición como líder en defensa, con ventas que superaron los 80 mil millones de dólares en 2024.