El F-35 combina formas aerodinámicas, recubrimientos RAM y tecnología electrónica para reducir su detectabilidad por radar, calor o sonido enemigo.
Diseño aerodinámico y forma exterior minimizan su reflejo en radar
Uno de los pilares de la capacidad stealth del F-35 Lightning II es su geometría externa, diseñada específicamente para reducir la sección transversal de radar (RCS). A diferencia de los cazas tradicionales, el F-35 evita ángulos rectos y superficies perpendiculares, lo que limita el rebote directo de ondas de radar hacia su fuente emisora. Las líneas suaves, los bordes en diente de sierra y las superficies inclinadas desvían las señales en múltiples direcciones.
Elementos como las entradas de aire están diseñados con curvaturas que ocultan las palas del compresor, una de las partes más reflectantes de una aeronave. Además, las puertas de los compartimentos de armas se abren y cierran rápidamente, reduciendo el tiempo en que el avión expone superficies no furtivas. Estas decisiones de diseño permiten que el F-35 alcance un RCS de -40 dBsm, similar al de un ave pequeña en el radar enemigo.
La forma exterior contribuye a una firma radar mínima, incluso durante maniobras o apertura de compartimentos, lo que mejora su capacidad de supervivencia en zonas altamente defendidas.
Factores físicos clave en el diseño furtivo del F-35
- Bordes serrados en compuertas y superficies móviles
- Curvatura controlada en entradas de aire
- Evita superficies perpendiculares al eje de radar enemigo
- Compartimentos internos para misiles y bombas
- Perfil bajo en superficies verticales y estabilizadores
Recubrimientos RAM y materiales avanzados absorben energía de radar
El F-35 emplea materiales absorbentes de radar (RAM) como complemento a su forma externa. Su fuselaje está recubierto con pintura especial y compuestos estructurales que contienen ferritas o polímeros avanzados capaces de disipar energía electromagnética en forma de calor no detectable.

Estos recubrimientos reducen aún más la reflexión de señales de radar, especialmente en las bandas más utilizadas para detección aérea. La composición exacta de los RAM es confidencial, pero está optimizada para combinar eficiencia furtiva y durabilidad operativa. Sin embargo, su mantenimiento es intensivo: el desgaste o los daños deben ser reparados rápidamente para conservar el nivel de sigilo.
El enfoque del F-35, a diferencia de aeronaves como el F-117, no depende únicamente de formas angulares, sino de una sinergia entre geometría y materiales, lo que permite mantener su rendimiento aerodinámico sin sacrificar invisibilidad.
Gestión térmica reduce la firma infrarroja del motor en combate
Otro aspecto del sigilo del F-35 es la reducción de su firma infrarroja. Su motor Pratt & Whitney F135 está diseñado con boquillas divergentes y sistemas de enfriamiento que dispersan el calor de los gases de escape, dificultando su detección por sensores térmicos enemigos.
A diferencia del F-117, el F-35 puede utilizar postquemador sin comprometer gravemente su firma infrarroja. Esto le permite alcanzar velocidades de hasta Mach 1.6 sin quedar expuesto a amenazas guiadas por calor. Además, su estructura contribuye a mitigar el impacto acústico, particularmente útil en vuelos a baja altitud.

Estas medidas térmicas y acústicas aumentan la efectividad del F-35 en misiones de penetración profunda, donde la detección por calor o sonido puede poner en riesgo el éxito de la operación.
Armamento interno permite atacar sin comprometer su invisibilidad
El F-35 mantiene su perfil furtivo gracias a que transporta sus armas internamente. Cada una de sus variantes —F-35A, F-35B y F-35C— cuenta con compartimentos de armas internos capaces de alojar misiles AIM-120 AMRAAM, bombas JDAM o municiones guiadas por láser.
Esta configuración impide que se generen firmas de radar adicionales, como ocurre con cargas externas. Cuando se requiere mayor carga útil, el F-35 puede montar armamento en seis puntos de anclaje externos, sacrificando parcialmente su sigilo en misiones de menor riesgo.
El equilibrio entre capacidad ofensiva y sigilo es uno de los elementos que hacen del F-35 una plataforma flexible para misiones de ataque, defensa y disuasión.
El sistema AN/ASQ-239 permite guerra electrónica y autoprotección
El componente más sofisticado del sigilo electrónico del F-35 es el AN/ASQ-239, un sistema de guerra electrónica que detecta, analiza e interfiere con radares y amenazas hostiles. Equipado con diez sensores distribuidos alrededor del fuselaje, permite al piloto recibir alertas tempranas y aplicar contramedidas automáticas.
Este sistema puede activar chaff, bengalas o señuelos remolcados según el tipo de amenaza detectada. Además, la capacidad de interferencia activa (jamming) permite engañar a sistemas enemigos incluso cuando se ha producido una detección inicial. Así, el F-35 combina sigilo pasivo con una capa activa de defensa electrónica.

El objetivo no es solo evitar ser detectado, sino también complicar la respuesta enemiga, maximizando la capacidad de supervivencia del avión y del piloto en escenarios de alta amenaza.
Limitaciones del sigilo y cómo el F-35 las gestiona operativamente
El sigilo del F-35, aunque avanzado, presenta limitaciones. Algunos radares de baja frecuencia pueden detectar aviones stealth bajo condiciones específicas, aunque con precisión reducida. Para contrarrestar esto, el F-35 puede instalar un reflector de lente Luneburg que incrementa artificialmente su RCS en vuelos de entrenamiento o tránsito por espacio aéreo aliado.
Otra vulnerabilidad son los momentos en que se abren las puertas de los compartimentos de armas, generando breves ventanas de exposición al radar. Esta debilidad se compensa con rápida apertura y cierre, así como la velocidad del avión, que permite reducir el tiempo en zona de peligro.
Con estas medidas, el F-35 mantiene una ventaja táctica significativa frente a sistemas de defensa aérea modernos, adaptándose a un entorno donde la guerra electrónica y la detección pasiva juegan un papel creciente.