Las imágenes iniciales del dron LONGhot, desarrollado por DARPA, evidencian lo que parece ser una plataforma de sigilo. En el marco de su colaboración con DARPA, General Atomics ha dado inicio a las pruebas de vuelo de este avión no tripulado diseñado para operar en combate aire-aire.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos anticipa un posible escenario en el que enjambres de drones de ataque, sigilosos y armados, puedan ser lanzados desde el aire para rodear a fuerzas enemigas.
Estos drones tendrían la capacidad de neutralizar las defensas aéreas del adversario, ofrecer un resguardo a las aeronaves tripuladas o realizar un reconocimiento avanzado en áreas de alto riesgo para detectar objetivos.
Este enfoque operativo está alineado con el esfuerzo del Pentágono conocido como “Replicador”, que busca adquirir grandes cantidades de flotas de drones coordinados.
Las primeras representaciones del dron LONGshot, desarrollado por DARPA, muestran lo que parece ser una plataforma furtiva. A través de su asociación con DARPA, General Atomics ha comenzado a llevar a cabo pruebas de vuelo con este dron que tiene como objetivo realizar combates aire-aire.
Drones LONGhot: innovación en combate aire-aire para la Fuerza Aérea
La idea central es lanzar el dron desde un caza tripulado, con la posibilidad de operar estos drones en enjambres o grupos, permitiendo así que un área esté protegida o equipada con potencia de fuego ofensiva.
El proyecto de DARPA, que busca ofrecer capacidades de ataque avanzadas a la Fuerza Aérea, comenzó otorgando contratos de desarrollo a empresas como Lockheed Martin, General Atomics y Northrop Grumman. Sin embargo, en la actualidad, solo General Atomics ha recibido un contrato de desarrollo por parte del Pentágono.
El trabajo de diseño inicial ya se encuentra en marcha. ¿Podría ser que los esfuerzos de Estados Unidos en el desarrollo del dron LONGshot, un vehículo no tripulado de ataque armado y sigiloso, estén muy por delante del GJ-11 de origen chino?
China y la carrera por el desarrollo de drones de combate furtivos
A primera vista, el intento de China de implementar un dron de ataque armado y sigiloso puede parecer sumamente innovador. Sin embargo, existen numerosos precedentes que demuestran que este tipo de plataformas no son del todo nuevas.
Los drones que combinan capacidades de sigilo y armamento han estado presentes durante muchos años, pero los modelos que integran ambas características son mucho menos comunes.
Estados Unidos, por su parte, ya había diseñado planes para un dron armado y furtivo que pudiera despegar desde la cubierta de un portaaviones.
La aparición del GJ-11 en China parece reflejar la configuración y el posible alcance de un programa antiguo de la Armada de Estados Unidos. Este programa, denominado UCLASS (Unmanned Carrier Launched Airborne Surveillance and Strike), se enfocaba en desplegar el primer avión no tripulado furtivo lanzado desde portaaviones y armado.
El desarrollo del UCLASS: un pionero en drones de ataque furtivos
El avión que surgió de un esfuerzo de desarrollo que se extendió durante varios años para crear el demostrador X-47B se convirtió en una plataforma pionera para construir y operar un dron de ataque furtivo, nunca antes visto en portaaviones.
El éxito de este programa se sustentó en la colaboración de ingenieros, expertos en sigilo y científicos de la Marina, quienes trabajaron para diseñar un dron capaz de manejar las complejas variables que implica aterrizar en un portaaviones. Esto llevó al surgimiento del proyecto UCLASS.
El dron UCLASS enfrentó un dilema interesante, ya que su objetivo, al igual que el nuevo dron chino, era combinar capacidades de reconocimiento furtivo con armamento aéreo en una sola plataforma.
Este programa encontró resistencia en medio de un intenso debate. Algunos desarrolladores sostenían que el avión debía mantener el mismo nivel de sigilo que el X-47B para poder superar las defensas aéreas del enemigo. En contraste, otros consideraban que debería ser más grande y voluminoso, lo que implicaría un menor sigilo, pero permitiría el transporte de tanques de combustible de mayor capacidad, facilitando así misiones de larga duración sin necesidad de regresar o reabastecerse.
Capacidades del UCLASS: futuro incierto para los drones furtivos
A la discusión sobre el diseño del UCLASS se unió la cuestión de si este dron debería ser armado para llevar a cabo ataques, algo que parecía completamente viable en ese momento.
El avance de desarrollar un dron furtivo que pudiera despegar y aterrizar desde un portaaviones representó un hito significativo para la Armada. La idea de equiparlo con armamento solo extendió aún más esa innovación.
Una vez que se logró la capacidad de aterrizaje y despegue autónomo en un portaaviones mediante un dron de diseño elegante y sigiloso, la posibilidad de armarlo no se percibía como algo fuera de lo común.
Sin embargo, la plataforma nunca logró reconciliar completamente las diferentes posturas ni superar este choque conceptual, lo que llevó a su evolución hacia lo que hoy conocemos como el avión no tripulado de reabastecimiento aéreo MQ-25 Stingray.
El programa X-47B, por otro lado, se considera un gran éxito y un hito histórico. Antes de su demostrador, un dron lanzado desde un portaaviones no existía.
¿Es posible que se desarrolle un dron furtivo lanzado desde un portaaviones armado, similar al X-47B? Existen múltiples razones que podrían justificar esa dirección.
En cuanto al GJ-11 de China, parece poco probable que cuente con la capacidad de despegar desde el mar. No obstante, es razonable suponer que muchos en el Pentágono no se arriesgarán a subestimar esta posibilidad.