Rusia retira y desguaza el principal submarino Lada del Proyecto 677, a pesar de los planes de expansión naval.
Análisis Técnico del Submarino Sankt Peterburg del Proyecto 677
El anuncio del desmantelamiento del submarino diésel-eléctrico Sankt Peterburg, perteneciente al proyecto 677 de la clase Lada, revela un giro notable en la política de renovación de la flota submarina de Rusia. Este submarino, caracterizado por ser la punta de lanza de la cuarta generación de submarinos diésel-eléctricos, desarrollados por la oficina de diseño Rubin, representa un eslabón crucial en el entendimiento de la evolución tecnológica naval rusa. Dotado de un diseño avanzado, el Sankt Peterburg fue concebido para incorporar un sistema de propulsión independiente del aire (AIP), marcando un hito en la autonomía subacuática con capacidad de inmersión extendida hasta 45 días y una autonomía de crucero sumergido de 500 millas náuticas a tres nudos.
La decisión de retirar el Sankt Peterburg de la flota se atribuye a evaluaciones de coste-efectividad, ponderando la inversión requerida para su modernización frente a la construcción de nuevas unidades. A pesar de su avanzada concepción, el submarino enfrentó desafíos significativos, especialmente en lo que respecta a su sistema de propulsión y cumplimiento de las especificaciones de sonar dictadas por los estándares militares rusos. Tras un prolongado período de pruebas y ajustes, el submarino fue finalmente incorporado a la flota, uniéndose oficialmente a la Flota del Norte en septiembre de 2021.
La clase Lada fue diseñada no solo como una plataforma de ataque, sino también como un elemento clave en la defensa de bases navales, costas y rutas marítimas contra amenazas submarinas y superficiales. Equipados con sistemas de misiles de crucero Kalibr y capacidad para portar una diversidad de torpedos y misiles lanzados desde sus seis tubos de 533 mm, estos submarinos ofrecen una versatilidad operativa significativa. Sin embargo, los problemas con el sistema AIP llevaron a que unidades sucesivas, como el Kronstadt, se equiparan con sistemas de propulsión diésel-eléctrica convencionales, obviando la incorporación del avanzado sistema AIP.
Implicaciones Estratégicas del Retiro del Sankt Peterburg
La retirada del Sankt Peterburg de la armada y su posterior desguace señalan un momento de reflexión crítica en la estrategia de modernización naval de Rusia. El balance entre mantener y actualizar las capacidades existentes frente a la adquisición de nuevas plataformas es un dilema persistente en la planificación de defensa. Este caso subraya la complejidad de modernizar tecnologías navales frente a los desafíos presupuestarios y operativos, especialmente cuando se trata de sistemas tan especializados y costosos como el AIP.
A pesar de la retirada de unidades anticuadas, el anuncio de Rusia sobre la incorporación de nuevos buques y submarinos a su flota en 2024 evidencia una intención clara de reforzar su presencia marítima. La decisión de desguazar el Sankt Peterburg refleja un proceso de evaluación riguroso, priorizando la eficiencia operativa y la viabilidad económica en la gestión de sus activos navales.
La continuidad del proyecto 677, con la construcción de nuevos submarinos como el Velikiye Luki, y el inicio de la producción de unidades adicionales, demuestra el compromiso de Rusia con el mantenimiento de una capacidad submarina competente y tecnológicamente avanzada. Este enfoque pragmático hacia la renovación y expansión de su flota submarina destaca la importancia estratégica que Rusia asigna a la guerra submarina en el mantenimiento de su postura defensiva y ofensiva en el ámbito marítimo.