El Sukhoi Su-25, presentado al mundo por primera vez en 1975, es un avión de combate monoplaza con dos motores, creado específicamente para llevar a cabo misiones de apoyo aéreo cercano.
Este modelo fue diseñado para operar en entornos hostiles, proporcionando cobertura directa a las tropas en tierra. Desde su introducción, ha sido una herramienta fundamental en conflictos donde el apoyo aéreo inmediato es crítico para la supervivencia de las fuerzas en el campo de batalla.
A lo largo de varias décadas, las fuerzas terrestres estadounidenses que se han visto bajo fuego enemigo en diferentes escenarios de combate han llegado a desarrollar una profunda admiración y respeto por el A-10, un avión también conocido popularmente como “tanque volador”.
Este modelo se ha destacado por ser un salvavidas en múltiples ocasiones, lo que le ha ganado un lugar especial entre los soldados que han dependido de su intervención en momentos de peligro.
Aquellos que han sido rescatados por el A-10 probablemente no dudarían en afirmar que este avión, apodado cariñosamente “Warthog”, no tiene competencia en ningún lugar del mundo. Su capacidad para brindar apoyo aéreo cercano es única, y es valorado por su robustez y eficacia en el campo de batalla.
El A-10: salvavidas aéreo sin igual para las tropas estadounidenses
A lo largo de las últimas décadas de combates, las tropas terrestres de Estados Unidos que se han encontrado bajo fuego enemigo han desarrollado y expresado de forma habitual una profunda admiración, respeto y agradecimiento por el A-10, un avión conocido por muchos como el “tanque volador”, que ha sido un verdadero salvavidas en situaciones críticas.
Los soldados y el personal militar de Estados Unidos que han sido salvados por el A-10 probablemente no dudarían en afirmar que el Warthog no tiene rival en ninguna parte del mundo, siendo incomparable en su capacidad para proporcionar apoyo aéreo cercano en el campo de batalla.
El Su-25: avión de combate soviético con un legado en apoyo aéreo
¿Existe en su Fuerza Aérea un avión que se pueda comparar con un “tanque volador”? Aunque parece improbable, el Su-25, desarrollado en la era soviética, ha demostrado ser un resistente caballo de batalla, con una amplia experiencia en brindar apoyo a las tropas terrestres en diversos conflictos militares.
El Sukhoi Su-25, que hizo su primera aparición en 1975, es un avión a reacción monoplaza con dos motores, diseñado específicamente para llevar a cabo misiones de apoyo aéreo cercano. No resulta sorprendente, entonces, que este avión haya pasado varios años bombardeando a los muyahidines afganos durante la guerra soviético-afgana, así como brindando apoyo a las fuerzas rusas en la guerra de Chechenia.
Denominado Frogfoot por las fuerzas occidentales, el Su-25 ha sido ampliamente exportado y ha prestado servicios en apoyo a las Fuerzas Aéreas de países como Macedonia e Irak, además de formar parte del arsenal de diversas repúblicas exsoviéticas, entre ellas Georgia, que se independizó tras la disolución de la Unión Soviética.
Según un artículo publicado en Military-Today, el Su-25 ha sido exportado a naciones como Angola, Bulgaria, Congo, Costa de Marfil, República Checa, Eritrea, Etiopía, Irak, Macedonia, Corea del Norte, Perú, Eslovaquia, Sudán y, posiblemente, otros países adicionales.
Comparativa entre el Su-25 y el A-10: diferencias en combate aéreo
Con una envergadura de 47 pies, el Su-25 es más pequeño que el A-10, pero puede llevar una carga útil considerable en sus puntos de anclaje. Su peso máximo de despegue, de 42.000 libras, es aproximadamente 10.000 libras inferior al del A-10, que puede despegar con hasta 50.000 libras. Sin embargo, ambos aviones comparten características similares. Tienen un alcance comparable, entre 600 y 800 millas, y están fuertemente armados.
El Su-25 está equipado con un cañón automático Gryazev-Shipunov GSh-30 de 30 mm, aunque no se equipara directamente con el famoso cañón de 30 mm del A-10, que se sitúa justo debajo del morro, diseñado para maximizar la precisión en ataques directos.
En cuanto a los materiales empleados en el fuselaje del Su-25, las especificaciones disponibles no ofrecen detalles completos. No obstante, se sabe que está diseñado para resistir fuego de armas ligeras, aunque es posible que no esté al nivel del reconocido casco de titanio del A-10, que le permite absorber grandes cantidades de fuego enemigo.
Un punto relevante es que el Su-25 puede no contar con la misma capacidad de redundancia integrada que permite al A-10 seguir volando y funcionando incluso cuando se dañan componentes clave. Actualmente, la Fuerza Aérea Rusa opera una flota de alrededor de 250 Su-25, y las versiones más modernas de este avión han sido mejoradas con tecnologías más avanzadas.
Los Su-25 rusos continúan siendo utilizados en la actual invasión de Ucrania, y los informes indican que varios de estos aviones han sido derribados o destruidos por las fuerzas ucranianas, que han empleado misiles Stinger o MANPAD para neutralizarlos.
La información sobre las pérdidas de Su-25 en Ucrania podría ser una indicación de que este avión carece de la misma redundancia y protección que caracteriza al A-10.
Es difícil imaginar un avión de combate que sea tan valorado y querido como el emblemático A-10 Warthog. Además de su destacado rendimiento en combate a lo largo de décadas, el A-10 parece poseer un “instinto de supervivencia”, habiendo resistido numerosos intentos de ser retirado por la Fuerza Aérea de EE. UU.
El futuro del A-10: ¿pueden los nuevos Cazas reemplazarlo?
Los partidarios en el Congreso y el Pentágono, incluidos muchos soldados en combate que han sido salvados por el A-10, han estado trabajando para garantizar su posición continua y esencial en la flota de la Fuerza Aérea.
A lo largo de décadas de guerra, las características del A-10, como su casco de titanio que recuerda al de un tanque volador, su redundancia integrada, su cañón de 30 mm y su extenso arsenal de armamento, lo han diferenciado en el campo de batalla. Sin embargo, surge la pregunta de si llegará un día en que este emblemático avión se considere obsoleto.
Si reflexionamos sobre este tema, es posible cuestionar si existen otros aviones, como los cazas de ala fija de alta velocidad de cuarta y quinta generación, que puedan llevar a cabo las mismas misiones que el Warthog de manera similar o incluso más efectiva
Esta ha sido la percepción de algunos responsables de la toma de decisiones en el Pentágono y la Fuerza Aérea en años recientes, quienes sostienen que el F-35 podría estar mejor preparado para asumir misiones de apoyo aéreo cercano (CAS, por sus siglas en inglés).
Debate sobre el A-10 y F-35: ¿cuál es el mejor para el CAS?
Esta cuestión ha suscitado un gran interés y debate, lo que llevó al Pentágono y a la Oficina del Programa Conjunto del F-35 a realizar una serie exhaustiva de “vuelos de prueba” para evaluar tanto el A-10 como el F-35, con el objetivo de determinar cuál de los dos aviones podría ser el más adecuado para las misiones de apoyo aéreo cercano (CAS).
Sin duda, un F-35 de alta velocidad ofrece mayor maniobrabilidad y es menos susceptible al fuego de armas pequeñas. Sin embargo, surge la inquietud sobre cuánta resistencia tendría realmente un F-35 ante este tipo de fuego.
A pesar de esta preocupación, el F-35 cuenta con sensores de alcance y precisión que le permiten realizar funciones de orientación y ataque en misiones CAS desde distancias mucho más seguras, lo que le posibilita operar desde altitudes considerablemente más elevadas.
En contraste, el A-10 tiene la capacidad de volar a velocidades lentas, casi “flotando” en el área de ataque de la línea de visión, lo que le permite ofrecer un apoyo más efectivo a las tropas terrestres durante las maniobras. Además, el A-10 se beneficia de un sistema de redundancia integrado, que incluye electrónica y motores duplicados, garantizando su operatividad continua incluso si algunos de sus sistemas vitales son dañados por el fuego enemigo.
El casco de titanio del A-10 se considera bastante singular, ya que permite que la aeronave realice operaciones de ataque y maniobra incluso después de ser impactada por fuego enemigo.
Arsenal del A-10: capacidades y armamento para el combate aéreo
El A-10 está equipado con un completo conjunto de armamento, que incluye municiones de ataque directo conjunto (JDAMS) guiadas por GPS. Su arsenal abarca misiles como el GBU-38, GBU-31 y GBU-54, así como las bombas Mk 82 y Mk 84, misiles AGM-65, AIM-9 Sidewinder, cohetes, y además cuenta con bengalas de iluminación, cápsulas de interferencia y diversas contramedidas de protección.
Este avión tiene la capacidad de transportar hasta 16.000 libras de municiones variadas, distribuidas en ocho puntos de anclaje bajo las alas y tres bajo el fuselaje.
En términos de orientación, navegación y precisión, las mejoras en la computación de misión podrían ser fundamentales para optimizar el rendimiento en combate del A-10, al habilitar nuevos sistemas de armamento en esta plataforma.
¿Podrá el A-10 seguir en servicio ante nuevas amenazas?
A pesar de sus características ampliamente reconocidas y comprobadas, surge la pregunta de si el A-10 eventualmente tendrá que ser retirado si las armas y tecnologías enemigas lo superan por completo.
Sin embargo, es posible que no sea así, dado que, aunque el A-10 no es un avión furtivo y no sería la opción ideal en un enfrentamiento de superioridad aérea entre grandes potencias, es razonable pensar que aún existan escenarios de guerra menos disputados, donde no haya defensas aéreas avanzadas ni aviones de ataque de quinta generación que lo hagan inoperativo o, al menos, menos relevante e impactante.
Otro aspecto a considerar es que muchas estructuras de aviones, incluso aquellas con décadas de antigüedad, pueden continuar siendo funcionales mucho más allá de lo que se anticipaba. Esto se evidencia con la prolongada vida operativa del B-52 y otras plataformas más antiguas como el F-16 y el F-15, que datan de la década de 1980.
Con un mantenimiento adecuado, ciertas modificaciones estructurales y ajustes en el plan de extensión de vida útil, los aviones más antiguos pueden operar durante un tiempo considerablemente mayor del previsto. Teniendo en cuenta esta realidad y la continua posibilidad de conflictos armados en áreas menos disputadas, donde Estados Unidos podría mantener la superioridad aérea, es factible que el icónico A-10 disfrute de algunas décadas más de servicio activo.