El escenario de un conflicto entre China y Estados Unidos por Taiwán se vuelve más tangible con el paso del tiempo, y ambos países se preparan para proteger sus intereses. ¿Pero enviar portaaviones estadounidenses a China es realmente una estrategia viable o un suicidio?
China y Estados Unidos: La tensión crece
El compromiso de Estados Unidos con la independencia de Taiwán se enfrenta al deseo del Partido Comunista Chino de anexar la isla. Si estallara una guerra, la Marina estadounidense y la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) de China serían las fuerzas principales en enfrentamiento.
Washington considera estrategias como el “Control en alta mar” para bloquear rutas marítimas vitales para China y presionar económicamente al país. Sin embargo, China ha desarrollado capacidades para contrarrestar la Armada estadounidense en el Océano Pacífico y los mares del Sur y del Este de China.
El papel de los portaaviones en un posible conflicto es crucial, pero también es riesgoso.
Portaaviones: Potentes pero vulnerables
China ha desplegado una fuerza considerable de misiles DF-21D, conocidos como “Carrier Killers”, diseñados específicamente para rastrear y destruir los portaaviones estadounidenses. Estos buques de guerra, aunque poderosos, están mal defendidos contra este tipo de misiles.
Perder uno de estos buques podría detener en seco a los estadounidenses, lo cual China ve como una oportunidad para derrotar las defensas de Taiwán y completar su anexión.
Submarinos: Una alternativa estratégica contra China
El futuro de los enfrentamientos navales en un conflicto con China estaría liderado por submarinos, no por portaaviones. Estados Unidos debe dar prioridad al submarino en sus estrategias de defensa en el Indo-Pacífico.
Los submarinos podrían lanzar ataques devastadores contra fuerzas de invasión en el estrecho de Taiwán, e incluso atacar China continental si fuera necesario. Además, podrían desembarcar tropas y suministros de armas de manera encubierta para los defensores de Taiwán.
Un cambio necesario en la estrategia militar de EE. UU.
Los portaaviones han perdido su liderazgo en los conflictos navales, al menos en el Indo-Pacífico. Es hora de que Washington realice cambios radicales en su postura de defensa, permitiendo que la Marina desarrolle estrategias eficaces para situar al submarino en el primer plano de sus planes de guerra.
El Servicio Silencioso debe recibir su merecido en la preparación para una posible guerra con China. La era de los portaaviones como líderes indiscutibles en conflictos navales ha llegado a su fin.