Aviones de guerra chinos, entre ellos J-10, J-16 y Su-30, han cruzado la mediana del estrecho de Taiwán. Esto ocurrió en las últimas 24 horas. Desde las 6:00 am del 25 de diciembre hasta las 6:00 am del 26 de diciembre. Junto con los cazas, China ha enviado también siete buques de guerra.
Según las fuentes, se trata de una demostración de fuerza de Pekín en respuesta a la legislación recientemente aprobada en Washington. BulgarianMilitary.com recuerda que Washington aprobó recientemente su gasto en defensa para 2023. El documento gubernamental calificaba a China de “desafío para EEUU”.
Además de un gasto en defensa de 2.000 millones de dólares para cada uno de los próximos cinco años, Washington planea una planificación, entrenamiento y ejercicios militares conjuntos con Taiwán. BulgarianMilitary.com informa de que Taiwán espera de EEUU envíos de armas por valor de 19.000 millones de dólares. Entre ellas se encuentran los sistemas de misiles antibuque Harpoon, los sistemas de misiles antitanque Javelin y Stinger, así como el obús autopropulsado M109A6.
China ha enviado un total de 71 aviones de guerra a Taiwán en las últimas 24 horas. Sin embargo, Taiwán dijo que estaba vigilando los movimientos de la fuerza aérea y la marina del Ejército Popular de Liberación chino.
El portavoz del Mando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación, Shi Yi, declaró en un comunicado oficial que las maniobras chinas eran una respuesta a las crecientes provocaciones de Estados Unidos y Taiwán. El Sr. Shi anunció que los aviones y buques de guerra enviados estaban realizando un ejercicio de ataque en aguas próximas a Taiwán.
El 22 de septiembre de este año, el presidente chino y jefe de la Comisión Militar Central, Xi Jinping, declaró que el Ejército Popular de Liberación [EPL] de China debía centrarse en prepararse para participar en operaciones militares reales.
Las primeras señales serias del aumento de las tensiones entre China y Taiwán se produjeron ya en agosto, cuando Pekín presentó un plan para anexionarse Taiwán. “Pekín trabajará con la máxima sinceridad y se esforzará al máximo para lograr la reunificación pacífica, pero no renunciaremos al uso de la fuerza y nos reservamos la opción de tomar las medidas que sean necesarias”, decía la declaración de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Gabinete chino.