El MiG-35, una mejora del MiG-29, muestra avances técnicos, pero enfrenta problemas de credibilidad y ventas.
Características técnicas del MiG-35 y su desarrollo desde 2017
El MiG-35 es un avión de combate ruso, mejorado a partir del MiG-29, que muestra las capacidades aeroespaciales de Rusia. Presentado en 2017, cuenta con aviónica avanzada, un sistema fly-by-wire nuevo y motores que reducen su visibilidad infrarroja y óptica. Sin embargo, no ha logrado una aceptación significativa en el mercado internacional.
El caza fue diseñado para mejorar la eficiencia de combate, la universalidad y las características operativas en comparación con sus predecesores. Se le considera un avión de cuarta generación plus, con sistemas de información y observación de quinta generación que permiten una mejor integración con otros sistemas de armas rusos. Esto le confiere un mayor conocimiento situacional y le permite desempeñar funciones polivalentes.
Equipado con dos motores FADEC RD-33MK, una variante mejorada del RD-33, el MiG-35 ofrece un siete por ciento más de potencia que el modelo base. Estos motores fueron diseñados para reducir la visibilidad óptica e infrarroja, aunque el avión no es furtivo. A pesar de los avances tecnológicos, la producción se ha visto limitada, con solo seis unidades entregadas hasta ahora.
Impacto del contexto político y militar en la producción del MiG-35
El contexto político y militar ha influido significativamente en la producción y recepción del MiG-35. La invasión rusa de Ucrania en 2022 ha afectado la credibilidad de Rusia en la escena internacional. El régimen de Putin ha sufrido un desprestigio diplomático, posicionándose como antagonista de Occidente, lo que también ha repercutido en la percepción de sus capacidades militares.
En términos de capacidad militar, Rusia no ha logrado avances significativos en Ucrania, lo que ha llevado a una reevaluación de la calidad de su equipo militar, incluyendo el MiG-35. Aunque la aviación rusa ha mantenido una reputación de fabricar aviones respetables, la guerra ha evidenciado carencias en los recursos y la eficiencia de sus fuerzas armadas.
La producción limitada del MiG-35, reducida de un pedido inicial de 37 unidades a solo seis, subraya las dificultades económicas y logísticas que enfrenta Rusia. Este escenario también afecta las posibilidades de exportación del avión, ya que potenciales compradores pueden dudar de la viabilidad de adquirir un equipo de una nación en conflicto y bajo sanciones internacionales.
Potencial de exportación y desafíos comerciales del MiG-35
El MiG-35 ha enfrentado desafíos significativos en el mercado de exportación. A pesar de ser presentado a varios posibles clientes internacionales, las ventas han sido limitadas. Egipto, que había mostrado interés en el caza, optó finalmente por adquirir 46 unidades del MiG-29M. La India también consideró al MiG-35 para su oferta MRCA, pero finalmente desestimó la compra debido a insatisfacciones con su radar y capacidad de empuje.
Otros países como Argentina, Bangladesh y Malasia también han considerado la posibilidad de adquirir el MiG-35 en algún momento. No obstante, hasta la fecha, ninguna de estas naciones ha concretado la compra, y el avión sigue siendo utilizado únicamente por las fuerzas rusas.
La limitada aceptación del MiG-35 en el mercado internacional puede atribuirse a varios factores, incluyendo la competencia con otros cazas de fabricantes occidentales, las dificultades económicas internas de Rusia, y las preocupaciones sobre la calidad y el soporte técnico del avión. A medida que Rusia continúa enfrentando sanciones y aislamiento internacional, el futuro comercial del MiG-35 sigue siendo incierto.
Conclusión: El MiG-35 frente a la competencia y el mercado global
El MiG-35, aunque técnicamente avanzado y representativo de las capacidades rusas, enfrenta un panorama desafiante tanto en su producción como en su comercialización. La competencia con aviones de quinta generación de otras naciones y las restricciones económicas internas limitan su viabilidad en el mercado global.
El futuro del MiG-35 dependerá en gran medida de la capacidad de Rusia para superar las barreras económicas y políticas actuales, y de su habilidad para mejorar la percepción internacional de sus productos militares. Sin una mejora en estos aspectos, el MiG-35 podría quedar relegado a ser un equipo utilizado casi exclusivamente por las fuerzas rusas.
En resumen, el MiG-35 es un ejemplo del estancamiento en la industria aeroespacial rusa, influenciado por factores externos e internos que han restringido su éxito. El caza representa tanto el potencial como las limitaciones de la tecnología militar rusa en el siglo XXI.