Según las fuentes citadas por Politico, Estados Unidos está considerando proporcionar a Ucrania bombas de artillería de precisión Excalibur como parte de una nueva ronda de apoyo militar a Kiev.
Recientemente, la Casa Blanca ha revelado que el vicepresidente Joe Biden ha firmado un memorando que autoriza la retirada de 775 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania. Según el informe, la fecha de entrega aún está en el aire, y el armamento Excalibur no está incluido en esta ronda.
Según el artículo, Estados Unidos está enviando a las fuerzas armadas ucranianas armamento sofisticado y preciso, capaz de golpear “fortificaciones y centros de mando rusos atrincherados”.
La última remesa de ayuda estadounidense a Ucrania incluye también el misil antirradiación de alta velocidad AGM-88, que permitiría a las fuerzas ucranianas atacar los radares rusos en la batalla centrada en la artillería. Que yo sepa, es la primera vez que el Pentágono se plantea enviar a Ucrania misiles antirradiación de tal velocidad.
Además, se están enviando a Ucrania 15 drones de vigilancia ScanEagle para ayudar al ejército ucraniano a orientar su artillería y sus cohetes con mayor precisión.
Estos drones en miniatura pueden maniobrar fácilmente por el campo de batalla, lo que los hace esenciales en el próximo intento del sur de retomar Kherson.
La lucha ha degenerado en un prolongado y violento enfrentamiento de artillería, y otros bienes del envío sugieren que se están haciendo preparativos para que los soldados ucranianos de tierra avancen en el sur, donde los combates están paralizados desde hace varias semanas.
Además, el paquete incluye las siguientes armas:
Las fuerzas de operaciones especiales estadounidenses utilizan el fusil sin retroceso Carl Gustaf, un arma compacta antiblindaje que Estados Unidos suministra por primera vez, junto con dieciséis obuses de 105 mm (36.000 cartuchos).
Además, el paquete de ayuda incluye 40 camiones resistentes a las minas MaxxPro y un sistema de misiles antitanque guiados TOW que fueron diseñados originalmente para los soldados estadounidenses en Irak.
Esta financiación es oportuna, ya que hace unos días Estados Unidos dijo que proporcionará a Ucrania 1.000 millones de dólares en ayuda militar. Esta ayuda incluye munición adicional para los sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad M142 (16 HIMARS).
Las fuerzas ucranianas han bombardeado e inutilizado varias posiciones rusas, pero no han utilizado los HIMARS para recuperar una parte importante del terreno. El funcionario de defensa afirmó que “se está viendo este vaciamiento de las fuerzas rusas en Ucrania”, que podría tener consecuencias negativas para la capacidad de Rusia de mantener su presencia en el país a largo plazo.
La revelación se produce después de que tanto Rusia como Ucrania acusaran a la otra de haber bombardeado la mayor instalación de energía nuclear de Europa en Zaporizhzhia, lo que hizo temer en todo el mundo un acontecimiento catastrófico en el continente.
Según un funcionario del Departamento de Defensa, “nos preocupa especialmente la actividad militar en cualquiera de las centrales nucleares de Ucrania o en sus proximidades”, incluidas las acusaciones de daños en las líneas eléctricas de la central nuclear de Zaporizhzhia.
“Combatir en las proximidades de una central nuclear es extremadamente arriesgado e imprudente, como hemos declarado en repetidas ocasiones”. El funcionario también subrayó la importancia de que los combatientes y Rusia ejerzan la máxima precaución y se abstengan de cualquier acción que pueda causar una descarga radiactiva.
La aprobación del Congreso y la firma presidencial en mayo aportaron 40.000 millones de dólares adicionales en ayuda económica y de seguridad. Desde que comenzó la guerra el 24 de febrero, este es el decimonoveno envío de armamento y equipo militar a Ucrania.
La nueva lista de armamento estadounidense parece ser “para cuando los ucranianos estén preparados para emprender un avance significativo”, como dijo el analista de estrategia de defensa Phillips O’Brien.
El 19 de agosto, surgieron informes de explosiones cerca de posiciones militares tanto en territorio ruso como en zonas de Ucrania bajo control ruso.
Sergei Ryabkov, viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, declaró en declaraciones televisadas que las afirmaciones de Ucrania de que había atacado infraestructuras en la Crimea ocupada por Rusia indican “una escalada del conflicto aprobada abiertamente por Estados Unidos y sus socios de la OTAN”.
El gobierno ruso ha instado repetidamente a Estados Unidos a no armar a Ucrania, diciendo que hacerlo solo “echaría aceite al fuego”. Sin embargo, para contrarrestar los avances militares de Rusia, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, y otros altos cargos han pedido armas más pesadas a sus aliados.