La Fuerza Aérea de EE. UU. realiza pruebas de vuelo con un segundo bombardero B-21 Raider en la base Edwards, California, desde el 11 de septiembre de 2025.
Pruebas de vuelo del B-21 en Edwards y expansión de capacidades clave
La Fuerza Aérea de Estados Unidos opera desde el 11 de septiembre de 2025 dos B-21 Raider en pruebas de vuelo en la base de Edwards, en California. El segundo aparato despegó por primera vez desde las instalaciones de Northrop Grumman en Palmdale y se integró al programa de ensayos. El Departamento de la Fuerza Aérea confirmó ese día la llegada a Edwards y la transición hacia la integración de sistemas de misión y armamento.
El primer ejemplar voló por primera vez el 10 de noviembre de 2023 y hasta septiembre de 2025 acumuló una media de una o dos salidas por semana. Con la incorporación del segundo avión, designado T-2, los equipos de prueba trabajan en paralelo en la envolvente de vuelo, el sigilo, la aviónica, la guerra electrónica y el empleo de armas, mientras el mantenimiento define procedimientos logísticos y de sostenimiento para su futura operación.
Desde octubre de 2015, Northrop Grumman funge como contratista principal y fabrica los B-21 en la Planta 42 de Palmdale bajo la Oficina de Capacidades Rápidas. Todos los aparatos de prueba salen con configuración representativa de serie; después de los ensayos, podrán pasar a unidades operativas tras modificaciones necesarias. Hasta noviembre de 2025, tres ejemplares adicionales siguen en montaje o pruebas en tierra, además de los dos ya aéreos en vuelo activo.

El diseño adopta una ala volante afinada en el B-2 Spirit, con dimensiones menores, tomas dorsales discretas, tren principal biciclo y cola en forma de W. El conjunto de sensores y antenas reduce la firma radar. El avión usa materiales absorbentes avanzados, gestión térmica mejorada y recubrimientos de mantenimiento más sencillo. La arquitectura de sistemas abierta permite incorporar nuevas capacidades con rapidez, característica que la Fuerza Aérea considera esencial para sostener un ritmo de modernización continuo.
Datos clave del programa B-21 y del proyecto H-20
- Primer vuelo del primer B-21: 10 de noviembre de 2023.
- Dos B-21 en pruebas en Edwards desde el 11 de septiembre de 2025.
- Alcance sin repostaje del B-21: más de 9.600 kilómetros.
- H-20 sin prototipo confirmado y sin vuelo reportado hasta noviembre de 2025.
Estado del Xian H-20 y balance oficial hasta noviembre de 2025 publicado
China mantiene el desarrollo del bombardero estratégico de baja detectabilidad Xian H-20. El programa se hizo público en 2016 mediante un vídeo de la empresa AVIC, y las autoridades de Pekín han reiterado una fase avanzada de desarrollo. La meta declarada apunta a dotar al país, por primera vez, de capacidad de ataque nuclear desde las tres componentes de la tríada, con alcance intercontinental y una plataforma furtiva de configuración de ala volante.
El informe anual del Departamento de Defensa de Estados Unidos sobre el poder militar chino, publicado en diciembre de 2024, mantiene que el H-20 continúa en desarrollo. Pekín aspira a un bombardero furtivo con alcance hasta la segunda cadena de islas y más allá. El documento estima un alcance superior a 8.500 kilómetros y una carga útil mínima de diez toneladas, sin previsión de servicio operativo antes de finales de la década de 2030.

Durante los primeros meses de 2025 circularon en redes sociales chinas vídeos y fotografías que supuestamente mostraban un gran avión de ala volante en vuelo. Fuentes estadounidenses y analistas independientes calificaron ese material como dudoso o manipulado. Ninguna imagen oficial salió del ministerio de Defensa chino ni de AVIC, y los satélites comerciales no registraron hasta noviembre de 2025 un aparato con dimensiones esperadas en Xi’an-Yanliang o Malan en bases de prueba.
El mismo informe de 2024 sostiene que el H-20 permanece en fase de desarrollo terrestre y que el primer vuelo podría retrasarse hasta 2027 o más tarde. La proyección depende de la resolución de problemas técnicos en materiales compuestos, motores WS-10 o WS-20 y sistemas de aviónica integrados. Esa evaluación conserva incertidumbre y delimita expectativas realistas para cualquier calendario de pruebas visible al público en el ámbito gubernamental y en análisis externos.
Comparación de madurez tecnológica y cronograma de ambos programas
El B-21 cuenta con certificación para armamento nuclear y convencional, incluido el misil de crucero furtivo AGM-181 LRSO y la bomba de precisión nuclear B61-12. Su alcance sin repostaje supera los 9.600 kilómetros, según datos desclasificados del Congreso. La aeronave puede operar en red con drones colaborativos de combate que la Fuerza Aérea desarrolla dentro del programa Collaborative Combat Aircraft, con vistas a ampliar opciones de penetración y ataque coordinado.
El programa prevé la adquisición de un mínimo de cien unidades, con opción de elevar el total hasta 145 o más según necesidades futuras. El costo unitario objetivo se fijó en 2010 en $550 millones, equivalentes a unos 703 millones de 2019; el Servicio de Investigación del Congreso considera alcanzable esa cifra por madurez tecnológica y por herramientas digitales. La producción inicial tiene autorización y financiamiento, con entregas a Ellsworth para mediados de década.

Estados Unidos dispone de dos B-21 Raider con horas de vuelo reales y preparación de integración de armamento avanzado en Edwards. El programa chino permanece en una fase anterior, sin prototipo en condiciones de vuelo mostrado de forma pública. La diferencia temporal entre los desarrollos equivale, a noviembre de 2025, a al menos una década en madurez tecnológica demostrada, con implicaciones directas para capacidades estratégicas de penetración y disuasión de largo alcance.
Con el segundo avión T-2, los equipos de prueba realizan tareas en paralelo sobre envolvente de vuelo, sigilo, aviónica, guerra electrónica y empleo de armas. Los técnicos de mantenimiento definen procedimientos logísticos y de sostenimiento al mismo tiempo. La configuración representativa de serie en los aparatos de prueba permitirá el traspaso a unidades operativas tras ajustes necesarios, lo que acelera la transición hacia capacidad inicial con bases designadas como Ellsworth en Dakota del Sur.
