La administración de Joe Biden avanza en la siguiente fase del programa “F-16 para Ucrania”, enfocándose ahora en la posible entrega de municiones furtivas que podrían potenciar los esfuerzos de Kiev para enfrentar a las fuerzas rusas en territorios temporalmente ocupados. Según expertos estadounidenses, se está considerando la inclusión de misiles aire-superficie conjuntos de alto rendimiento (JASSM) en el paquete de ayuda militar.
Aunque la Casa Blanca aún no ha tomado una decisión final, el ambiente es optimista respecto a las posibilidades de que Ucrania reciba este armamento avanzado. Este cambio de estrategia marcaría una evolución significativa, ya que por primera vez desde la invasión rusa en 2022, Washington podría estar considerando el envío de tecnología militar moderna, en lugar de armamentos de la era de la Guerra Fría.
El desafío que persiste radica en la integración del JASSM con los F-16, dado que estos misiles no fueron originalmente diseñados para operar con dicho avión. Peter Suciu ha señalado que, aunque el JASSM podría otorgar a Ucrania una capacidad de ataque de largo alcance considerable, adaptar estos misiles a los F-16 podría ser una tarea compleja.
En Washington, las opiniones son variadas, pero Thomas Newdick ha mencionado que Estados Unidos se muestra “abierto” a la posibilidad de suministrar a Ucrania el misil de crucero aéreo conjunto AGM-158 (JASSM). Esta discusión se produce después de informes surgidos hace aproximadamente seis meses, en los cuales funcionarios ucranianos indicaron que recibirían un tipo de misil de crucero lanzado desde el aire con un alcance de hasta 300 millas para sus F-16.
Los F-16 que se enviarán a Ucrania pertenecen al estándar F-16 AM/BM y han pasado por el programa Mid-Life Update (MLU). Sin embargo, actualmente ninguno de estos aviones está configurado para utilizar el JASSM. Hasta ahora, solo la Fuerza Aérea de Estados Unidos y Polonia, que operan versiones más avanzadas del F-16, emplean este tipo de misiles. Es posible que los aviones MLU puedan soportar el software necesario para el JASSM, o incluso que ya lo tengan, pero podría ser necesaria su activación o algunas modificaciones de hardware, lo cual presentaría ciertos desafíos.
Aunque no se ha tomado una decisión definitiva, un funcionario de la administración Biden declaró a Politico que se están revisando los detalles de la transferencia, incluyendo cómo manejar las tecnologías sensibles del misil. Este avance sugiere que la discusión ha pasado de “si” a “cuándo”.
Por primera vez, se están llevando a cabo conversaciones oficiales sobre la posibilidad de montar misiles JASSM en los F-16 ucranianos, una idea que hasta hace poco era mera especulación. A principios de este verano, Tyler Rogoway sugirió que armar a los F-16 ucranianos con JASSM sería una medida lógica, destacando la relevancia de este misil de crucero en particular.
De aprobarse el envío por parte de Washington, Ucrania recibiría el misil de largo alcance y guiado con precisión JASSM, desarrollado por Lockheed Martin para las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Este misil está diseñado para atacar objetivos de alto valor y fuertemente defendidos desde una distancia segura, minimizando así el riesgo para la aeronave que lo lanza.
El JASSM cuenta con tecnología de baja visibilidad por radar, lo que dificulta su detección por los sistemas de radar enemigos, aumentando su eficacia y capacidad de supervivencia en entornos disputados. Equipado con sensores avanzados, incluyendo un buscador infrarrojo para la orientación terminal, el misil puede dirigirse al objetivo con gran precisión, incluso en condiciones adversas o bajo contramedidas.
En cuanto a su navegación, el JASSM incorpora sistemas avanzados como GPS y un sistema de navegación inercial (INS), que trabajan en conjunto para garantizar una guía precisa hacia el objetivo. La combinación de GPS, INS y un buscador infrarrojo permite al misil ajustar su curso en vuelo para alcanzar el blanco designado con alta precisión.
El misil también está armado con una ojiva penetrante de fragmentación explosiva, diseñada para atravesar estructuras reforzadas antes de detonar, maximizando así el daño al objetivo. El alcance del JASSM varía según la variante, con un rango de hasta 230 millas (370 kilómetros) en la versión básica, y hasta 575 millas (925 kilómetros) en la variante de alcance extendido, JASSM-ER.
Los objetivos del JASSM incluyen una amplia gama de infraestructuras críticas, como defensas aéreas enemigas, centros de comando y control, nodos de comunicación y otros activos estratégicos, lo que lo convierte en un arma eficaz para neutralizar objetivos clave en el territorio enemigo.