En la tarde del 1 de diciembre, un avión de combate F-35B Lightning II fue fotografiado aparcado en Okinawa, Japón, con la punta hacia abajo en una pista de aterrizaje. Las imágenes suscitaron la preocupación de que el avión de combate furtivo de quinta generación hubiera sufrido un percance en el aterrizaje.
Finalmente, para acabar con las especulaciones, se confirmó que el F-35B adscrito al Cuerpo de Marines de EE.UU. (USMC) había sufrido el colapso del tren de aterrizaje del morro en la base aérea de Kadena, en Okinawa, mientras era remolcado tras un aterrizaje de emergencia/precaución.
Según el 1er Ala Aérea de los Marines de EE.UU. en Okinawa, un caza furtivo F-35B realizó un aterrizaje de precaución en la Base Aérea de Kadena a las 13:40 horas del 1 de diciembre, debido a presuntos problemas eléctricos, tal y como informó NHK News.
El Cuerpo de Marines de EE.UU. explicó posteriormente que la rueda de la punta del avión que realizó un aterrizaje de precaución se desplomó durante el remolque. Mientras remolcaba el avión, las ruedas delanteras fallaron y el morro se estrelló contra el suelo, pero nadie resultó herido.
Según el Cuerpo de Marines, este caza pertenece al 121º Escuadrón de Ataque de Cazas de Marines. El Escuadrón de Ataque de Cazas de los Marines 121 (VMFA-121), también conocido como los “Caballeros Verdes”, es un escuadrón de aviones del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos que opera el caza F-35B Lightning II.
Se cree que la variante de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL) del caza furtivo pertenece al buque de asalto anfibio Trípoli, que está desplegado en la Estación Aérea del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, Iwakuni. El Cuerpo de Marines de EE.UU. está investigando la causa del colapso del tren de aterrizaje.
El incidente se produce meses después de que tres aviones de combate F-16 se vieran implicados en incidentes en los que sus rieles de aterrizaje fallaron. Un hecho recurrente en los tres percances fue que el morro de los F-16 parecía llevarse la peor parte de los daños.
En su momento, EurAsian Times señaló que, si bien los motores de esos F-16 habrían corrido un importante peligro de tragar escombros, el radar y muchos de los sistemas de aviónica críticos del avión alojados en el morro habrían sufrido mayores daños en caso de aterrizaje con tren de aterrizaje.
Además, el aterrizaje con el tren de aterrizaje en el morro también puede suponer un gran esfuerzo para la estructura general del avión.
Los pilotos suelen utilizar el gancho de cola del avión para intentar detener la aeronave, un procedimiento habitual en muchos casos en los que se desconoce la estabilidad del tren de aterrizaje de un caza. Un gancho de cola es un dispositivo instalado en la parte trasera de ciertas aeronaves militares de ala fija. El gancho se utiliza para desacelerar durante aterrizajes de emergencia o despegues abortados.
Los F-35 se han visto envueltos en varios accidentes y controversias, lo que ha despertado la preocupación del ejército estadounidense y de sus socios que operan los aviones.
Un año difícil para los cazas F-35
En octubre de 2022, un caza de quinta generación F-35A se estrelló en el estado de Utah, en la base aérea de Hill, cerca de Salt Lake City. El avión de combate estaba adscrito a la 388ª ala de combate.
Aunque se informó de que el piloto se había eyectado sano y salvo y fue atendido por heridas leves, el accidente provocó incendios forestales en unas 8 a 10 hectáreas de terreno. Este fue el tercer accidente del año 2022.
Antes del incidente de octubre, se registraron dos accidentes de aviones F-35 en enero de este año. El 4 de enero, el piloto de un F-35 surcoreano realizó un “aterrizaje ventral” de emergencia en una base aérea después de que el tren de aterrizaje fallara debido a dificultades técnicas.
Aunque en un primer momento se afirmó que el suceso había sido causado por un pájaro que golpeó la toma de aire del motor izquierdo del F-35 surcoreano, se puso en marcha un estudio completo sobre la aviónica de la aeronave y el tren de aterrizaje.
Unos días después del accidente surcoreano, el 25 de enero, un F-35C de la Marina estadounidense tuvo un “incidente de aterrizaje” en la cubierta del portaaviones Carl Vinson, en el Mar de China Meridional, el primer accidente de la historia en el que se ve involucrada la forma de portaaviones del caza de quinta generación.
A raíz de estos incidentes con el F-35, el Mando de Combate Aéreo de EE.UU. puso en marcha en octubre un entrenamiento de recuperación de accidentes. En el curso de recuperación de aeronaves dañadas o inutilizadas, de cinco días de duración, celebrado a instancias de la Oficina del Programa Conjunto del F-35, participaron 29 encargados de mantenimiento de varios programas del F-35, servicios afines y países asociados al F-35. El entrenamiento incluyó el colapso del tren de aterrizaje, la extracción del piloto y la elevación de la aeronave.
El reciente incidente en la Base Aérea de Kadena (Japón) se produce cuando los cazas F-35 se venden como churros por sus capacidades de vanguardia. Su proliferación en la región del Indo-Pacífico ha obligado a China a duplicar su producción de J-20.