Tras un breve retraso, el portaaviones más nuevo, más avanzado y más caro de la Armada estadounidense comenzó finalmente su despliegue inaugural el martes desde Norfolk, Virginia. Aunque no será un crucero relámpago por todo el mundo, sigue siendo un hito importante para el USS Gerald R. Ford (CVN-78), el primer diseño de un nuevo portaaviones estadounidense en más de 40 años.
La construcción del portaaviones comenzó en noviembre de 2009, y fue encargado en 2017 por el ex presidente Donald Trump. Como buque principal de una nueva clase de superportaaviones, el CVN-78 se enfrentó a numerosos retrasos mientras se solucionaban los fallos de varios sistemas. La Armada espera que la construcción y la puesta a punto de los dos siguientes portaaviones de la clase Ford, los futuros USS John F. Kennedy y USS Enterprise, se desarrollen con mayor fluidez.
Por fin en el mar
Esta no es la primera vez que el USS Gerald R. Ford se dirige al mar, ya que se sometió a numerosas pruebas y ensayos en el mar desde su puesta en servicio a finales de julio de 2017. Pero el martes marcó su primer despliegue oficial. Es el buque principal de un grupo de ataque de portaaviones que incluye seis buques de aliados de la OTAN, junto con varios buques de guerra estadounidenses y un submarino.
Alrededor de 9.000 personas de nueve países, 20 buques y 60 aviones participarán en el viaje inaugural del portaaviones, según el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Los mandos y unidades estadounidenses que participan en el despliegue del GRFCSG son el Grupo de Ataque del Portaaviones 12, el Ala Aérea del Portaaviones 8, el Escuadrón de Destructores 2, el USS Normandy, el USS Ramage, el USS McFaul, el USS Thomas Hudner, el USNS Joshua Humphreys, el USNS Robert E. Peary y el USCGC Hamilton.
“Vamos a utilizar todo el Atlántico como nuestro corralito”, dijo a la prensa el capitán de la Armada Paul Lanzilotta, oficial al mando del buque, antes del despliegue. “Vamos a realizar prácticamente todas las misiones que están en la cartera de la aviación naval”.
Estaba previsto que el despliegue comenzara el lunes, pero las “condiciones meteorológicas cambiantes” de la costa de Virginia lo retrasaron a medida que los restos del huracán Ian ascendían por la costa atlántica. La tormenta se intensificó después de azotar Florida la semana pasada.
El retraso no fue un presagio, pero quizá sí un recordatorio de que el buque estaba previsto inicialmente para ser desplegado hace cuatro años. “Más vale tarde que nunca” podría sugerirse como un apodo apropiado para el portaaviones.
El mayor portaaviones de la historia
El USS Gerald R. Ford es el mayor buque de guerra del mundo. El portaaviones desplaza 112.000 toneladas de agua, lo que supone 12.000 toneladas más que los portaaviones de la clase Nimitz de la Marina estadounidense, y 32.000 toneladas más que el tercer buque de guerra más grande del mundo, el nuevo portaaviones chino Tipo 003 Fujian.
La Marina ha descrito el portaaviones como “el buque de guerra más grande y más malo de Estados Unidos”, y está equipado con casi dos docenas de nuevas tecnologías y una cubierta de vuelo completamente rediseñada, que permite al buque generar un 30% más de vuelos que otros portaaviones estadounidenses.
La avanzada tecnología del CVN-78 también incluye “casi el triple de energía eléctrica” que los portaaviones de la clase Nimitz, y utiliza el sistema electromagnético de lanzamiento de aviones, o EMALS. El sistema EMALS utiliza energía eléctrica para lanzar los aviones desde el buque, en lugar del antiguo sistema de catapulta de vapor. Este sistema reduce la presión sobre las aeronaves cuando se lanzan desde el portaaviones y permite reducir el tiempo entre los lanzamientos. Además, el portaaviones es ahora el único de estos buques de guerra equipado con el avanzado sistema de radar de doble banda.
Debido a las importantes mejoras en el diseño y la automatización, el USS Gerald R. Ford necesitará en realidad unos 600 marineros menos para maniobrar que los portaaviones de la clase Nimitz. Se espera que este cambio se traduzca en un ahorro de miles de millones de dólares a lo largo de los 50 años de vida útil del buque, lo cual es una buena noticia, ya que el coste total del portaaviones era mucho mayor de lo previsto inicialmente. Aunque es el mayor y más avanzado buque de guerra jamás construido, también es el más caro.
A partir de esta semana, la Armada podrá comprobar finalmente si ha merecido la pena el coste y la espera.