Grecia anuncia la venta de cazas F-16 y Mirage 2000, con los que pretende modernizar su flota y ofrecer unidades a posibles compradores internacionales.
En una decisión estratégica que refleja la evolución y adaptación de su aparato militar, Grecia ha anunciado oficialmente su intención de deshacerse de parte de su arsenal aéreo, ofreciendo una selección de sus cazas de segunda mano en el mercado internacional.
Este movimiento plantea la cuestión de qué nación estará dispuesta a adquirir estas aeronaves, precedentes de la prestigiosa Fuerza Aérea Helénica.
Durante una entrevista concedida a la televisión de su país el 25 de marzo, el ministro de Defensa griego, Nikos Dendias, compartió detalles sobre el diversificado inventario aéreo que planean reducir. “Tenemos un extenso arsenal que incluye F-4, Mirage 2000-5 y varias versiones del F-16, como el Bloque 30, el Bloque 50, el Bloque 52, además del F-16 Viper y los Rafale.
La situación actual exige una racionalización de nuestros recursos, optando por retirar los F-4 y, si surge la oportunidad, comercializarlos. El Mirage 2000-5, dadas sus extraordinarias capacidades, es otro candidato a la venta, al igual que los F-16 del Bloque 30. Estoy seguro de que encontraremos compradores. Confío en que encontraremos compradores para estos modelos”, explicó Dendias.
Este anuncio se inscribe en un marco más amplio de modernización de las fuerzas armadas griegas, como señaló George Tzogopoulos, destacado investigador del Centre International de Formation Européenne. “El ministro Dendias ha hecho oficial esta política, subrayando así el compromiso de modernizar y optimizar nuestras capacidades defensivas”, afirmó.
La decisión de vender parte de su flota aérea no es repentina. Los medios de comunicación griegos ya avanzaron a principios de febrero que el Estado Mayor de la Fuerza Aérea Helénica estaba evaluando la venta de 18 cazas Mirage 2000EGM/BGM, veteranos de 30 años de servicio en el 332º Escuadrón Halcón.
India, con un historial de operaciones de Mirage 2000 desde la adquisición de 51 unidades entre 1982 y 1985, surge como posible interesado. La adquisición de estos cazas permitiría a la India reforzar su inventario con piezas de repuesto esenciales para mantener operativa su flota.
Retos y oportunidades en la venta de aviones de combate usados
Aunque la demanda de cazas usados ha crecido en varios países en los últimos años, el mercado de estas aeronaves, especialmente las de generaciones anteriores, sigue siendo complejo y selectivo. Los F-4 Phantom II de Grecia, a pesar de las mejoras recibidas a lo largo de los años, se enfrentan a unas perspectivas de demanda limitadas debido a su avanzada edad.
El propio ministro Dendias ha reconocido la posibilidad de retirar estos aviones si no encuentran comprador, poniendo de relieve las dificultades inherentes a la comercialización de material bélico obsoleto. Turquía, por ejemplo, sigue operando sus F-4 modernizados, pero lo hace más por necesidad que por elección.
Indonesia canceló recientemente sus planes de adquirir 12 cazas Mirage 2000-5 de segunda mano a Qatar por 790 millones de dólares, optando en su lugar por esperar a la incorporación del más moderno Rafale. Este cambio de estrategia subraya la preferencia emergente por equipos tecnológicamente más avanzados, incluso en acuerdos transitorios.
La situación de los F-16 Block 30 de Grecia es igualmente incierta. Aunque Atenas ha operado con estos modelos desde finales de la década de 1980, y aunque en 1998 se canceló una venta de 20 unidades a Estados Unidos, no está claro si habrá interés actual en estos cazas.
Ucrania representa un caso particular en este entorno, dada su urgente necesidad de reforzar su defensa aérea ante los conflictos en curso. Kiev ha manifestado su interés no solo por los F-16 de segunda mano de varias fuerzas aéreas europeas, sino también por los Mirage 2000D franceses.
Según Tzogopoulos, existe una posibilidad “teórica” de que Ucrania adquiera estos antiguos cazas de la Fuerza Aérea Helénica, aunque Grecia no se ha unido al grupo de naciones que han confirmado el envío de F-16 a Ucrania. Además, los pilotos griegos participan en programas de entrenamiento con sus homólogos ucranianos.
Sin embargo, cualquier decisión en este sentido debe tener en cuenta el delicado equilibrio de las relaciones internacionales, especialmente las relaciones greco-rusas, que actualmente atraviesan un momento de importante tensión.
La posible transferencia de sistemas S-300 a Ucrania es ya un tema de debate en la arena pública, que podría influir en las deliberaciones del gobierno griego sobre la apertura de nuevos frentes de confrontación con Moscú.
India como potencial comprador de Mirage 2000
La posible venta de cazas Mirage 2000 de Grecia a India se presenta como una opción viable, especialmente tras la cobertura mediática en Grecia de la exitosa visita del primer ministro Kyriakos Mitsotakis al país asiático.
Sin embargo, George Tzogopoulos, observador experto en asuntos de defensa, señala que aún faltan detalles cruciales para concretar cualquier predicción sobre estas posibles transacciones.
“A día de hoy, la ausencia de información concreta sobre los términos de la venta impide emitir un juicio preciso. Factores como las cláusulas del contrato original firmado con Dassault Aviation, el fabricante de cazas, son determinantes”, explicó.
La complejidad de la situación se ve incrementada por la falta de claridad sobre el estado técnico actual de los Mirage 2000, así como por la incertidumbre sobre el modelo concreto que Grecia tiene previsto vender. Además, los costes asociados al mantenimiento y a las posibles actualizaciones tecnológicas de estos aviones son variables aún no cuantificadas.
Por otro lado, Pakistán se perfila como otro actor interesado en adquirir cazas Mirage de segunda mano, siguiendo su tradición de alargar la vida útil de aviones antiguos con presupuestos ajustados, como ha demostrado con anteriores compras a Egipto.
A pesar de este posible interés por parte de Islamabad en reforzar su flota aérea con cazas usados procedentes de Grecia, las posibilidades de una venta son mínimas, debido principalmente a cuestiones diplomáticas.
Tzogopoulos es claro: “Considerar a Pakistán como un comprador viable parece poco probable, dado que las relaciones entre Grecia y Pakistán, aunque cordiales, se limitan a ámbitos como la migración y el comercio a niveles básicos, sin alcanzar un grado de cooperación estratégica comparable al de otros países anteriormente mencionados”.
Esta valoración subraya las limitaciones geopolíticas y estratégicas que influyen en la comercialización de equipos militares a nivel internacional, dejando a India como candidato más factible para adquirir los Mirage 2000 griegos, a condición de superar los retos técnicos y contractuales antes mencionados.
Destinos potenciales de los Mirage 2000 griegos
Los rumores sobre la intención de Grecia de vender algunos de sus cazas Mirage 2000 a Chipre han circulado por los pasillos de defensa, marcando un posible hito dado que la isla nunca ha tenido aviones de combate propios. George Tzogopoulos, analista de defensa, ve este escenario con cautela, citando los retos históricos y diplomáticos que supondría una venta de tal magnitud.
“Aunque no descarto ninguna posibilidad, la experiencia nos enseña que las negociaciones de este tipo de acuerdos son intrínsecamente complejas, pues en ellas intervienen no solo las partes directamente afectadas, sino también actores clave como Dassault Aviation y el Gobierno francés”, explicó.
El análisis de Tzogopoulos sugiere que una operación de este tipo excede el marco de una simple transacción bilateral entre Grecia y la República de Chipre, implicando consideraciones más amplias sobre el posicionamiento estratégico de Chipre, que, aunque no es miembro de la OTAN, se ha ido alineando gradualmente con los intereses occidentales.
En este contexto de creciente cooperación militar en la región, tanto Chipre como Armenia emergen como candidatos potenciales para adquirir estos avanzados cazas. La relación militar entre Grecia, Chipre y Armenia ha experimentado un notable fortalecimiento, abriendo la puerta a posibles acuerdos de defensa.
Armenia, por su parte, ha mostrado su intención de diversificar su arsenal militar más allá de las tradicionales adquisiciones rusas, como demuestra la compra de cazas Su-30SM Flanker en 2019. Aunque estos cazas rusos no se utilizaron en la guerra de Nagorno-Karabaj en 2020, la necesidad de Ereván de modernizar y ampliar su capacidad aérea persiste, especialmente ante la adquisición por parte de Azerbaiyán de cazas JF-17 Thunder a Pakistán.
La viabilidad de que Armenia adquiera los Mirage 2000 griegos depende de varios factores, entre ellos la aprobación de Dassault y del gobierno francés, el interés de Armenia y su capacidad financiera para sostener la operación y el mantenimiento de estos cazas.
“La colaboración en materia de defensa entre Grecia y Armenia es sólida desde hace décadas. Si se superan los obstáculos reglamentarios y financieros, Armenia podría muy bien convertirse en destino de estos aviones”, concluyó Tzogopoulos.