El 5 de diciembre, la base aérea rusa Engels-2, situada en el interior del territorio ruso, fue atacada por aviones no tripulados ucranianos. Aunque en un principio no se pudieron determinar los daños, las nuevas imágenes por satélite muestran que el bombardero ruso Tu-95 recibió un impacto significativo.
Tras el ataque, el Ministerio de Defensa ruso declaró que se había llevado a cabo con vehículos aéreos no tripulados (UAV) modificados de la era soviética. Aunque no especificó qué avión no tripulado fue el responsable del ataque, los especialistas militares dedujeron rápidamente que lo más probable es que se tratara del Tu-141 Strizh.
Como novedad, las imágenes por satélite de la base aérea Engels-2, situada en la región de Sarátov, muestran que al menos un bombardero estratégico Tu-95 de las Fuerzas Aeroespaciales rusas se incendió y sufrió importantes daños.
Los bombarderos habían sido desplegados recientemente en la base aérea de Engels, lo que hizo temer un nuevo ataque aéreo contra Kiev.
Según las imágenes de satélite (abajo) obtenidas por EurAsian Times, se puede ver un bombardero estratégico Tu-95MS cubierto de espuma antiincendios utilizada para enfriar el fuego y recubrir el combustible para evitar su contacto con el oxígeno.
Además, junto a la aeronave gravemente dañada hay marcas de impacto que apuntan a una explosión y un asfalto algo incinerado. Además, en las imágenes de satélite también se ve un camión de extinción de incendios en las inmediaciones del bombardero.
La pérdida del Tu-95 del servicio activo podría ser un duro golpe para Rusia, ya que este bombardero nuclear, pilar de su flota de bombarderos, nunca ha sido alcanzado ni destruido en combate. Aunque el avión no resultó completamente dañado, ahora se dirigirá a los hangares de reparación antes de estar listo para la acción, probablemente dentro de un año.
Además, el ataque sin precedentes ha supuesto un doble golpe para los rusos, ya que es la primera vez que los ucranianos llevan a cabo un ataque de largo alcance contra Rusia, una capacidad desconocida hasta ahora.
Los lugares atacados -las bases aéreas de Engels-2 y Dyagilevo- están más cerca de la capital rusa que de las fronteras con Ucrania.
Además, según los medios de comunicación ucranianos, las Fuerzas Armadas rusas sólo disponían de 60 bombarderos Tu-95 cuando lanzaron la invasión en febrero de 2022. Junto con el Tu-160, el bombardero estratégico de largo alcance Tu-95 es la columna vertebral de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas (RuAF).
A lo largo de esta guerra, que ya ha entrado en su décimo mes, Rusia ha perdido varios de sus vanguardistas y costosos aviones de combate. La pérdida de un bombardero estacionado en las profundidades rusas causaría más acidez que un caza derribado sobre el espacio aéreo ucraniano.
¿Un punto de inflexión?
Pocos aviones destacan tanto como el enorme Tupolev Tu-95 “Oso”, un bombardero estratégico ruso cuatrimotor y avión de patrulla marítima con una gran sonda de reabastecimiento similar a un unicornio.
El Tu-95 sigue en servicio después de más de sesenta años porque pocos aviones pueden recorrer largas distancias transportando una pesada carga útil. El Tu-95 es uno de los aviones de hélice más rápidos que existen, capaz de alcanzar velocidades de más de 500 millas por hora.
Más de cincuenta a sesenta aviones Tu-95MS siguen en servicio hoy en día para operar como portadores de misiles de crucero capaces de disparar misiles Kh-55.
Han sido modificados para llevar dieciséis misiles de crucero cada uno y modernos sistemas de navegación/objetivo. El Kh-55 está disponible en diversas variantes convencionales y nucleares, que van de los tres mil kilómetros a los trescientos kilómetros.
La variante Tu-95MSM también puede lanzar los misiles de crucero furtivos Kh-101 y nucleares Kh-102, que vuelan a baja altura y tienen una baja sección transversal de radar. Para mantener sus aviones fuera del alcance de los sistemas de defensa antiaérea ucranianos, Rusia ha enviado bombarderos armados con misiles de crucero de largo alcance para atacar posiciones ucranianas fuera del espacio aéreo ucraniano.
Por eso, la movilización de bombarderos en la base aérea de Engels causó un pánico generalizado entre los ucranianos y provocó el ataque sin precedentes de drones. Sin embargo, no es la primera vez que el bombardero ruso se incendia y provoca daños masivos, señalaron los medios locales ucranianos.
Hace varios años, en 2013, el Tu-95MS, número de a bordo 21 “Rojo”, se incendió debido a un cortocircuito causado por una mala instalación de la red eléctrica durante las reparaciones. El avión no estaba entonces totalmente en llamas, y el bombardero no parecía haber sufrido daños sustanciales en la superficie.
Sin embargo, más tarde se supo que las llamas destruyeron el avión, y los fragmentos del Tu-95MS fueron abandonados ya que su estado era irreparable. Tres años más tarde, otro bombardero Tu-95 se incendió y fue retirado del servicio.
Esta vez, el motor de un Tu-95MS no identificado se incendió en la base aérea rusa “Ukrainka” del Lejano Oriente en noviembre de 2016. A pesar de la apariencia de un incendio más catastrófico que el último incidente conocido, algunos informes afirmaron que la aeronave fue reparada posteriormente.
En ambos incidentes, los daños reales no pudieron evaluarse únicamente por la apariencia de la aeronave dañada. Sin embargo, independientemente de si el bombardero sufrió daños irreparables, Rusia ha lanzado otro ataque masivo con misiles contra Ucrania que se espera que se intensifique.