En una demostración de fuerza estratégica dirigida a disuadir las ambiciones de Corea del Norte, las fuerzas armadas de Corea del Sur organizaron un despliegue aéreo de 33 aviones de combate, incluidos modelos F-35A, KF-16, F-15K y F-4E, en una formación impactante denominada “paseo de elefantes” en la base aérea de Suwon. Este evento constituyó el punto álgido del ejercicio anual conjunto surcoreano-estadounidense conocido como Escudo de la Libertad.
Reportes de medios locales señalaron que la totalidad de las aeronaves implicadas en la denominada “marcha del elefante” portaban un completo arsenal. Dicho evento tuvo lugar un viernes, justo un día después de que Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, supervisara un ejercicio de disparo de artillería, estableciendo así un precedente de preparación combativa regular. Kim Jong-un interpretó las maniobras militares conjuntas entre Corea del Sur y Estados Unidos como la antesala de una “invasión norcoreana” potencial.
La Agencia Central de Noticias de Corea del Norte informó que “se ha dado orden a todas las unidades de artillería para estar listas para ejecutar ataques rápidos y devastadores si se desencadena un conflicto bélico”.
Despliegue aéreo de Corea del Sur: Un mensaje de poder y preparación
Destacando en la formación aérea, un escuadrón de ocho F-4E Phantoms lideró la formación, aviones que están previstos para ser retirados del servicio activo en junio después de décadas de dedicación. Fue en 1969 cuando el Ejército del Aire de Corea del Sur incorporó las primeras variantes del Phantom, que dominó como principal aeronave de combate hasta la introducción del KF-16 en 1994.
Es notable mencionar que el F-4E Phantom surcoreano es una versión del renombrado F-4 Phantom II, desarrollado por McDonnell Aircraft como un cazabombardero e interceptor supersónico para la Armada de los Estados Unidos. Este formidable biplaza se destaca por su capacidad de operar bajo cualquier condición climática.
La variante F-4E Phantom, específicamente, está equipada con tecnología de vanguardia, incluyendo un cañón M61 Vulcan para enfrentamientos cercanos y un avanzado sistema de radar alojado en su proa extendida, convirtiéndolo en un rival formidable en el teatro de operaciones aéreas. A lo largo de su servicio, los F-4E Phantom en Corea del Sur han sido objeto de numerosas actualizaciones para potenciar su capacidad de combate, con mejoras en sistemas de aviónica, radar y armamento, asegurando su competencia en el campo de batalla frente a adversarios con tecnología más avanzada.
Despliegue y disuasión: la “marcha de elefantes” estratégica.
El concepto de “marcha de elefantes” refleja una táctica militar de aviación que consiste en el rodaje consecutivo de una notable cantidad de aviones previo al despegue. La visual de estas aeronaves, alineadas en secuencia y avanzando una tras otra, evoca la estampa de un desfile de elefantes enlazados por la cola y la trompa, origen de su denominación.
El término “Marcha de elefantes” tiene sus raíces en los tiempos del conflicto global de la Segunda Guerra Mundial, marcado por las operaciones de los bombarderos aliados que, en ocasiones, congregaban hasta 1.000 aviones en misiones coordinadas. Estas formaciones de aeronaves, alineándose en la pista en una única hilera extendida, mimetizaban la imagen de elefantes en marcha hacia un punto de agua.
La finalidad de la “Marcha de los elefantes” es doble: por un lado, demuestra la capacidad y la prontitud de una fuerza aérea para movilizar una vasta flota de aviones con rapidez; por otro lado, funciona como una demostración de fuerza contundente, enviando un mensaje de disuasión a potenciales adversarios al exhibir el poderío militar capaz de agrupar y lanzar una considerable agrupación de aeronaves en corto tiempo.
Más allá de su impacto visual, organizar una “Senda de los Elefantes” es un ejercicio de logística complejo, demandando una sincronización exquisita y una comunicación efectiva entre aviadores y personal de soporte en tierra para asegurar un tránsito seguro y ordenado de la flota. Este tipo de operación también impone requerimientos específicos sobre el espacio de pista disponible, limitando su ejecución a las bases aéreas que disponen de las instalaciones necesarias para soportar tal magnitud de despliegue.
Tensión y respuestas: Escalada militar en la península coreana
La atmósfera se carga de tensión cada vez que Corea del Norte y Corea del Sur ejecutan sus ejercicios militares, marcando momentos de alta tensión en la península. Un episodio reciente ilustrativo fue un jueves, cuando Corea del Sur, con el respaldo de Estados Unidos, realizó una extensa demostración de fuerza aérea. Según informa BulgarianMilitary.com, se llevó a cabo el lanzamiento de munición real desde cazas surcoreanos KF-16 y FA-50 hacia blancos aéreos, lo cual no fue bien recibido por Corea del Norte, que lo interpretó como una simulación de invasión aérea.
En un acontecimiento previo, durante enero, Corea del Norte generó alarma al lanzar más de 200 misiles cerca de la costa occidental de la península, según reportes de una agencia de noticias surcoreana basados en datos del Estado Mayor del ejército. La alarma se intensificó con las explosiones ocurriendo alarmantemente cerca de la isla de Yeonpyeong, ubicada en la NLL [Línea de Límite Norte], forzando la evacuación de sus habitantes tras el incidente. Esto situó al ejército surcoreano en un estado de vigilancia elevado, preparado para cualquier amenaza inminente. La NLL, establecida como demarcación marítima entre las dos naciones enfrentadas, se originó en un acuerdo de 2018 entre Seúl y Pyongyang, buscando disminuir las tensiones bilaterales.
En respuesta a la agresión, medios surcoreanos revelaron la acción de Taipei, que consistió en disparar 400 proyectiles de artillería en un contraataque. Un detalle visualmente impactante de esta respuesta fue la captura en vídeo de los refugios con doble entrada diseñados para proteger a las unidades de artillería K-9, demostrando la seriedad y la preparación de las fuerzas surcoreanas ante tales provocaciones.