Israel ha preparado una lista de sistemas de armas que pretende pedir a EE.UU. que añada al arsenal de emergencia estadounidense en Israel como precaución para futuros conflictos regionales, según fuentes de defensa aquí.
La lista es altamente clasificada, pero las fuentes dijeron que incluye municiones aéreas que Israel predice que serían necesarias si el ejército toma medidas contra las instalaciones nucleares iraníes o se defiende contra las salvas de cohetes de Hezbolá en el Líbano.
El arsenal de reservas de guerra de los aliados, establecido en la década de 1980, permite a EE.UU. “almacenar armas y equipos en las bases israelíes para su uso en tiempos de guerra”, según un informe del Servicio de Investigación del Congreso de EE.UU. [PDF], y ha incluido misiles, vehículos blindados y munición de artillería. Más tarde, EE.UU. modificó las normas relativas al arsenal, diciendo que Israel podría tener acceso directo “en situaciones de emergencia”, y que las armas podrían transferirse a través de canales de Ventas Militares Extranjeras significativamente racionalizados.
“Oficialmente, todo este equipo pertenece al ejército estadounidense”, se cita a un oficial israelí en el informe del CRS de 2020. “Sin embargo, si hay un conflicto, las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel] pueden pedir permiso para utilizar parte del equipo”.
Eso ha sucedido al menos dos veces, según el CRS: una durante el conflicto de 2006 entre Israel y Hezbolá, y otra en 2014 para una operación israelí contra Hamás. (Estados Unidos también simuló una transferencia de armas almacenadas para un ejercicio militar bilateral en 2019).
El Ministerio de Defensa israelí declinó hacer comentarios para este informe. Por supuesto, Israel ha comprado directamente artículos de defensa a Estados Unidos -Estados Unidos aprobó casi 1.500 millones de dólares en grandes ventas de armas en el año fiscal 2021-, pero una alta fuente de defensa israelí dijo a Breaking Defense que el aumento de los arsenales estadounidenses en Israel tiene sus propias ventajas. En primer lugar, como las armas son propiedad de EE.UU., no afectan al presupuesto militar de Israel hasta que se necesitan. En segundo lugar, aunque Israel paga la factura del mantenimiento de los sistemas, éstos se almacenan en zonas de las bases de las FDI controladas por Estados Unidos.
Las reservas de municiones son una gran preocupación para los planificadores israelíes después de que el país agotara la mayor parte de sus reservas de la Cúpula de Hierro el año pasado en los ataques a Gaza. Breaking Defense también informó anteriormente de que Israel solicitaría la nueva bomba antibúnker GBU-72 de Estados Unidos, considerada necesaria tanto para posibles operaciones contra sistemas de túneles en Gaza como para atacar emplazamientos nucleares iraníes fortificados.
En cuanto a si Estados Unidos aumentará su arsenal, eso depende de la Casa Blanca, que determinaría las implicaciones políticas, y del Congreso, que por ley establece el límite máximo del valor de las municiones almacenadas. Teniendo en cuenta la actual disputa en el Capitolio sobre la financiación directa de la Cúpula de Hierro, por no hablar de su disfunción general, el futuro del arsenal estadounidense es más turbio que nunca.