El crecimiento en capacidades de la Fuerza Aérea PLA de China ha impulsado a Estados Unidos a intensificar la preparación de sus cazas F-16 Viper junto con el avanzado F-35 Lightning II.
Operaciones de entrenamiento: “Northern Lightning” y la combinación de fuerzas
En el escenario de los ejercicios “Northern Lightning” en Wisconsin, los F-35B Joint Strike Fighters, abanderados de la sigilosa habilidad de la Infantería de Marina, junto con los F-35A, representaron la fuerza combinada del Air Force y la Guardia Nacional Aérea. Aquí, actuaron como auténticos líderes, liderando escuadrones más amplios en combate.
Una nueva táctica se reveló en 2023: los F-16 Viper, aunque no furtivos, son resguardados por los más avanzados F-35. Este diseño táctico permite que los F-16 desplieguen su arsenal de misiles contra fuerzas enemigas simuladas, maximizando su impacto.
En estos ejercicios, tanto los T-38 como los enigmáticos F-117 Nighthawk actuaron como adversarios, junto con algunos F-35, aportando mayor complejidad a las maniobras.
La estrategia detrás de la integración generacional
El pensamiento táctico de los Marines subraya que el éxito en futuros conflictos, especialmente contra potencias como China, requiere de esta integración generacional. La posibilidad de un enfrentamiento militar entre ambas superpotencias se vislumbra en el horizonte estratégico.
El Capitán US Marine “Melon” Streicher enfatizó la crucial integración de los jets de cuarta y quinta generación como pilar de su entrenamiento. A pesar del sigilo de los F-35, su capacidad de misiles sigue siendo limitada.
Cada variante del F-35 está diseñada para albergar internamente hasta cuatro misiles AIM-120 AMRAAM o una combinación de estos con armamento aire-tierra. Si bien puede llevar más armamento externamente, esto compromete su capacidad furtiva.
F-16V y su potencial armamentístico
En contraste, los F-16V pueden ser equipados con misiles AIM-9X Sidewinder, además de un arsenal que incluye el AGM-84 Harpoon, AGM-88 HARM, AGM-154 JSOW y SLAM-ER. El SLAM-ER destaca por su precisión en ataques a larga distancia, alcanzando hasta 170 millas.
Streicher destacó que, a diferencia de los F-35, “los F-16 tienen seis misiles cada uno. Nuestra misión es asegurar su despliegue y supervivencia en combate”.
El F-35, con su habilidad para coordinar estratégicamente, actúa de puente entre aeronaves furtivas y no furtivas en operaciones, incluso con aliados y socios internacionales.
Enfrentando a China: el rol de Taiwán y el dilema F-16V
En teoría, si se desencadena un conflicto con China por Taiwán, los F-35 de Estados Unidos podrían aliarse con los F-16V taiwaneses contra la Fuerza Aérea del Ejército de Liberación Popular. Todo depende de si Estados Unidos o aliados como Japón y Corea del Sur intervienen en una guerra contra China.
Si deciden no enfrentarse directamente a Beijing, los F-16V de Taiwán tendrán que defenderse solos contra los esquivos J-20.
El F-35 Lightning II es actualmente el avión de combate furtivo más codiciado a nivel global por su combinación de velocidad, agilidad y capacidades avanzadas. Los F-35, cuando se despliegan con otras aeronaves, potencian y protegen a estas últimas. Un ejercicio militar reciente reveló su potencial: ocho bajas enemigas sin sufrir daño alguno.
El F-35: El Pionero del Sigilo y Su Influencia
En la coreografía del combate moderno, quien logra una ofensiva inicial, generalmente se adueña del campo de batalla. Es aquí donde los F-35 demuestran su valía. No solo son máquinas de combate, sino facilitadores para otros cazas cargados de misiles pero desprovistos de sigilo.
Gracias a su avanzada tecnología de ocultación, los F-35 permiten que estos cazas liberen su arsenal sin ser detectados, potenciando la operación militar completa.
Ante la creciente amenaza de la Fuerza Aérea del PLA, Taiwán confía en que los F-16 Viper, que adquiere de EE. UU., serán su principal barrera defensiva contra los J-20.
El Surgimiento del J-20: Una Potencia Aérea
El J-20, tercero en la generación de cazas furtivos, representa una amenaza imponente. Taiwán, en respuesta, se embarca en una transformación masiva. Está renovando una flota de F-16A/B antiguos hacia la tecnología más avanzada.
Con un pedido de 66 modernos F-16V block 70, Taiwán refleja su compromiso de fortalecer sus defensas aéreas. Similar al F-35 de EE. UU., el J-20 se destaca por su avanzada tecnología de radar y electrónica integrada.
Su sistema de radar, con un alcance impresionante, y sus misiles de largo alcance solidifican su estatus en el teatro de operaciones aéreo.
F-16V: La Respuesta de Taiwán
Comparado con sus predecesores, el F-16V lleva la delantera en detectar al esquivo J-20. Esto se debe a su moderno radar APG-83 AESA y un conjunto de aviónica contemporánea.
La elección de EE. UU. de dotar a Taiwán con estos cazas generó fuertes reacciones de China. Sin embargo, no podemos ignorar la evolución constante de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF).
En las últimas dos décadas, ha fortalecido su flota con J-10, J-11 y J-16, y rumores sugieren que ya cuenta con unos 200 cazas J-20, desplegados estratégicamente en todos sus comandos teatrales.
El Desafío para Taiwán
Frente a una fuerza aérea superior en números y tecnología, Taiwán se enfrenta a un escenario complicado. La presencia de los J-20 podría aumentar su percepción de vulnerabilidad, dadas las capacidades furtivas de estos cazas.
Según Drew Thompson, analista militar, en su artículo para War on the Rocks, Taiwán ha ideado una estrategia innovadora para contrarrestar a China. En un movimiento astuto, busca desplegar sistemas integrados de defensa aérea para proteger bases e infraestructura vital.
Estos sistemas, al ser estratégicamente colocados, tienen como objetivo fortalecer la capacidad defensiva de Taiwán frente a la creciente amenaza.
Defensa taiwanesa: ¿Están listos los F-16V ante el avance del J-20?
Contrario a las apreciaciones convencionales, la superioridad aérea podría no ser el eje central de la defensa taiwanesa frente a una posible invasión china. A pesar de su capacidad para lanzar misiles anti-buque, el número de aeronaves que podrían sortear el primer embate chino sería limitado. Las bases aéreas de Taiwán estarían en el punto de mira del PLA desde el primer instante.
El rol de los cazas taiwaneses, por ende, se ve más como un elemento disuasorio durante tiempos de paz que como un activo clave en el teatro de guerra. Sin embargo, los constantes desafíos de China en la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Taiwán [ADIZ] sugieren que el J-20 está al acecho de los F-16V taiwaneses.
Es en este entorno hostil donde ambos cazas podrían medir fuerzas, con el J-20 intentando demostrar su supremacía a través de incursiones audaces y los F-16V resguardando con celo su territorio.
Estrategias aéreas: La conjunción entre cazas de 4.ª y 5.ª generación
Un experto militar anónimo destacó la relevancia de la integración de cazas de 5.ª generación, como el F-35, con los de 4.ª generación, como el F-16. Esta integración complementaria brinda ventajas tácticas, una estrategia que el PLA también está adoptando, alinear sus J-20 con fuerzas de 4.ª y 4.5.ª generación, incluyendo los J-16 y J-10C.
El panorama militar deja claro que Taiwán no cuenta con cazas de quinta generación, y tiene un número limitado de cazas de cuarta generación. Esta realidad destaca las limitaciones de sus capacidades aéreas.
El análisis va más allá, apuntando que la infraestructura defensiva taiwanesa se encuentra en desventaja respecto a la del PLA, especialmente si consideramos sistemas aéreos avanzados y fuerzas terrestres.
J-20: El dragón que amenaza los cielos de Taiwán
Pilotos chinos han afirmado que han logrado penetrar el espacio aéreo taiwanés sin ser detectados, tanto por cazas en vuelo como por radares terrestres, presentando al J-20 como el ápice de la tecnología furtiva.
Esta alegación pone en primer plano la directa confrontación entre el F-16V y el J-20 y otros cazas del PLAAF, evidenciando la posible supremacía del J-20 en el campo de batalla aéreo.
Un segundo experto, al ser consultado sobre la performance del F-16V frente al J-20, sugirió que el real desafío no radica en la comparativa de capacidades, sino en la operatividad y resistencia de la fuerza aérea taiwanesa, especialmente considerando la superioridad del PLA en áreas como Control y Alerta Temprana Aerotransportada [AEW&C], Guerra Electrónica [EW], y armamento.
Taiwán sin F-35: Una defensa sin “quarterback”
Una carencia importante en la defensa taiwanesa es la falta de cazas F-35, lo que les priva de un elemento coordinador en el lanzamiento de misiles por parte de los F-16 Vipers. Comparativamente, Estados Unidos sí cuenta con esta capacidad, dejando a Taiwán en una posición de mayor vulnerabilidad.
Esta disparidad refleja la necesidad de Taiwán de diversificar y fortalecer su arsenal aéreo, con el fin de establecer una defensa más sólida frente a potenciales amenazas.
En conclusión, el enfrentamiento potencial entre el J-20 y el F-16V sobre Taiwán trasciende la mera comparativa de capacidades técnicas y se sumerge en un juego de estrategias, preparativos y capacidades operacionales.