El senador Marco Rubio alerta sobre la importancia del poderío naval estadounidense para contrarrestar a China, que busca convertirse en la potencia naval dominante del mundo a finales de esta década.
El ascenso de China y sus ejercicios militares
El artículo de opinión de Rubio llega en un momento en que China simula un ataque con portaaviones contra Taiwán, mientras realiza ejercicios militares en la zona. Además, el gobierno chino ha iniciado un proceso de fortalecimiento naval desde 2012, con el objetivo de proteger sus intereses en el mar.
Se espera que China expanda su flota naval a 400 buques para 2025, con un enfoque en combatientes de superficie. Esta expansión podría poner en riesgo la hegemonía marítima de Estados Unidos, que ha garantizado el libre comercio y la seguridad en los océanos.
La capacidad naval de China supera a la de Estados Unidos
El senador Rubio resalta que la capacidad productiva de los astilleros chinos supera ampliamente a la de los estadounidenses. Además, la petición presupuestaria actual para la Marina y el Cuerpo de Marines de EE. UU. es insuficiente, lo que dificulta la competencia con China en términos de construcción naval.
Para enfrentar este desafío, Rubio insta a priorizar y acelerar la construcción de buques en Estados Unidos, siguiendo el ejemplo de cómo el país derrotó a Alemania y Japón durante la Segunda Guerra Mundial.
¿Está realmente en peligro la supremacía naval estadounidense?
A pesar de la ventaja numérica de China, Estados Unidos mantiene una ventaja significativa en términos de calidad y capacidad naval. Los portaaviones nucleares de clase Nimitz, las bases en el extranjero y los aliados regionales, como Corea del Sur, Japón y Taiwán, son algunas de las fortalezas que aún favorecen a EE. UU.
China, por otro lado, tiene menos capacidad de proyección de fuerza y una red de aliados más limitada, siendo Corea del Norte su principal aliado en la región.
Una amenaza real, pero con ventajas para EE. UU.
La expansión de la Armada china representa una preocupación legítima, pero Estados Unidos mantiene una ventaja general gracias a sus portaaviones, bases alrededor del mundo y alianzas estratégicas.
El compromiso conjunto por mantener una alta mar libre y abierta en el Indo-Pacífico y más allá sigue siendo un pilar fundamental en la geopolítica actual.