La creciente indignación por la guerra en Gaza ha llevado a los líderes de la Unión Europea a adoptar un tono más crítico hacia Israel, aunque las divisiones internas del bloque dificultan traducir las palabras en acciones concretas para influir en la guerra.
Alemania, tradicionalmente uno de los aliados más firmes de Israel debido a su historia ligada al Holocausto, muestra un cambio significativo en su postura. El lunes, tras un ataque israelí que, según las autoridades sanitarias de Gaza controladas por Hamás, mató a 20 personas, incluidos numerosos niños, en una escuela convertida en refugio, el canciller Friedrich Merz expresó su desconcierto sobre los objetivos de Israel en el enclave devastado. “La afectación a la población civil no se justifica solo por combatir el terrorismo de Hamás”, afirmó.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aseguraron que el ataque apuntó a terroristas de Hamás y la Yihad Islámica que usaban la escuela como centro de mando. Israel acusa a Hamás de operar entre civiles, lo que incrementa las víctimas no combatientes.
En Bruselas, el martes, Ursula von der Leyen, presidenta alemana de la Comisión Europea, calificó los recientes ataques contra infraestructuras civiles en Gaza como “abominables” y “desproporcionados”. Un diplomático de la UE describió estas palabras como “contundentes e inusuales” para una líder que apoyó a Israel tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, cuando el grupo terrorista palestino lideró una invasión al sur de Israel, mató a 1.200 personas y secuestró a 251 rehenes.
Un funcionario de la UE atribuyó este cambio a la influencia de Merz en Bruselas. Julien Barnes-Dacey, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, destacó en un podcast que la opinión pública europea experimenta un “giro radical” en las últimas semanas.
No obstante, transformar la retórica en medidas prácticas resulta complejo. Alemania, segundo proveedor de armas a Israel tras Estados Unidos, desestimó esta semana suspender las ventas al gobierno de Benjamin Netanyahu. Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores, Johann Wadephul, advirtió a Israel que respetar el derecho internacional humanitario es crucial. “Si detectamos violaciones, intervendremos y no suministraremos armas que faciliten más transgresiones”, declaró.
Las divisiones dentro de la UE, entre países proisraelíes y propalestinos, han limitado su influencia en la guerra. La semana pasada, 17 de los 27 Estados miembros apoyaron revisar si Israel cumple los principios de derechos humanos del acuerdo de asociación con la UE. Kaja Kallas, jefa de diplomacia europea, planea presentar opciones el 23 de junio en Bruselas, aunque suspender el acuerdo requeriría unanimidad, algo que los diplomáticos consideran inviable.
Berlín y Roma, potencias económicas, se opusieron incluso a la revisión. Sin embargo, el ministro italiano Antonio Tajani instó el martes a Israel a detener su ofensiva en Gaza. Barnes-Dacey sugiere que una mayoría cualificada podría imponer restricciones comerciales, dado que la UE es el principal socio comercial de Israel, con 42.600 millones de euros en bienes en 2024 y 25.600 millones en servicios en 2023.
Un diplomático señaló que aún falta consenso para medidas comerciales, que necesitan el apoyo de 15 Estados y el 65% de la población de la UE. Haim Regev, embajador israelí ante la UE, reconoció en una reunión privada una “erosión diplomática” con el bloque, según un informe reciente.
Kristina Kausch, del think tank alemán Marshall Fund, considera prematuro hablar de un cambio en la política europea. “La revisión del acuerdo es solo un paso inicial; lo relevante es la acción”, afirmó. No obstante, países como España, Bélgica e Irlanda intensifican la presión. El ministro belga Maxime Prevot dijo: “Esto se asemeja mucho a un genocidio. No sé qué más horrores deben ocurrir para usar esa palabra”.
Las acusaciones de genocidio, respaldadas por grupos de derechos humanos y algunos funcionarios de la ONU, son rechazadas por Israel. Incluso los gobiernos europeos más cercanos a la causa palestina evitan términos tan graves. Un posible avance sería el reconocimiento del Estado palestino, promovido por Francia antes de una conferencia de la ONU en junio. Barnes-Dacey duda de su impacto inmediato, pero cree que podría limitar la libertad de acción de Israel.
El Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, reporta más de 53.000 muertos o presuntos muertos, sin distinguir entre civiles y combatientes. Israel asegura haber eliminado a 20.000 combatientes hasta enero, más 1.600 terroristas el 7 de octubre, y resalta que Hamás usa civiles como escudos humanos. Las bajas israelíes en Gaza y la frontera alcanzan 420.