La Fuerza Aérea de Estados Unidos ha seleccionado un prototipo para desarrollar su nuevo casco para todas las tripulaciones de aviones, según anunció el 25 de junio el Mando de Combate Aéreo, eligiendo el diseño de LIFT Airborne Technologies.
El nuevo casco, que todavía tiene que someterse a investigaciones y pruebas adicionales antes de que la Fuerza Aérea confirme el diseño y ofrezca un contrato de producción. Está mejor equipado para manejar la adición de dispositivos montados en el casco y ofrecerá un mejor ajuste para tripulaciones más diversas, dijo la Fuerza Aérea en su anuncio.
El actual casco estándar del servicio para las tripulaciones aéreas es el HGU-55/P, introducido por primera vez en la década de 1980. Sin embargo, con el avance de los sistemas de visualización montados en el casco y otros dispositivos, el peso de la cabeza y el cuello de los miembros de la tripulación aumentó, y el centro de gravedad se desplazó.
Varios estudios académicos realizados a lo largo de los años han constatado que los cascos más pesados o con dispositivos montados pueden causar mayores molestias o tensiones musculares en el cuello, agravadas por los efectos de las altas fuerzas G.
“El casco heredado no fue diseñado originalmente para soportar los avances en los sistemas de visualización montados en los cascos de las aeronaves, lo que hace que los pilotos vuelen con equipos no optimizados para ellos, especialmente nuestras tripulaciones femeninas”, dijo en un comunicado Scott Cota, analista del programa de equipos de vuelo de la rama de Planes y Requisitos del ACC.
El ACC trabajó con otros mandos principales y con la Oficina del Programa de Sistemas Humanos del Centro de Gestión del Ciclo de Vida de la Fuerza Aérea para desarrollar los requisitos de un casco de nueva generación. Entre esos requisitos se encontraban “el peso, la comodidad del piloto, la optimización del ajuste y la protección, la estabilidad, la optimización del centro de gravedad y la integración con diferentes sistemas montados en el casco”, según el comunicado.
ACC colaboró entonces con AFWERX, una organización de la Fuerza Aérea centrada en la innovación y diseñada para buscar ideas interesantes de proveedores no tradicionales, para abrir el proceso de concurso, según el comunicado. Se presentaron más de 100 diseños y, de esos 100, se invitó a 38 empresas a presentar sus propuestas. Las más prometedoras fueron probadas por el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea, otros laboratorios de la base aérea de Wright-Patterson (Ohio) y escuadrones de la base aérea de Eglin (Florida).
LIFT promociona su diseño, denominado AV 2.2, por ser sustancialmente más ligero que el de sus competidores, con mayor ventilación y opciones de ajuste a medida. El casco también tiene un diseño modular que facilita la colocación de dispositivos como gafas de visión nocturna o un sistema de señalización montado en el casco (HMCS).
Sin embargo, aún pasarán años antes de que los pilotos tengan en sus manos los nuevos cascos. La Fuerza Aérea estima que el contrato de producción no llegará hasta 2024, y después de eso, ACC los entregará de forma escalonada, dando los primeros a los que vuelan en el F-15E Strike Eagle.
Uno de los aviones cuya tripulación no necesitará el nuevo casco es el F-35: el Joint Strike Fighter tiene su propio casco, hecho a medida para cada piloto y que cuesta aproximadamente 400.000 dólares cada uno.