La Fuerza Aérea de EE. UU. incorporó el segundo prototipo del bombardero B-21 Raider a pruebas de vuelo en California antes de su entrada en servicio.
Desarrollo y producción del bombardero estratégico B-21 Raider en instalaciones clave
La Fuerza Aérea de Estados Unidos anunció en septiembre de 2025 la llegada del segundo avión de prueba del bombardero estratégico B-21 Raider a la base Edwards, en California. En este lugar se realizan evaluaciones de vuelo que incluyen sistemas de misión y armamento, con el fin de preparar su entrada en servicio a mediados de la década de 2020, según comunicados oficiales del Departamento de Defensa. El B-21 Raider, desarrollado por Northrop Grumman bajo el programa de bombardero de largo alcance, constituye el componente principal futuro de la flota estratégica estadounidense.
Este aparato, capaz de penetrar defensas antiaéreas avanzadas, sustituye progresivamente a los B-1 Lancer y B-2 Spirit. La Fuerza Aérea prevé adquirir al menos cien unidades, con un costo unitario aproximado de $700 millones, y ha asignado un presupuesto de $10.300 millones en el ejercicio fiscal de 2026 para financiar su desarrollo y producción. El primer prototipo realizó su vuelo inicial en noviembre de 2023, y desde entonces acumula pruebas que abarcan desde operaciones básicas en tierra hasta vuelos semanales, con énfasis en la integración de sensores y datos para misiones de precisión.
En las instalaciones de Plant 42, en Palmdale, California, Northrop Grumman fabrica los aparatos con herramientas que replican las de las líneas de producción final. El segundo prototipo incorpora modificaciones de diseño basadas en las lecciones del primero, y centra sus pruebas en la compatibilidad con armamento y sistemas operativos. La Fuerza Aérea confirmó que este segundo avión acelera el programa porque permite evaluaciones paralelas: uno verifica el rendimiento aerodinámico, mientras que el otro prueba la carga de municiones convencionales y nucleares.

De este modo, el equipo de la base Edwards, que incluye al 412º Escuadrón de Pruebas, amplía su capacidad para validar la fiabilidad del bombardero en condiciones extremas, como climas variados y escenarios de alta exigencia. La producción avanza con contratos de bajo volumen inicial. Northrop Grumman recibió el segundo lote en febrero de 2025, tras la aprobación del primero en 2024, y negocia actualmente con la Fuerza Aérea para adjudicaciones adicionales antes de finales de año.
Características técnicas y avances del B-21 Raider para misiones estratégicas
- El B-21 Raider cuenta con un diseño de ala volante que reduce la detectabilidad radar y mejora la autonomía para misiones intercontinentales.
- Integra sistemas avanzados de procesamiento de datos y sensores que facilitan ataques de precisión en entornos hostiles.
- Su arquitectura abierta permite actualizaciones futuras en componentes electrónicos y armamento para adaptabilidad a amenazas emergentes.
- La Fuerza Aérea ha probado su compatibilidad con misiles como el AGM-181A de largo alcance, con cuatro vuelos exitosos solo en 2025.
Preparación de bases operativas y transición en la flota bombera estadounidense
Estas incluyen el tercer lote y adquisiciones anticipadas para el quinto, con un fondo de $4.500 millones aprobado por el Congreso para expandir la capacidad manufacturera. La compañía reportó en abril de 2025 un ajuste en costos de fabricación que elevó las pérdidas acumuladas a más de $2.000 millones, pero mantiene el programa dentro del presupuesto general y por delante del cronograma previsto. Así pues, la Fuerza Aérea evalúa opciones para incrementar el ritmo de entrega, lo que permitiría alcanzar la operatividad plena en plazos más cortos.
Las bases operativas se preparan para recibir los primeros aparatos. Ellsworth, en Dakota del Sur, será la primera en acogerlos, con instalaciones en renovación desde 2025 para albergar el escuadrón inicial. Posteriormente, Whiteman en Misuri y Dyess en Texas integrarán unidades adicionales. En Ellsworth, el 28º Grupo de Operaciones trasladó temporalmente sus B-1 Lancer a Grand Forks, en Dakota del Norte, para facilitar las obras, que incluyen refugios ambientales prototipos en lugar de hangares endurecidos tradicionales.

Esta decisión responde a evaluaciones de vulnerabilidad ante amenazas como drones o misiles de precisión, aunque prioriza la movilidad y el mantenimiento rápido. El programa B-21, iniciado como parte del esfuerzo por modernizar la tríada nuclear estadounidense, responde a necesidades de disuasión estratégica. El bombardero opera en conjunto con otros elementos de la Fuerza Aérea, como cazas y sistemas de vigilancia, para obtener superioridad en escenarios globales.
Northrop Grumman, como contratista principal, colabora con proveedores que suministran motores, radares y estructuras compuestas, al fusionar contribuciones en una cadena de montaje unificada. La compañía indica que los prototipos de prueba, una vez validados, pasarán a roles operativos, con posibles excepciones para uno o dos dedicados a investigación continua. En conferencias como el Simposio de Defensa e Industria de Black Hills, en abril de 2025, funcionarios de la Fuerza Aérea y Northrop Grumman describieron la mejora cualitativa que ofrece el B-21 respecto a generaciones previas.
Avances en pruebas y estrategia de defensa nacional con el B-21 Raider
El aparato incorpora lecciones de décadas en tecnología de baja observabilidad, aplicada en modelos como el B-2, pero con avances en integración digital que agilizan el diseño y la fabricación. De este modo, el programa evita presiones innecesarias en el desarrollo, al priorizar la precisión en cada fase de prueba. La Fuerza Aérea Global de Ataque, comandada por el general Thomas Bussiere, supervisa el avance y coordina con el Congreso para obtener fondos estables.

En agosto de 2025, el teniente general Andrew Gebara indicó que el segundo prototipo volaría antes de fin de año, meta cumplida en septiembre, lo que acelera las evaluaciones de sistemas de misión. Estas pruebas incluyen simulaciones de entornos reales, donde el bombardero demuestra su capacidad para operar sin apoyo logístico extenso, gracias a un diseño que minimiza el mantenimiento. Northrop Grumman reporta que la flota inicial de cinco aparatos, destinada a pruebas exhaustivas, incorpora configuraciones casi idénticas a las unidades operativas.
Esto facilita la transición de la fase experimental a la producción en serie, con énfasis en la fiabilidad de los componentes bajo estrés. La compañía negocia una expansión que podría superar las cien unidades planeadas, aunque cualquier aumento requeriría procesos de contratación separados. El B-21 Raider forma parte de la estrategia de defensa nacional, donde la Fuerza Aérea mantiene una flota bombera mixta durante la transición.
Los B-1 y B-2 continúan en servicio mientras los nuevos aparatos entran en línea, para mantener continuidad en misiones de largo alcance. En octubre de 2025, la presidenta ejecutiva de Northrop Grumman, Kathy Warden, confirmó discusiones activas para acelerar la producción, alineadas con asignaciones congresionales que priorizan la capacidad disuasoria. Las pruebas en Edwards incluyen vuelos de hasta dos veces por semana, según reportes de septiembre de 2024 actualizados en 2025, con videos que muestran el aparato en operación.
