A finales del año pasado, las fuerzas armadas rusas, en su esfuerzo por equipar adecuadamente a sus regimientos y brigadas de vanguardia, se vieron en la necesidad de aumentar su flota de vehículos de combate de infantería.
En este contexto, optaron por adquirir a un fabricante chino un total de 2.100 vehículos todo terreno Desertcross 1000-3. A pesar de su aspecto robusto, estos vehículos, con características similares a las de los carritos de golf reforzados, ofrecen una potencia de 85 caballos.
En un principio, podría pensarse que el uso de estos ATV por parte del Ejército ruso se limitaría a funciones de apoyo logístico lejos del frente, dada su capacidad de carga de 1,5 toneladas y su falta de protección blindada y armamento significativo.
Sin embargo, la realidad demostró lo contrario. En un intento de compensar las importantes pérdidas de vehículos, las fuerzas rusas desplegaron estos Desertcross en el campo de batalla, exponiéndolos a ser fácilmente destruidos por ataques de drones, y encontrando como único alivio el no ser eliminados más rápidamente por la artillería enemiga.
Enfrentamientos y desencuentros en el campo de batalla
En un enfrentamiento reciente que tuvo lugar en las proximidades de Berdychi, al oeste de Avdiivka, en el este de Ucrania, un grupo de siete soldados de infantería rusos sufrió un revés catastrófico al intentar un asalto a bordo de uno de estos carritos de golf modificados.
As many sources have already written, Russians began to use the Desertcross 1000-3 much more often on the front line. Now some tactics of their use by Russians in assaults have begun to become clear. A Russian unit consisting of 5-8 infantrymen on each “golf cart” moves to the… pic.twitter.com/FBRDBLedmo
— Special Kherson Cat 🐈🇺🇦 (@bayraktar_1love) March 22, 2024
La compañía Strike Drones, que opera drones explosivos de combate en apoyo de la 47ª Brigada Mecanizada ucraniana —unidad distinguida por operar material militar estadounidense como tanques Abrams y vehículos Bradley— detectó, vigiló y finalmente atacó a estos soldados rusos, grabando el enfrentamiento.
Este incidente, presentado con cierto sarcasmo por la compañía en las redes sociales, ilustra el cambio de táctica del ejército ruso, que ha pasado de realizar asaltos mecanizados masivos a incursiones con pequeños grupos de infantería. Estos ataques buscan desorientar al enemigo mediante ofensivas sucesivas y rápidas, confiando en que las unidades supervivientes mantengan las posiciones hasta ser reforzadas.
Sin embargo, estas tácticas presentan una vulnerabilidad crítica: la ausencia de apoyo adecuado deja a estos grupos expuestos en primera línea. A diferencia de los vehículos blindados diseñados para el combate, como los BMP o los BTR, que pueden proporcionar apoyo de fuego y protección, los Desertcross carecen de la capacidad para cumplir esta función esencial.
Por ello, la decisión de utilizar un Desertcross en operaciones ofensivas no solo resulta infructuosa, sino también letal para las tropas que dependen de estos vehículos, como demostró el fatal desenlace del grupo de infantería ruso en Berdychi. Este episodio pone de relieve las profundas dificultades tácticas y estratégicas a las que se enfrenta la guerra actual.
Desenlace fatal en el teatro de operaciones
La Compañía de Drones de Ataque ejecutó su primera ofensiva utilizando un FPV, compuesto por dos libras de plástico con capacidad de vuelo por control remoto, que transportaba una libra de explosivos. Un impacto fortuito de las fuerzas rusas desvió la trayectoria de este FPV, que se estrelló sin explotar contra un destructor de tanques de asalto.
Al reconocer un ataque aéreo, las tropas rusas recurrieron al uso de granadas de humo, creando una escena digna de una producción cinematográfica, según la Attack Drone Company. La maniobra de dispersión llevó a cuatro soldados a buscar refugio en los restos de un edificio derrumbado, mientras que otro se escondió en una zanja y dos más bajo el Assault Breacher, sin embargo, ninguno consiguió eludir el ataque sostenido de los drones kamikazes.
Dos de los cazas rusos, en un intento desesperado por evitar ser detectados, se refugiaron en los cimientos de una estructura, rodeándose de fragmentos de hormigón. A pesar de sus esfuerzos, un dron consiguió infiltrarse en su escondite, detonando y eliminando a uno de ellos, mientras que otro dron hirió mortalmente al segundo, que pereció tras un angustioso intento por sobrevivir.
Este reciente ataque con vehículos Desertcross no representa un incidente aislado. La recurrencia de este tipo de tácticas a lo largo de la línea del frente demuestra que, cuando estos asaltos se coordinan con bombardeos aéreos, ataques de artillería y operaciones con drones, imponen una presión considerable sobre las defensas ucranianas, según el análisis de Frontelligence Insight.
La necesidad de recurrir a drones para contrarrestar a los rusos y sus vehículos ligeros, en lugar de utilizar munición de artillería de mayor calibre, evidencia la problemática escasez de recursos bélicos de Ucrania. Esta limitación, según el Centro Ucraniano de Estrategias de Defensa, restringe la capacidad de las fuerzas defensoras para ejecutar operaciones eficaces y, al mismo tiempo, otorga a las fuerzas invasoras una ventaja táctica.
En este escenario, las fuerzas rusas encuentran un punto a su favor. Aunque se enfrentan a importantes pérdidas en sus incursiones tácticas, la limitada disponibilidad de munición de artillería en el lado ucraniano significa que las bajas podrían ser aún mayores si el apoyo internacional fuera más sólido. Esta situación pone de relieve la complejidad de la guerra actual, en la que la logística y el apoyo internacional desempeñan papeles cruciales en el equilibrio de poder en el campo de batalla.