Proyecto bipartidista autoriza a Trump a transferir B-2 y GBU-57 a Israel si Irán retoma su programa nuclear, tras ataques de EE. UU.
Proyecto de ley bipartidista para armar a Israel contra Irán
El 2 de julio de 2025, dos legisladores estadounidenses presentaron un proyecto de ley que busca autorizar la transferencia de bombarderos furtivos B-2 y bombas antibúnker GBU-57 a Israel en caso de que Irán continúe con el desarrollo de armas nucleares. La iniciativa, conocida como Bunker Buster Act, se originó tras los ataques estadounidenses del 22 de junio de 2025 contra las instalaciones nucleares iraníes de Fordo y Natanz, donde se emplearon estas armas. Estados Unidos lanzó 14 bombas GBU-57 de 30,000 libras, diseñadas para destruir objetivos subterráneos fortificados, desde bombarderos B-2. Israel participó en una guerra de 12 días contra Irán y atacó cientos de objetivos militares y nucleares, pero no alcanzó los sitios subterráneos por la falta de equipo adecuado.
El proyecto requiere que el presidente de EE. UU. certifique que Israel no dispone de otros medios para destruir la infraestructura nuclear subterránea de Irán antes de autorizar la transferencia. En 2024, Estados Unidos operaba 19 bombarderos B-2, activos estratégicos que no han sido cedidos a aliados. La legislación no implica la transferencia permanente de estos aviones, sino una cooperación operativa que incluye equipo y entrenamiento. Este enfoque busca aumentar la capacidad de Israel para responder a la amenaza nuclear iraní sin ceder el control total de los B-2.
Los ataques estadounidenses de junio de 2025 causaron daños severos en las instalaciones de Fordo, Natanz e Isfahan, con un impacto estimado que retrasó el programa nuclear iraní hasta dos años. Sin embargo, las capacidades industriales y tecnológicas de Irán se mantienen, con la posibilidad de reanudar el enriquecimiento de uranio en meses. Las bombas GBU-57, de 20 pies de largo y con un núcleo de acero de alta resistencia, son las únicas con capacidad para penetrar hasta 200 pies bajo tierra, necesarias para alcanzar sitios como Fordo, ubicado dentro de una montaña.
La Bunker Buster Act representa un cambio normativo al incluir la posibilidad de transferir tecnología militar avanzada a un aliado. En octubre de 2024, los B-2 también fueron utilizados contra objetivos hutíes en Yemen. La propuesta legislativa fue redactada como respuesta al incremento de tensiones en la región tras los enfrentamientos entre Israel e Irán, que incluyeron ataques aéreos israelíes contra múltiples sitios iraníes.
Bombas antibúnker GBU-57 y su rol en la seguridad regional
La bomba GBU-57 Massive Ordnance Penetrator, clasificada como antibúnker, es un arma de precisión guiada con un peso de 30,000 libras, incluyendo una ojiva de 6,000 libras. Fue diseñada para perforar fortificaciones subterráneas y se despliega exclusivamente mediante el B-2 Spirit, el único avión con capacidad para transportar dos de estas bombas al mismo tiempo. Durante los ataques del 22 de junio de 2025, los B-2 lanzaron múltiples GBU-57 en secuencia, lo que permitió que cada bomba profundizara más que la anterior. Israel cuenta con bombas antibúnker de menor tamaño, como las GBU-28 y BLU-109, pero estas no pueden alcanzar objetivos ubicados a gran profundidad como Fordo.
El proyecto de ley de 2025 no constituye la primera propuesta de este tipo. En 2022 y 2024 se presentaron versiones anteriores de la Bunker Buster Act, pero no superaron la etapa del pleno de la Cámara de Representantes. La versión actual fue introducida el 2 de julio de 2025. La legislación establece que Trump tendría autoridad para asegurar que Israel esté preparado ante cualquier escenario relacionado con el programa nuclear iraní, incluyendo el suministro de equipo y la provisión de entrenamiento.
Datos clave sobre la Bunker Buster Act y su impacto
- La Bunker Buster Act fue presentada el 2 de julio de 2025 en la Cámara de Representantes.
- Autoriza la transferencia de B-2 Spirit y GBU-57 si Irán reanuda su programa nuclear.
- Estados Unidos utilizó 14 bombas GBU-57 contra Fordo, Natanz e Isfahan el 22 de junio de 2025.
- Israel no posee armamento con capacidad para atacar sitios subterráneos como Fordo, lo cual motivó la propuesta.
- En 2024, EE. UU. operaba 19 bombarderos B-2, nunca transferidos a aliados.
- Los ataques de junio de 2025 provocaron un retraso del programa nuclear iraní estimado en dos años.
La propuesta legislativa fue presentada en un momento de tensión en el Medio Oriente. Durante la guerra de 12 días entre Israel e Irán, Israel atacó cientos de objetivos, pero no logró alcanzar sitios subterráneos, lo cual reveló una limitación técnica. La Bunker Buster Act tiene como objetivo cubrir esa carencia mediante una cooperación militar entre Estados Unidos e Israel. La legislación requiere aprobación del Congreso, un proceso que en el pasado ha enfrentado obstáculos debido a las implicaciones del traspaso de tecnología militar estratégica.
Contexto de los ataques aéreos y capacidades militares
El 22 de junio de 2025, Estados Unidos llevó a cabo la Operación Midnight Hammer, un ataque aéreo dirigido contra tres sitios nucleares iraníes: Fordo, Natanz e Isfahan. Los bombarderos B-2 lanzaron 14 bombas GBU-57, lo que provocó daños importantes en las instalaciones subterráneas. Israel, por su parte, atacó otros objetivos iraníes, incluyendo bases militares y sitios nucleares en superficie, pero no intervino en los ataques a Fordo y Natanz por limitaciones tecnológicas. El presidente Trump ordenó la operación en secreto días antes de su ejecución, según reportes de prensa.
Los B-2 Spirit, con base en Whiteman, Missouri, requieren 15 horas de vuelo para llegar a Irán. Su diseño de baja detección, aunque innecesario después de la eliminación de las defensas antiaéreas iraníes por parte de Israel, permite realizar operaciones con bajo riesgo de ser detectados. Cada B-2 puede transportar dos bombas GBU-57, que se lanzan de forma sucesiva para mejorar la penetración en objetivos fortificados. La operación de junio de 2025 confirmó la eficacia de estas armas contra estructuras subterráneas, un elemento relevante en la formulación de la Bunker Buster Act.
En 2024, el inventario de Estados Unidos incluía 24 bombarderos B-2, de los cuales 19 estaban en operación. Transferir estas plataformas a Israel, aunque solo sea bajo modalidad de cooperación operativa, constituiría una modificación en la política estadounidense, que ha restringido el acceso a sus recursos estratégicos. La legislación contempla también la capacitación de pilotos y técnicos israelíes para operar las bombas GBU-57 si las circunstancias lo requieren.
La Bunker Buster Act fue presentada en un contexto de vigilancia sobre el programa nuclear iraní. A pesar de los daños ocasionados por los ataques de junio, Irán conserva la infraestructura necesaria para retomar el enriquecimiento de uranio en cuestión de meses. La instalación de Fordo, construida dentro de una montaña, sigue siendo el principal obstáculo para cualquier operación destinada a desactivar el programa nuclear iraní. La legislación tiene como objetivo proporcionar a Israel los medios técnicos necesarios para intervenir de forma autónoma si Irán reactiva sus actividades nucleares.
Implicaciones estratégicas de la cooperación militar
La Bunker Buster Act establece un marco técnico para responder al desarrollo nuclear iraní y regula la cooperación operativa entre Estados Unidos e Israel. La transferencia de tecnología militar, aunque limitada, sería una respuesta directa ante un posible reinicio del programa nuclear iraní. Los ataques de junio de 2025, que causaron daños, pero no anularon las capacidades nucleares iraníes, evidencian la necesidad de mantener capacidades operativas suficientes.
La legislación también pone de manifiesto una tendencia dentro del Congreso estadounidense hacia el mantenimiento del apoyo a Israel. A pesar de desacuerdos en otros ámbitos, la percepción de una amenaza nuclear por parte de Irán genera consenso entre legisladores de distintas bancadas. La propuesta de 2025, a diferencia de las de 2022 y 2024, fue presentada después de un conflicto directo entre Israel e Irán, lo que podría facilitar su aprobación.
El uso de B-2 y GBU-57 en Yemen en octubre de 2024, contra objetivos hutíes, confirmó su utilidad en entornos regionales. La capacidad de los B-2 para ejecutar operaciones a larga distancia los convierte en un recurso operativo relevante. La Bunker Buster Act incluye a Israel como destinatario de esta cooperación, especialmente en el marco de las acciones contra la infraestructura nuclear iraní.
La propuesta legislativa, aún en trámite, se enfrenta a posibles objeciones en el Congreso. Las versiones anteriores de la Bunker Buster Act no avanzaron. Sin embargo, el reciente conflicto entre Israel e Irán y los daños limitados a las instalaciones nucleares iraníes podrían generar un debate más urgente sobre la necesidad de dotar a Israel de los recursos para intervenir si la situación lo exige.